Con notable estridencia, mediante filtraciones interesadas a medios de comunicación locales, el consejo de administración del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León, encabezado por el ex dirigente de Coparmex Jorge Ramírez se ha dedicado a denostar lo que hace 20 años era considerado un proyecto vanguardista de asociación público privada para empezar a atender los graves pendientes ambientales de la ciudad y su planta industrial.
En 2020, la asociación entre SAPAL y la empresa Fypasa, principal accionista de Ecosys III, la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) de León parece el peor negocio del mundo. Directivos de la paramunicipal se quejan de que pagan 200 millones de pesos al año y el agua se trata de forma deficiente.
Bárbara Botello Santibáñez fue alcaldesa de León gracias sobre todo a dos historias de corrupción. Después vendría la suya propia.
La primera, la
mayor, fue la de Juan Manuel Oliva, alimentada con toneladas de tinta por el
diario A. M. de León, tras las investigaciones sobre la compra de los terrenos
de la refinería de Salamanca a sobreprecio; así como el despilfarro que
significó la construcción del parque bicentenario de Silao.
Si algo quedó claro en la elección del año pasado es que el tema que más escuece a los mexicanos y orientó su voto fue el hartazgo con la corrupción, también fue lo que les hizo respaldar la propuesta que ofrecía la lucha frontal contra ese flagelo.
Ahora hemos visto como Andrés Manuel López Obrador, el abanderado de la propuesta de erradicar la corrupción del sistema político mexicano parece limitar su esfuerzo a la historia que viene y no a la que ya pasó.
La política de punto final a la corrupción puede llegar a ser, tarde o temprano, una reedición del pacto de impunidad que ha sido la marca de referencia de la política mexicana y que ha permitido que se enseñoreé la impunidad y se reproduzcan las conductas que saquean el patrimonio público y sabotean los alcances de las políticas gubernamentales.
Esa sería la muerte de la Cuarta Transformación, algo que no sabemos bien aún con qué se come, pero cuyo eje central es la erradicación de prácticas corruptas ancestrales que han sobrevivido a todos los cambios de gobierno y de régimen de la historia del país como nación independiente.
Como en los viejos tiempos, el Consejo Coordinador Empresarial de León ha vuelto a ser una institución cortesana del gobierno estatal panista. Entonces, el pretexto era la inminente incursión a la política del presidente del organismo bajo las banderas del PAN, hoy no se sabe.
José Arturo Sánchez Castellano, titular del Consejo Coordinador Empresarial; el presidente de Coparmex, Jorge Ramírez Hernández y otros hombres y mujeres de empresa, fueron anunciados como parte del Consejo Estatal de Seguridad Pública el mismo día que salieron en medios de comunicación proponiendo la creación de nuevos impuestos y el regreso de la tenencia para automóviles de lujo.
Empresarios enrollados… y amnésicos. Foto: Gobierno del Estado.
Críticos frente a excesos del gobierno, hoy los líderes empresariales se muestran complacientes con uno de los suyos sorprendido en falta; «que no hubo dolo», justifican y desestiman la primera sentencia emitida dentro del Sistema Estatal Anticorrupción.
Qué papelón para los líderes empresariales de León, quizá los más activos política y socialmente, los que más interlocucionan con el gobierno y que gozan de la mayor credibilidad en la opinión pública, al tener que salir a medio defender, medio justificar y medio condenar al empresario presidente del consejo directivo de Sapal por haber incurrido en una flagrante situación de tráfico de influencia y conflicto de interés. Lee el resto de esta entrada »
RT @KenniaV: Estas organizaciones, bajo el argumento de la libertad religiosa (a la que nadie se opone) buscan frenar los avances de los de… 14 minutes ago
RT @poplabmx: En México, no solo hay un alto consumo de productos ultraprocesados, sino también una alta carga de enfermedades crónicas, po… 14 minutes ago