El gabinete de Juan Manuel Oliva sigue sufriendo recomposiciones, cuando faltan escasos seis meses para la conclusión de su encargo constitucional. No parece una dinámica muy sana.
Ahora tocó el turno al Secretario de Salud, Éctor Jaime Ramírez Barba, llegado apenas hace un año al equipo tras la detección de irregularidades en la administración de la dependencia a cargo de Jorge Armando Aguirre Torres, hoy uno de los candidatos al Congreso amenazados de sacrificio por las cuotas de género.
Tras de la participación de Ramírez Barba en el equipo de campaña de Miguel Márquez Márquez, es de presumirse que el ahora ex funcionario se incorporará de tiempo completo al trabajo electoral, el cual no es precisamente su fuerte.
No lo sabemos, en realidad, porque el propio ex secretario decidió no hacer públicos sus motivos. Sin embargo, una posibilidad no remota tiene que ver con las crecientes fricciones entre el equipo marquista y el gobernador Oliva, derivadas sobre todo de diferentes concepciones sobre la forma de llevar adelante la campaña.
Si esa es la razón, la incorporación plena a tareas de índole electoral, definitivamente parece sano que Éctor Jaime Ramírez haya decidido servir sólo a un amo y evitar la peligrosa tentación de abarcar demasiado y fracasar en todo.
Quizá allí está la clave de la frase con la que lo despidió Juan Manuel Oliva: “Gracias, doctor Ector Jaime, estamos seguros que tendrá éxito en la siguiente responsabilidad que usted llevará a cabo”. Sabe algo o habla al tanteo, es la pregunta.
