Se le avecina un nuevo dolor de cabeza al PAN: Irapuato
Alejandro Badia Gándara tiene pocos años avecindado en el municipio fresero, es originario de Chihuahua y se vinculó a Sixto Zetina, el actual alcalde, cuando fungió como su asesor en la diputación federal de 2009 a 2012.
Ya como alcalde, Zetina colocó a Badia en la Dirección de Servicios Públicos de Irapuato, un área importante para el manejo de la ciudad, de la que dependen el servicio de limpia, el de mercados, alumbrado público y rastros, entre otros. Desde allí lo ha impulsado como un auténtico factótum de la administración.
La confianza es tal que en las pasadas emergencias por inundaciones, cuando el alcalde se encontraba de vacaciones en Europa, la instrucción precisa que llegó fue la de que todas las acciones deberían ser coordinadas por Badia y no por la secretaria del Ayuntamiento, Lorena Alfaro, quien entonces optó por alejarse, evidentemente disgustada.
Y las cosas van a mayores. La comida de cumpleaños organizada por Alejandro Badia el pasado sábado, por cierto utilizando a trabajadores del servicio de aseo municipal para los preparativos, pretendió competir con otra comida que tradicionalmente realiza en la misma fecha la secretaria Alfaro.
Aunque, si se trata de competir, la veterana política que es Lorena Alfaro dejó chiflando en la loma al joven Badia, pues prácticamente todo el gabinete acompañó a la secretaria del ayuntamiento, mientras que sólo la directora de educación, María del Refugio Godoy, acudió con el director de servicios municipales.
Sin embargo, más allá de las veleidades sociales mezcladas con política, lo verdaderamente preocupante es que cuando todavía no se llega al primer informe, ya haya iniciado una carrera por una potencial precandidatura del grupo que actualmente detenta el poder en Irapuato, lo que necesariamente traerá consecuencias.
Quien debe estar mayormente preocupado es el joven Andrés Navarro Gama de León, cuando apenas está por hacerse cargo del comité municipal del PAN, a donde llegó tras mucho batallar, y ya ve como se le viene encima una tempestad, precisamente desde la fracción que lo impulsó.
Hay que decir, sin embargo, que el proyecto de continuidad de Badia Gándara no surge como una ocurrencia del alcalde, sino que forma parte de una estructuración a la que no es ajeno un tercer personaje.
Hablamos de Amaury Alcocer González, el asesor de Sixto Zetina y asistente de la senadora Mariana Gómez del Campo, quien se ha convertido en el embajador de la administración ante los grupos empresariales de Irapuato y un verdadero poder tras el trono, operando a larga distancia desde la ciudad de México y solo los fines de semana en el municipio.
La jugada es de una obviedad que impresiona: con la precandidatura de Alejandro Badia se estaría desplazando al grupo de Lorena Alfaro y del ex alcalde Ricardo Ortiz, justo lo que le permitió ganar la contienda interna a Zetina frente a Julio Dibella, el candidato al que apoyó Jorge Estrada Palero.
Así, mientras en León el PAN batalla para hacer una oposición creíble frente a Bárbara Botello; en Irapuato, donde este partido gobierna, parece que desde la administración se están esforzando para complicar las cosas en un futuro que ya no se ve nada lejano.
Al romper pactos políticos por simples ambiciones y aventurerismo, Sixto Zetina está mostrando que no es un político confiable ni siquiera para sus aliados.
Lo delicado es el desbalance que esta actitud puede generar en Irapuato, la cual traerá consecuencias para una administración que hasta hoy, a no ser por los escándalos, pasaría por absolutamente gris.
Con ello, para el PAN lo que se ve comprometido no es sólo el municipio fresero, sino el estado completo, pues una derrota en Irapuato, si no se produce la recuperación de León, dejaría a este partido, y al gobierno de Miguel Márquez, en una situación de terapia intensiva para la segunda mitad de su mandato.
Esa es la relevancia de lo que hoy acontece en Irapuato.
