Claudia Barrera, una magistrada de calificaciones impecables, de sólida carrera y con legítimas apiraciones a encabezar el Poder Judicial, no considera necesario excusarse de un asunto que involucra a familiares de quien es uno de los principales apoyos políticos para su proyecto.
Gustavo Rodríguez, un procurador de Derechos Humanos, de impecable factura académica, acepta la “sugerencia” de un diputado que, además, es el titular de la comisión que revisa su desempeño y aprueba sus informes, para darle trabajo a su vástago, carente de toda experiencia. Read the rest of this entry »