Puesto que del caso de Florence Cassez ya lo único que queda es tomar lecciones, ante el enorme ridículo que hemos hecho como país, pongámonos en esa frecuencia, término que parece quedar mejor que nunca.
Porque el caso de la joven francesa involucrada con una banda de secuestradores, exhibida en televisión nacional sin ningún pudor y después convertida en un caso de orgullo nacional por dos gobiernos galos de distinto signo político, es de principio a fin la crónica de una infamia perpetrada por el sometimiento del estado al poder fáctico de los grandes medios de comunicación. Read the rest of this entry »