El estado de Guanajuato vive uno de los peores momentos de la historia moderna en cuanto a seguridad y violencia: los asesinatos están disparados en buena parte de los principales municipios; masacres atroces anestesian la sensibilidad y la capacidad de indignación; la sociedad civil ha tenido que organizarse por su cuenta y sin apoyo del estado para salir a excavar en busca de desaparecidos; por si faltara, instancias gubernamentales son señaladas por practicar espionaje a periodistas.
