* Congreso y aspirantes a DH sin interés por dialogar con sociedad cvil

* El inventor de los partidos satélites se convierte en uno de ellos

* COVID-19: más pruebas en el discurso, control estricto en la realidad

1.- La crisis de derechos humanos se retroalimenta desde el gobierno

La entidad vive una situación complicada por el crecimiento del entorno violento en casi todos los municipios del estado. Hoy, como nunca, en Guanajuato la vida no vale nada y la autoridad de los tres niveles está maniatada por su incapacidad y su falta de voluntad para hacer frente a una ola criminal que llega a extremos de barbarie.

En medio de esa situación, como hemos dicho en colaboraciones anteriores, ocurre el relevo en una instancia que podría ser vital para establecer un canal de diálogo entre gobierno y sociedad sobre el tema de la violación de los derechos fundamentales de las personas, hablamos de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato, un espacio autónomo que los gobiernos panistas han visto hasta ahora como un espacio que deben controlar, más que convertirlo en un puente hacia la sociedad.

El cambio en la procuraduría no ha sido visto desde el poder panista en Guanajuato como la oportunidad para reflexionar sobre la crisis humanitaria que significa el incremento de homicidios violentos, feminicidios, desapariciones, localización de fosas con centenares de inhumaciones clandestinas, nulo acceso a la justicia, impunidad y, frente a todo ello, la posibilidad de iniciar un vasto movimiento social de reacción que fortalezca las políticas del gobierno para combatir al crimen, incluso que propicie su modificación si es que no están funcionando, como todo parece indicarlo.

Lejos de ello, los diputados del PAN, bajo el gris liderazgo de Jesús Oviedo a quien también están a punto de darle las gracias desde la oficina del gobernador, que es donde verdaderamente se dirige al Congreso, parecen muy dispuestos a evitar el diálogo, por el temor de que el debate que se suscite termine por responsabilizar al gobierno de la grave situación que vive Guanajuato.

Curiosamente, evitando el intercambio de opiniones, los dueños del Poder Legislativo de Guanajuato y sus satélites de otros partidos, acaban por confirmar lo que ya se sospechaba: en la medida que se elude el abordaje de la crítica situación que vive el estado y la posibilidad de realizar una revisión en conjunto con organizaciones de la sociedad, el gobierno se asume como doble corresponsable de esa crisis: por no hacer nada para contrarrestarla y por evadir la discusión al respecto.

Contrario al debate y la deliberación, la mayoría legislativa se apresta ya a actuar bajo el único esquema que conocen desde hace tiempo; el de la línea. Necesitan dos terceras partes de los votos presentes en la sesión del Congreso del próximo jueves, una vez salvado el quórum, por lo que no sería remoto que algunos de los diputados de la incolora oposición opten por la ausencia para facilitar el trabajo al PAN.

Lo que resulte de ahí puede garantizarle al gobernador Diego Sinhue Rodríguez tranquilidad, así como a los alguaciles de su gobierno, Carlos Zamarripa y Alvar Cabeza de Vaca, sin embargo, estará my distante de lo que requiere el momento actual de Guanajuato.

Seguiremos viendo el crecimiento de organizaciones de víctimas sin interlocución productiva con el estado; crecimiento de la sensación de vulnerabilidad de la sociedad; prepotencia institucional y abusos de poder, con un Ombudsperson que calculará cada uno de sus pasos para no enfurecer a los halcones del gobierno panista, aunque la sociedad agrave su indefensión.

Serán malos tiempos para todos.

2.- El PAN fagocita al PRI

El temor a a Morena está provocando una recomposición acelerada de los partidos que se enfrentaron por la hegemonía de Guanajuato a lo largo de los últimos años.

El PAN yunquista de Guanajuato se ha abierto a la alianza coyuntural con el PRI y está cediendo espacios y candidaturas.

El PRI, temiendo su extinción, ha aceptado la ayuda panista y camina a una elección donde trabajarán de la mano con quienes les arrebataron el poder por la vía de la negociación política hace 30 años.

