Jugando al “no pasa nada”, los jefes de la campaña torreslandista, Jorge Videgaray y Javier Contreras, han provocado ya una profundización de la crisis que ha venido afectando a ese partido de forma recurrente desde hace años.
Al día de hoy, ambos tienen en su poder sendas diputaciones plurinominales seguras para la próxima legislatura. Sin embargo, para lograrlo han distanciado por lo menos a tres corrientes distintas del proyecto de Juan Ignacio Torres Landa: las que encabezan Gerardo Sánchez, Miguel Ángel Chico y Alejandro Arias.
Un síntoma de ese alejamiento se pudo ver este viernes en el foro de propuestas agropecuarias de la campaña de Juani, realizado en las instalaciones de la Expo Agroalimentaria de Irapuato, ante un auditorio raquítico.
Probablemente tenga algo de verdad la consideración de que las tradicionales organizaciones priistas como la CNC, la CNOP o el MT ya no sirven para mucho, pero su sustitución debería obedecer a un proceso y no sólo a desplantes.
Hoy, el PRI de Guanajuato y la campaña de su candidato a la gubernatura tienen sus instalaciones tomadas, demandas en proceso ante los tribunales electorales y una ruptura con los tradicionales proveedores de las movilizaciones.
¿Van a dedicarse Contreras y Videgaray a reconstruir al partido en los 45 días que faltan para la elección? Si es así, suponiendo que tuvieran la capacidad y la disposición, ¿entonces a qué horas van a hacer campaña?
En el fondo, la mayor parte de los problemas que enfrenta el PRI en este momento se deben a la soberbia, algo contra lo que difícilmente hay defensa.
