Al que la historia catalogará muy pronto como el gobernador más corrupto de Guanajuato, el que hizo negocio con la seguridad (Escudo), con la educación (tabletas y uniformes), con la salud de los más desprotegidos (medicamentos del seguro popular), con los anhelos deportivos (sobreprecio de terreno para nuevo estadio), con la política industrial (intermediación de terreno para Toyota), fue también a quien le tocó inaugurar un “sistema estatal anticorrupción”.
Miguel Márquez no podía haber encontrado mejor cómplice para vulnerar cualquier intención mínima de contener la enorme corrupción de su gobierno, que Luis Felipe Guerrero Agripino, el rector de las Universidad de Guanajuato que le proveyó de dos de los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción: la presidenta, Arminda Balbuena Cisneros e Hilda Marisa Venegas Barboza. Read the rest of this entry »