El gobernador Diego Sinhue Rodríguez y su jefe de gabinete Juan Carlos Alcántara sostuvieron esta semana una reunión con Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, presidente y secretaria general del PRI, con el objetivo de revisar aspectos específicos de una alianza de facto en Guanajuato.

No cuajó la posibilidad de llevar a José Luis Romero Hicks como candidato de una alianza PAN-PRI en la capital del estado, lo que revivió la posibilidad de reelección para un Alejandro Navarro rechazado y humillado.

Sin embargo, en Dolores Hidalgo, el candidato del PAN será el ex alcalde priista Adrián Hernández quien dejó en el camino al secretario de Desarrollo Social, Gerardo Morales Moncada, quien iba a una derrota segura.

En León se alinean las posibilidades para una negociación donde se convierta en candidato candidato del PRI Roberto Vallejo, quien ya había roto amarras con su partido al aceptar una dirección en la Secretaría de Infraestructura del gobierno estatal. Vallejo, discípulo del empresario Jorge Videgaray quien encabeza el consejo de cultura del estado, sería un aliado de facto de la candidata del PAN Alejandra Gutiérrez, para lanzarse contra el aspirante de Morena, Marcelino Trejo.

Un papel similar jugaría en Irapuato otro empresario, Eduardo Nieto Castro, quien ha venido hilvanando una alianza de PRI y PRD que buscará hacer el uno dos con el PAN contra Morena.

Una muestra palpable de los amarres políticos entre el tricolor y el gobierno blanquiazul queda de manifiesto en la postulación de la ex diputada priista Arcelia González como la integrante «firme» de una terna para magistrado a Poder Judicial del Estado.

El PRI de Guanajuato, bajo la conducción del secretario general Alejandro Arias, ante la casi permanente ausencia de la presidenta potosina Ruth Tiscareño, ya no busca consolidarse como una opción de gobierno, sino solo sobrevivir, administrar derrotas y ganar alguna que otra regiduría.

Como vagón de cola del tren panista en Guanajuato, resulta ilusa pensar que la alianza tenga impacto en aspectos programáticos, se trata únicamente de salvar dividendos burocráticos cada vez más acotados.

Quien lo iba a decir, el partido que inventó a los satélites en la política mexicana, ha terminado convertido en uno de ellos.

3.- Pruebas para Covid-19, entre la política y el pragmatismo

Aunque el gobernador Diego Sinhue Rodríguez se encuentra comprometido con los gobernadores de la alianza federalista para atender una nueva estrategia en relación al combate al COVID-19, la cual implica incrementar sensiblemente el número de pruebas, lo cierto es que en Guanajuato eso probablemente no ocurrirá.

La estrategia determinada por el secretario de salud, Daniel Díaz Martínez, determinada en buena medida por los marquistas incrustados en la dependencia, Fernando Reynoso Márquez y Rosario Sánchez Navarro, ha sido la de controlar estrictamente el número de pruebas para no propiciar el disparo de casos que seguramente ocurriría.

Para poder cumplir con el compromiso establecido con sus colegas gobernadores, y distanciarse de la estrategia federal, el gobernador de Guanajuato tendría que dar un manotazo en la mesa y meter a su secretaría de salud en cintura.

De no ser así, de tratar de mantener el control de las cifras a través de las pruebas, como ha sido hasta ahora, Guanajuato entraría en una meseta alta las próximas semanas, con un promedio de entre 600 y mil casos diarios, peor no más allá de eso.

Desde luego, eso nada tendría que ver con lo que ocurre en la realidad y las cifras oficiales solo contribuirían al exceso de confianza de la población que ha sido la norma hasta ahora.

Así que una cosa es hacer propaganda a expensas de la pandemia, pero otra muy distinta aplicarse en serio con las medidas que han probado ser las únicas de utilidad en otras latitudes.

Seguiremos instalados en la irresponsabilidad.