Acudir a viejos privilegios del sistema, como el cobro del retiro dorado de la alta burocracia, puede ser algo peor que un crimen para quien pretende ser un reformador: es un error de lesa estrategia.
¿En qué cabeza cabe asumir la grave responsabilidad de rescatar al partido gobernante y enderezar el desastre político de un gobierno con una credibilidad derruida y un entorno hostil en lo interno y en lo externo, cobrando antes que nada una liquidación millonaria? Read the rest of this entry »