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DÍAS DE GUARDAR Domingo 03 de enero de 2021

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on enero 10, 2021 at 1:41 pm
Ilustración: @PincheEinnar

* Alejandra Gutiérrez o la equidad acotada por las necesidades políticas

* Poco obtiene el PRI de la negociación entre *Alito* Moreno y Diego Sinhue

* Plan inexistente o errático: Angélica Casillas a desperdiciarse al Congreso

1.- Equidad diseñada como disfraz en Acción Nacional

Si algún partido político en Guanajuato padece de un absoluto rezago en los esfuerzos por construir la equidad de género en su interior, es el gobernante Acción Nacional. El PAN de Guanajuato no ha tenido una presidenta, no ha tenido una secretaria de gobierno, ni por equivocación ha habido no ya una gobernadora, ni siquiera una precandidata a ese cargo.

Las mujeres panistas no han generado una corriente crítica, sometidas a la disciplina de visiones patriarcales, se han plegado a las necesidades de dirigentes y gobernadores de turno para ascender no por sus méritos, sino por su acatamiento.

El ex gobernador Miguel Márquez solo tuvo una mujer en su gabinete, por cierto de gris paso, la titular de Transparencia Isabel Tinoco, premiada por sus complicidades con la rectoría de una universidad estatal.

Cuando se le preguntaba al aún poderoso exmandatario por la inexistencia de paridad, respondía «hay muchas mujeres en el gobierno», aludiendo a las empleadas de base y funcionarias de cargos menores y obviando lo esencial de la cuestión: el techo ya no de cristal, sino de concreto, con el que su gobierno trataba a las mujeres.

Diego Sinhue Rodríguez quiso avanzar en ese terreno y, tímidamente, eligió a cuatro funcionarias para su gabinete legal, con la particularidad de que tres de ellas carecían de trayectoria en Guanajuato y una más no era panista. Por cierto, de ellas ya despidió a dos y las sustituyó con varones.

Sin embargo, impulsar el crecimiento de mujeres con perfiles políticos, apoyar la generación de cuadros femeninos competentes y competitivos, no ha sido una prioridad. En la cámara de diputados del estado un grupo compacto de mujeres talentosas han sido sometidas al mediocre liderazgo de Jesús Oviedo y se les ha castigado con una política de línea vertical con muy pocas posibilidades de deliberación productiva, no obstante que muchas de ellas están más preparadas y tienen mayor experiencia que el empresario transportista que conduce a la fracción mayoritaria.

Ahora que se quiere dar una imagen de apertura, sobre todo a causa del crecimiento de los movimientos feministas en la entidad, dos políticas panistas han sido elegidas por dedazo del gobernador para salir desde la cámara a contender por las alcaldías de las mayores ciudades del estado, sin que se haya generado antes una adecuada proyección para ellas.

Es el caso de Alejandra Gutiérrez, aspirante a la alcaldía de León a quien se le está pagando la sumisión de hace tres años cuando fue sacada arteramente de la contienda por ese mismo cargo, con tan malas maneras que incluso se atrevió a denunciar «violencia política de género», algo inusual en su partido.

Gutiérrez hizo la tarea en el Congreso como presidenta de la comisión de hacienda, sacó adelante los paquetes económicos y los créditos requeridos por el gobierno estatal, mostró oficio político y conocimiento, pero no obstante eso, su proyección fue limitada.

Hoy llega como candidata con una planilla impuesta por las necesidades del gobernador, plagada de políticos desgastados y con inclusiones que pueden llegar a ser problemáticas como la del ex dirigente del CCE, Arturo Sánchez Castellanos.

Es de dudarse que Alejandra Gutiérrez haya tenido mucha posibilidad de opinar para conformar al equipo que la acompaña: personajes sempiternos como Leticia Villegas, Guadalupe Vera o Carlos Ramón Romo no han sido brillantes ni lo serán y tienen muy poco que ofrecer ante a los nuevos retos de gobernabilidad que enfrenta León.

Sánchez Castellanos, cooptación desde el sector empresarial, llega precedido de su fama. Su orgullo personal lo hace un político poco propenso a la disciplina, sus acuerdos son directos con Sinhue y no con la candidata a la alcaldía, será un síndico con tendencia a disentir, a menos que los años lo hayan vuelto ya acomodaticio, lo que de todas formas sería una mala noticia.

El PAN puede darse el lujo de proponer esa planilla porque personajes como Roman Cifuentes y Juan Carlos Alcántara, guiados por encuestas que encargan a empresas condicionadas por los jugosos contratos que reciben, donde les aseguran que en León el PAN es dueño del electorado y puede hacer lo que quiera.

Falta ver si eso se confirma en la elección más atípica de la era moderna e, incluso de ser así, si el liderazgo formal que resulta de ella es lo que los leoneses requieren para adentrarse en los duros tiempos que se vienen.

