No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no se llegue. El PRI, a diferencia del PAN que procesa una elección abierta a sus militantes y simpatizantes, explora en estos días sus acuerdos internos para destapar, a la vieja usanza, a su candidato a la gubernatura.
La que inició ayer será una semana de intensas consultas entre los factores de decisión, todos ellos en la ciudad de México, y cada uno de los aspirantes, los reales por supuesto.