Cuando se ideó el espacio que hoy es el Parque Metropolitano de León, se conceptualizó como un reservorio natural y se buscó la declaratoria de Área Natural Protegida.
El objetivo se logró y se construyó un espléndido espacio de convivencia armónica con la naturaleza en una ciudad asediada por el crecimiento de las superficies asfaltadas y el déficit de arbolado urbano.
