Lo que ha ocurrido los últimos días evidencia el fin de un ciclo.
El tradicional control ejercido en la principal institución educativa del estado se ha roto, como lo mostró el paro estudiantil de seis días,
Por otra parte, el precandidato morenista a la gubernatura en 2024, Ricardo Sheffield, ha logrado armar una comida con más de mil 500 operadores en el principal bastión del PAN en Guanajuato, la ciudad de León.
El rector general de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, acaba de ser reelecto por 4 años más. No lo fue en una elección abierta, ni siquiera en una decisión indirecta que contemple la opinión de la comunidad. Recibió el respaldo de una junta directiva de 11 notables, ocho de ellos empleados de la Universidad y 3 externos.
La junta es endogámica y cooptable. Por ejemplo, a los pocos días de la reelección la hija de uno de sus integrantes, Enrique Navarro González recibía un puesto de privilegio: la coordinación del naciente Museo Universitario, de donde fue removida cuando se hicieron preguntas a través de transparencia sobre su trayectoria y currículo. De cualquier manera, solo fue reubicada.
No es la primera vez que eso pasa. La autonomía de la Universidad, lograda por el ex rector, después gobernador y hoy líder cameral panista Juan Carlos Romero Hicks, logró convertir a la UG en un coto de poder de una clase académica controlada por este prócer panista quien mantiene una gran influencia sobre ella hasta la fecha.
Semana de informes, semana de confrontaciones. ¿Quien le debe y quién no le debe a Guanajuato? Los parquímetros en la capital del estado ¿a quién se le ocurre? Reelección en la UG, cuatro años más de boato sin proyecto académico
1.- Miguel
Márquez: la corrupción no quita popularidad
Hay por lo menos seis casos emblemáticos de la opacidad y la cancha abierta a la corrupción con la que se manejó el gobierno de Miguel Márquez Márquez, el gobernador que engañó a la mayor parte de los guanajuatenses y se retiró del gobierno con la mayor popularidad de un mandatario en tiempos recientes ya habiendo dejado a un delfín que le sigue rindiendo pleitesía.
Luis Felipe Guerrero Agripino está entrenado para darle la razón a sus interlocutores, máxime si está en el ojo del huracán. Así lo hizo de forma sistemática en su comparecencia ante las legisladoras de la Comisión de Equidad de Género que lo citaron para revisar los casos de acoso y hostigamiento en la Universidad de Guanajuato.
Al escuchar al
rector general surgía la impresión de que tiene un profundo compromiso con el
combate y hasta la erradicación de las conductas de acoso y agresión sexual y
que su mayor problema es la inercia burocrática de la UG y su gran tamaño, sus
70 unidades académicas.
Del dicho al hecho… Foto: Congreso del Estado
Es decir, el
poderoso rector general que se presenta a la reelección sin opositores, que
domina todos los espacios burocráticos y deliberativos de la institución, llámense
cuerpos académicos, consejos de campus y el consejo general, no ha logrado
mover al “elefante reumático” para que se rechacen de tajo las conductas de
agresión cobijadas institucionalmente.