Cunde una epidemia de religiosidad entre los candidatos que inician campañas; si no los ilumina su fe van a sufrir para convencer de que tienen soluciones a los problemas que nos aquejan.
Justo cuando la llamada clase política vive uno de sus peores momentos, cuestionada por todos lados, sin distingo de colores e ideología, por su inocultable proclividad a la corrupción y la apropiación de los recursos de la colectividad, sus representantes en disputa por los cargos en la próxima elección deciden masivamente que la mejor forma de presentarse ante una sociedad que ya no les cree es con exhibiciones de su fe religiosa. Read the rest of this entry »