Luis Ernesto Ayala Torres navegó por años con una reputación de panista honesto y escrupuloso. Le venía de herencia, pues su padre fue uno de los panistas de la época heroica más apreciado por sus correligionarios.
Con esas prendas compitió por la candidatura a gobernador del estado, quizá con el único pecado de haberse decidido demasiado tarde, en lo cual llevó la penitencia: un tercer lugar en una contienda de tres. Read the rest of this entry »