Juan Ignacio Torres Landa ha encontrado un PRI sensiblemente afectado en su tejido estatal, mucho más que el que lo postuló como candidato hace 12 años. Lo sabe de cierto, por eso ha tratado de impulsar candidaturas ciudadanas y alianzas que le permitan dar la vuelta a la rigidez de unos estatutos que, a menudo, sólo sirven para preservar a la nomenclatura de ese partido.
El más grave problema es que los priistas se acostumbraron por años a la sumisión ante la autoridad, pero nunca desarrollaron la capacidad de diálogo entre iguales, la que permite llegar a acuerdos sacrificando en alguna medida los intereses propios. Cuando «negociaban» siempre era sometidos a árbitros plenipotenciarios, como los gobernadores o los delegados nacionales del PRI.
Después de veinte años sin jefe político, con diversos líderes de pequeñas gavillas territoriales, los priistas guanajuatenses se muestran absolutamente incapaces de fraguar grandes alianzas en búsqueda de un objetivo trascendente, como podría ser la recuperación de la gubernatura estatal.
Poco contribuye a mejorar ese estado de cosas el hecho de que su actual líder formal, el candidato a la gubernatura, tiene más de una década lejos de la política activa en el PRI, lo que le hace sobrevalorar a viejos cuadros que han periclitado y menospreciar a figuras emergentes.
El PRI no corre riesgos en la próxima elección porque atraviese un momento complicado hoy en día, los corre porque la actual etapa no es sino la consecuencia de una carrera descendente que nadie se ha preocupado en detener y, mucho menos que nadie, algunos de los actuales lugartenientes del candidato Torres Landa quien, no obstante su fe en la nueva coyuntura nacional, camina sobre terreno minado.
el problema esta en que para el sus grandes operadores politicos, con presencia politica y economica son, jose de jesus padilla y jorge videgaray, el primero practicamente retirado y el segundo no conoce a ningun priista, ya que los ultimos 10 años solo ha convivido con panistas, el como coordinador de su campaña en el estado a quien buscara para que lo apoye, por supuesto no sabra a quien, el problema que al candidato le pasa lo mismo al no estar actualizado.