Una nutrida y combativa asamblea de vecinos de un sector residencial del norte de la ciudad de León, la colonia Valle del Campestre, logró frenar con argumentos y firmeza la intención unilateral de construir una batería de cajones de estacionamiento en un pulmón vegetal aledaño: el parque Panorama.
Lo más llamativo del hecho es que nadie parecía haber solicitado esa nueva área al servicio de los automóviles, la cual pretendía beneficiar a varios comercios privados de la zona, con el sacrificio de una cantidad considerable de árboles a los que ya se había catalogado como “viejos”.
No deja de ser una notable incongruencia de la autoridad municipal que el criterio de la falta de estacionamiento haya sido usado como argumento para negar permiso de uso de suelo, como fue el caso del casino Egypcian, sin duda atinado.
Ahora, la autoridad salía a resolver el problema de aparcamiento de inversionistas privados que, por lo demás, tienen mucho tiempo de funcionar en la zona, para bien o para mal.
Esta confusión de criterios es lo que ha dado pábulo a una versión que circula alegremente entre los colonos de la zona y en los mentideros políticos de la ciudad: que el alcalde Ricardo Sheffield está preparando un despacho profesional donde ofrecerá sus servicios una vez que concluya su mandato, en octubre próximo, lo que se refuerza con la obra de remodelación que se lleva a cabo, en efecto, en la finca ubicada en Valle de Atemajac 218.
Sheffield se ha negado a hablar sobre el tema, argumentando que se trata de “desinformación” propalada por militantes del PRI y del partido Verde. Es decir, ni si ni no.
Falta poco para saber el desenlace de esta historia. Sin embargo, lo que hay que celebrar es esta fiebre de empoderamiento ciudadano que se respira en el ambiente. En cuanto al edil, sólo resta recordarle que en la función pública, como en la vida, no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas, si es que ese es el caso.