2.- Alejandro Moreno negocia con Diego Sinhue paquete completo en Guanajuato

El PRI de Guanajuato se encuentra enfrentado a un nuevo descenso en su protagonismo político local, lo que le resta posibilidades de recuperar capacidad competitiva y lo fragmenta internamente aún más, como si se pudiera.

Malas noticias por donde se le vea.

La caricaturesca dirigencia que encabezan Alejandro Arias y Ruth Tiscareño fue desplazada por completo en la negociación del fin de año para revisar las designaciones definidas en el Congreso y el paquete presupuestal anual donde venía incluido el nuevo crédito por 5 mil millones de pesos.

Alejandro Moreno, el dirigente nacional del PRI, se reservó la negociación completa en una comida realizada con Diego Sinhue Rodríguez Vallejo en el mes de diciembre, donde se resolvieron los temas presupuestales y las votaciones de los cuatro diputados tricolores a favor de las propuestas panistas para la Procuraduría de Derechos Humanos y las nuevas magistraturas del Congreso.

Contra el respaldo para el crédito se obtuvo el compromiso de apoyo a los actuales alcaldes priistas, la mayor parte de los cuales buscará la reelección, algunos contra corriente, como el de Dolores Hidalgo, Miguel Ángel Rayas, quien deberá enfrentar a su ex compañero de partido Adrián Hernández, que va ahora por el PAN.

Para avalar las designaciones de panistas en Derechos Humanos y el Poder Judicial, el PRI recibió como «compensación» una sala de magistrada para Arcelia González González, ex diputada local de Irapuato, alejada de la militancia desde 2018 y con nula experiencia judicial, ni siquiera como litigante. Lo peor de todo es que la propuesta no provino del dirigente nacional priista, sino del propio Diego Sinhue, quien atendía una petición del progenitor de la nueva magistrada, José Aben Amar González Herrera, realizada a través del influyente notario panista Luis Mariano Hernández Aguado.

Así, estas «compensaciones» que no significan mucho para afianzar pactos locales y que más bien son irritantes para la militancia que aún queda, se suman a la permanente sangría de cuadros hacia el PAN, hacia Movimiento Ciudadano y hacia Morena, para conducir al PRI de Guanajuato a un terreno más escabroso de aquel en el que ha sobrevivido los últimos años.

Y falta la pelea por las plurinominales, donde probablemente solo las dos primeras tengan viabilidad. Ahí arderá lo poco que de Troya queda.

3.- Angélica Casillas de nuevo diputada, cuando debería ir al gabinete legal

Es temporada de relevos, obligada por la dinámica electoral. Sin embargo, la capacidad de recambio político del equipo que encabeza Diego Sinhue Rodríguez parece errática o demasiado casuística.

Varias carteras del gabinete ampliado quedarán acéfalas por la conformación de la planilla de candidatos y hoy no se aprecian relevos sólidos. Un área de la mayor importancia es la Comisión Estatal del Agua, donde Angélica Casillas ha dominado, ha salido a batear de emergencia y ha regresado.

La geóloga dolorense es respetada a nivel nacional, donde la han puesto ha funcionado y ya sería hora de que fuese contemplada para una cartera de mayor peso, como la Secretaría de Infraestructura, pero no ha sido así, pese a la evidente debilidad del jalisciense Tarcisio Rodríguez.

Con un perfil más profesional y con mayores habilidades políticas y conocimiento del terreno, la todavía directora de la CEAG sería una secretaria de medio ambiente mucho más eficiente y comprometida que la poblana Marisa Ortiz, que tampoco ha dado color en dos años.

Sin embargo, hoy la mandan de nuevo al Congreso y ni siquiera como pospecto de líder de bancada.

Casillas probablemente ha sido elegida para atraer voto panista a la candidatura a la alcaldía del priista Hernández en Dolores Hidalgo, pero nada quita que en el Congreso vuelva a estar desperdiciada como ya ocurrió.

Y el otro grave problema es quién se queda en la CEAG, área estratégica ante los crecientes conflictos por el reparto del agua de Guanajuato entre industria, agricultura y uso urbano.

Debe tenerse presente que el estado es deficitario en este renglón y requiere de fuentes de agua externas para mantener viable su crecimiento, un tema que es político pero también técnico.

Angélica Casillas ya estuvo incluso al frente de Sapal para resolver una crisis urgente hace tres años, tras la inhabilitación y renuncia de Pedro González a la presidencia del organismo.

Ahí, la funcionaria pudo darse cuenta de los nudos existentes en una gestión del agua que antepone los intereses de la industria a los de la ciudadanía y que privilegia los beneficios económicos antes que la sustentabilidad.

Con tantas debilidades en el primer equipo de Sinhue, no se entienden las decisiones que está tomando Juan Carlos Alcántara, el jefe de gabiente que parece haber llegado a su nivel de incompetencia cuando apenas va un tercio de la administración.

De Román Cifuentes, el anécdótico presidente del PAN estatal, mejor ni hablamos.

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