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DÍAS DE GUARDAR Domingo 18 de junio de 2023

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on julio 2, 2023 at 1:00 pm
Arte: @PincheEinnar
  • Guerra sucia en la anticipada precampaña panista
  • Bloque contra la imposición se consolida en la UG
  • Ombudsperson, en campaña y a escondidas

1.- El PAN se tensa internamente por la competencia de precandidatas

Alguien no está haciendo bien su trabajo en el aparato PAN – Gobierno de Guanajuato y la sucesión, apenas en sus etapas tempranas, parece estar mal encaminada, justo cuando se avecina una contienda constitucional que será de las más competidas de la historia moderna de la entidad.

Muy pronto han empezado a asomar los halcones, como en la época de la contienda previa del 2012, cuando la tensión entre las huestes de Ricardo Torres Origel y las de Miguel Márquez incursionaron en peligrosos terrenos de ataques y descalificaciones personales.

No parece ocioso recordar que fue ese año cuando el PAN registró uno de sus resultados más comprometidos en la elección estatal, con apenas 5 puntos de distancia sobre el PRI, abanderado por Juan Ignacio Torres Landa. Fue también el año de la histórica derrota de Miguel Salim frente a Bárbara Botello en León, la joya de la corona panista.

Desde luego, no todo fue producto de fracturas en el PAN, pues también contó el hecho de que el PRI realizó una campaña a la que le sobraron los recursos financieros y la ingeniería electoral. Guanajuato incluso tuvo la presencia de brigadas electorales del Estado de México, cuando eran una maquinaria imparable.

La elección del 2024 tendrá algunos paralelismos con la de dos sexenios antes, sobre todo en el aspecto de que el escenario nacional constituirá una influencia decisiva sobre la política local. Basta pensar en las ya inminentes campañas de los precandidatos de la Cuarta Transformación, cada uno de los cuales estará en el estado más de una vez, mientras que el candidato del bloque opositor es una incógnita y probablemente ni siquiera sea panista.

Sin embargo, esa realidad parece ajena a los pequeños jaloneos en los que está inmerso el proceso político del PAN local. La “onda grupera” que bautizó Carlos Medina, regresa por sus fueros y lo que se aprecia es caos, voluntarismo, una notable falta de conducción política del proceso y un déficit de arbitraje.

No son ajenas a esa situación calenturas como las del influencer oficialista Otoniel Rivera que se desató con una página de ataques políticos y personales en contra de la alcaldesa de León Alejandra Gutiérrez, que debieron frenar desde el gobierno del estado, del que Rivera es proveedor consentido.

Aunque se trató de un asunto fugaz, la situación no puede ser soslayada y los mecanismos de combate a la violencia política de género tendrían que echarse a andar con todo rigor, por el hecho en sí y para que no surjan otros espontáneos de cualquier bando que terminen de descarrilar la que de por si se ha vuelto una situación compleja.

Otro punto aún más delicado, está por convertirse en el nuevo factor de tensión entre la administración de León y la del Estado. 

Se trata de la situación e inseguridad en la ciudad, donde a últimas fechas se han incrementado los asaltos, incluso con violencia, en zonas residenciales de la ciudad, donde ni siquiera los fraccionamientos amurallados, los mecanismos de seguridad tecnológica y la vigilancia privada han impedido la actuación de asaltantes fuertemente armados y bien organizados que saquean mansiones y amedrentan a los propietarios y sus familias.

La incompetencia o la negligencia del secretario de seguridad Mario Bravo Arrona está tensando aún más la cuerda entre Diego Sinhue Rodríguez y Alejandra Gutiérrez, pues si bien es el primero el que lo sostiene en el cargo, es la segunda la que paga las consecuencias de su pésima gestión.

En el entorno de la alcaldesa empieza a crecer la sospecha de que la plaza está sobrecalentada por motivos políticos y no porque la delincuencia haya rebasado a la corporación local.

El cese de Bravo Arrona se está valorando con especial cuidado, equivale en términos de la política local a presionar el botón nuclear. Sería una decisión que no tendría regreso y obligaría a la alcaldesa a un relevo impecable y a forzar resultados en el corto plazo, incluso en el eventual escenario de que pidiese licencia para una contienda interna, su mejor carta de presentación serían los resultados en León.

Sin embargo, en medio de ese panorama, lo que resulta absolutamente inadmisible es que los ciudadanos estén siendo tomados como rehenes de una pugna política que, hasta este momento, se caracteriza más por un choque de ambiciones que de proyectos.

Este Partido Acción Nacional, el de la era Sinhue, parece irreconocible frente a aquel construido por guanajuatenses de excepción que primero resistieron el embate del autoritarismo, después tuvieron el talento y la reciedumbre para conquistar las calles, asaltar el poder y cambiar el rumbo de Guanajuato.

El impulso parece agotado y en la sociedad se acumula el hartazgo.

2.- Conforman rectores de campus bloque por la dignidad

Mientras el rector saliente Luis Felipe Guerrero Agripino parece querer terminar su reinado perdiendo toda la compostura y cayendo en manos de sus colaboradores más imprudentes, tres rectores de campus han decidido conformar un frente sólido contra los caprichos, las imposiciones y las descalificaciones injustas en el proceso de sucesión del máximo cargo de la casa de estudios.

