Es muy fácil que te guste lo que ves en un viaje, pero ¿se puede replicar? Guanajuato tiene un largo proceso de planeación nativa, desde fines del siglo pasado, que sin duda es mejorable. ¿Se podrá hacer simplemente injertando modelos tan exitosos como ajenos?

No es extraño que el modelo de desarrollo que tiene obnubilado al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo sea el de Singapur. La pequeña ciudad estado, de apenas 700 kilómetros cuadrados contra los 1200 kilómetros cuadrados de la ciudad de León, ha forjado una cultura empresarial competitiva a nivel mundial, bajo la insignia del totalitarismo.

Aquí, sin que nos acerquemos ni siquiera a los índices de educación, inversión, PIB o ingreso per capita, por lo pronto ya tenemos visos de un pequeño gobierno autoritario que rechaza escuchar a sus gobernados e, incluso, hablar con ellos.

Nos acabamos de enterar, de boca del propio Sinhue en una de sus escasas intervenciones ante medios,  que «ya anda aquí la gente de Singapur, estamos viendo ya proyectos».

El consultor Daniel Seah, de Singapore Cooperation Enterprise está en Guanajuato ya, aunque el gobernador apenas se lo va a comunicar al presidente del Instituto de Planeación del Estado de Guanajuato, el órgano que por ley está encargado de prever los escenarios y normar trasversalmente las políticas públicas que impactan al desarrollo.

Sería por demás importante saber cuáles son las características del Máster Plan que quiere formular el gobernador Rodriguez Vallejo con apoyo de los expertos asiáticos. ¿Tendrá costo para el estado? ¿Se realizará como parte de un convenio internacional? ¿Debe tomar conocimiento del tema el Congreso del Estado? ¿Implica turnarlo al Senado de la República, entidad que legisla en materia de política exterior?

Gobernar no es simplemente enchílame otra, sino que hay protocolos y caminos que deben recorrerse. Por ejemplo, después de una charla finsemanera con dos gobernadores vecinos, Sinhue ya plantea una vinculación regional en materia de planeación y realización de obras. Suena bien pero ¿y las formalidades?

Planeación para llevar. Foto: @diegosinhue

El gobernador también plantea, «para que el proyecto funcione», lograr el involucramiento de la sociedad. Genial, pero ¿a qué parte de la sociedad se refiere? Porque si solo se trata de los consejos de corte empresarial de los que  suele rodearse la burocracia panista, el tema no contará con suficiente representatividad.

Sin embargo, las promesas y discursos de los gobernantes a menudo son solo eso, palabras al viento, por lo que hay que fijarse en los hechos, pues el diablo está en los detalles.

Si nos atenemos a la forma en la que Sinhue se ha comportado en este su primer mes en el cargo, no puedo hacerme demasiadas ilusiones de su Máster Plan, ni del compromiso de tomar en cuenta a la sociedad.

Ahí están los casos del procurador carnal, Carlos Zamarripa; y del secretario de seguridad compinche, Álvar Cabeza de Vaca: en sus ratificaciones la sociedad fue ignorada olímpicamente e, incluso, le fueron negadas explicaciones. La medida se aplicó como una cucharada de medicina amarga, con absoluto autoritarismo y dando a los cudadanos el papel de menores de edad.

Ahora, con el plan «made in Singapore», parece que puede ser igual, si nos atenemos a que ni siquiera los responsables de la planeación por ley han sido conveniente y oportunamente informados.

¿Es el plan singapurense la gran ocurrencia del nuevo sexenio, como lo fue el Escudo de Miguel Márquez? ¿Estaremos al cambio de seis años lamentando e alto costo y la descarada inutilidad del capricho de otro gobernador?

En serio, ¿se le puede llamar planeación a visitar un lugar por siete días y tratar de imitar lo que se vio?

Más seriedad, señores. Se trata de Guanajuato.