Los precandidatos del PAN decidieron ir a un ejercicio para contrastar sus ideas y propuestas, ante la militancia que deberá elegir de entre ellos al candidato a gobernador el próximo 5 de febrero.
La forma, decidida en una mesa de negociación, fue la de un foro que no admitía interpelaciones entre los participantes, es decir, se acordó que la mecánica sólo fuera expositiva.
Resulta sorprendente saber que dos de los aspirantes que de manera explícita se han quejado de sufrir desventajas en la contienda, no hayan aprovechado la oportunidad para ir más a fondo y buscar un verdadero debate en el que tendrían más para ganar que en el formato escogido.