Los doctores Teresita Rendón, Carlos Hidalgo y Armando Gallegos, de los campus Guanajuato, León e Irapuato-Salamanca, respectivamente, se acompañaron en cada uno de sus registros, no solo con buen ánimo competitivo, con solidaridad, espíritu universitario  y respeto a las trayectoria académicas y a la integridad personal, sino también como forma de enviar un claro mensaje frente a cualquier intento de manipulación del proceso de parte de Guerrero Agripino y su camarilla.

Las presencias que rodearon a la doctora Rendón también fueron una señal clara de advertencia para que el proceso se realice de la mejor manera, con prácticas que honren a la universidad y sin golpes de mano en los órganos colegiados que el rector saliente controla de manera corporativa.

Incluso, si Guerrero Agripino lograra salirse con la suya en medio de maniobras de pasillo, presiones a los consejeros e integrantes de la junta directiva, esa intención quedará expuesta y vulnerará de forma radical la legitimidad de quien se vea beneficiado(a) por esa intrusión en un proceso autónomo de la comunidad universitaria.

Quizá el rector absolutista que fue el penalista de Silao no logre su cometido de generar un cacicazgo en la Universidad, como se deja sentir en cada una de sus maniobras, pero puede ser que su intención manifiesta logre generar un proceso de auto empoderamiento en una comunidad que hasta ahora se ha resistido en ejercer su autonomía, como si tuviesen miedo a la libertad, pese a ser una casa de pensamiento.

Lo que no logró la dictablanda de Juan Carlos Romero Hicks por más de 20 años, lo puede lograr la zafiedad del primer rector que provocó con su descuido, negligencia y soberbia, la primera huelga universitaria en más de 40 años.

Nadie sabe para quién trabaja.

3.- Vicente Esqueda, improductivo pero cerca de Libia

En vista de que se trata de un cuadro panista de élite, que ha ocupado altos cargos partidistas, la presidencia de un tribunal administrativo y una larga carrera de abogado, no se esperaba de Vicente Esqueda Méndez un desempeño tan pobre como el que ha mostrado al frente de la Procuraduría de los Derechos Humanos.

Quizá era previsible una cierta complacencia frente al gobierno, pero al menos con una productividad que no quedara por debajo de los anteriores ombudsperson de Guanajuato, ninguno de los cuales ha brillado por su independencia o por su genuina representación de los intereses ciudadanos.

Pero no ha sido así. Esqueda ha hecho retroceder a la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato, quizá a los tiempos de sus primeros (i)rresponsables: el priista Rafael Hernández Ortiz o el flexible Salvador Oyanguren, de triste memoria.

No hablo de memoria o por referencias. Una queja presentada por quien esto escribe en agosto del 2021 para solicitar la no intervención de la Fiscalía de Guanajuato en una denuncia por intervención ilegal de comunicaciones que se presentó ante la Fiscalía General de la República, fue finalmente resuelta con una “resolución de No Recomendación” el pasado dos de junio de este año. Casi dos años para encontrar que no hubo violaciones a derechos humanos. ¡Ya para qué! diría el clásico. 

A Vicente Esqueda se le cayeron los tiempos de resolución de la PRODHEG cuando renunció a la primera subprocuraduría Víctor Aguirre Armenta para incorporarse al equipo de Alejandra Gutiérrez en el municipio de León. 

Desconocedor del tema de Derechos Humanos, como lo señalaron activistas y legisladores de oposición, al ex secretario general del PAN se le hizo bolas el engrudo no obstante que se dio el tiempo y la mañana para incorporar la “queja en línea”, más como un pretexto para adquirir costosos equipos y software a proveedores amigos, como lo hizo en el Tribunal de Justicia Administrativa, que como una verdadera opción de servicio a las víctimas.

La ineficacia de la Procuraduría de Derechos Humanos afecta a organizaciones, activistas y a las víctimas directamente. Sin embargo, el “ombudsperson” se da tiempo y maña para subirse a la campaña de la precandidata oficial a la gubernatura de Guanajuato, Libia Dennise García, como se vio en reciente comida en la casa del diputado Jorge Espadas:  la cargada disfrazada de albercada.

Esqueda ya sabe que no tiene futuro como ombudsperson, que además es algo que ni siquiera le entusiasma, salvo por el atractivo salario y el manejo presupuestal de más de cien millones de pesos anuales, por lo que ya debe estar preparando su aterrizaje en un futuro gobierno estatal, donde sus oficios de operador político puedan ser mejor empleados, en vista que de derechos humanos no parece tener la menor idea.

La pregunta es si un hipotético próximo gobierno panista de Guanajuato, de mantener la hegemonía, podrá seguir jugando a ser el empleador de una burocracia partidista dorada sin vocación de servicio, pese al desgaste acumulado que ya le pesa a la marca, o da un giro que les permita revertir el deterioro y construir nuevas expectativas.

Para eso, los Esquedas de este mundo, escondidos tras los postes de una terraza en la mansión de un diputado, ya no parecen servir de mucho.

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