El síntoma es generalizado: los descendientes de los políticos que pretendían cambiar la faz del estado y las formas de gobernar, hoy se encuentran en fuga. El PAN no es más el partido que quería llevar la voz ciudadana a los espacios de decisión, hoy es más que nunca una clase dirigente a la defensa de privilegios y alejado de las penurias de sus gobernados.
Como en el gobierno estatal, en San Miguel de Allende otro gran protagonista de la era panista en Guanajuato y su asalto al escenario nacional, Luis Alberto Villarreal, ve como su alcaldía hace agua, en buena medida por su propia frivolidad, pero también por el asalto de una violencia descontrolada en la que asoman todas las contradicciones del oropel que se ha querido construir sobre las desigualdades que oculta «la mejor ciudad para vivir».
Doble tragedia en San Miguel de Allende: la violencia y la insensibilidad oficial. Foto: News San Miguel
La muerte de Magdalena, una mujer que caminaba con su pareja por el centro de la ciudad, tras un ataque premeditado contra un hombre que caminaba pasos adelante, quiso ser disfrazada como un incidente que «no afecta a los visitantes», pretendiendo hacer pasar a la víctima como residente local.
Quizá lo peor de todo no sea que Guanajuato tenga un promedio de 10 asesinatos diarios, que sus calles sean un campo de batalla y que el crimen no respete ni hospitales ni iglesias. Lo peor es que sus autoridades nos quieran seguir dorando la píldora, haciendo creer que no pasa nada y que seguimos siendo la Atenas de por acá, como se burlaba Jorge Ibargüengoitia.
En ese intento de simulación, imposible por donde se le vea, no están solos, los gobernantes de Guanajuato cuentan con la complicidad de casi todos los medios de comunicación de Guanajuato, que publican los asesinatos de uno en uno, en las páginas rojas de sus ediciones en papel, electrónicas y digitales, sin sacar conclusiones, solo para vender, porque “los muertos venden”, pero sin hacerse cargo de lo que eso significa para la sociedad que lo padece.
Cuentan también con la complicidad de los partidos políticos de la entidad, al borde de la desaparición e inmersos en la búsqueda de formas cada vez más ignominiosas de complacer al poder.
La entrevista de hoy en la videocolumna es con la diputada panista Libia Denisse García, para hablar de las iniciativas de ley sobre atención a víctimas y erradicación de la tortura, además, pasaré un audio con una entrevista del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que contradice lo que se ha dicho en Guanajuato sobre el reparto del agua del Zapotillo.
En el sexenio de Miguel Márquez Márquez, un gobernador que prácticamente no tuvo crisis mediáticas y transitó su gobierno como el mandatario estatal mejor calificado en el país, Guanajuato sufrió dos transformaciones radicales: se convirtió en uno de los mayores paraísos del robo de combustible, como lo reflejan la cantidad de tomas localizadas y denunciadas; y elevó sus cifras de violencia homicida en un mil por ciento.
Miguel Márquez tuvo un gran éxito en deslindarse de ambas responsabilidades, como si gobernar un territorio no significara hacerse cargo de todo lo que ocurre en él para atenderlo o gestionar su atención en coordinación con otras instancias.
Parafernalia sin contenido, ni respeto a derechos humanos. Foto: Twitter.
En los primeros meses del año próximo deberá renovarse el consejo de administración del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León, entre los consejeros que llegan para asumir la responsabilidad por tres años, estará quien ocupe el cargo de presidente, una elección que deberá ser particularmente cuidada después de la mala experiencia vivida con el empresario del calzado Pedro González, quien debió retirarse del cargo después de un escándalo mediático y jurídico por tráfico de influencias.
El consejo de Sapal se ha convertido en una entidad donde se refleja la disputa por el poder entre los grupos económicamente poderosos de la ciudad de León. Allí, el sector cuero – calzado, dominante hasta hace no mucho, enfrenta sus anacrónicos intereses con el de los constructores y el de los desarrolladores inmobiliarios, sabedores todos de que ya no hay suficiente agua para mantener el ritmo de crecimiento de la ciudad y que ahora esta debe ser pagada en lo que vale.
De acuerdo al investigador Sergio Aguayo, hay por lo menos media docena de juicios entablados en el país contra medios de comunicación y comunicadores mediante la figura del “daño moral”, establecida al derogar los delitos de difamación y calumnias de los códigos penales del país.
El propio Aguayo enfrenta un proceso iniciado por el exgobernador de Coahuila Humberto Moreira, sobre quien el académico del Colegio de México y colaborador del periódico Reforma y del Canal 11, había realizado y publicado investigaciones sobre sus actos de corrupción y la presunción de nexos con el crimen organizado.
Es una vieja figura de la historia política mexicana, de la más anacrónica, por cierto. Hombres fuertes fueron Santa Anna, Juárez, Díaz, Obregón y Calles. La institucionalización de la política en la segunda mitad del siglo XX impidió que figuras poderosas como Cárdenas, Echeverría o Salinas pudieran regresar a la figura de un jefe transexenal.
Así que lo que está pasando en Guanajuato resulta notable. El PAN, justo el partido que surgió como reacción a los excesos del régimen posrevolucionario y a su proyecto de corporativizar prácticamente a toda la sociedad, ve surgir en su seno la figura del hombre fuerte en la persona del exgobernador Miguel Márquez Márquez.
A mes y medio de dejar el cargo, los cincuenta años de Miguel Márquez sirven de pretexto para una reunión eminentemente política. Foto: Zona Franca.
Nunca lo ofreció en la campaña, sin embargo, una de las primeras preocupaciones del alcalde capitalino Alejandro Navarro Saldaña, de extracción panista, es la de construir un nuevo palacio municipal que se ubicaría, casualmente en la frontera de la peleada zona de preservación ecológica de La Bufa, para lo cual se pretende endeudar al ayuntamiento con 200 millones de pesos, equivalentes a la mitad de su presupuesto anual.
Resulta demasiado sospechoso que un alcalde que proviene de un grupo familiar vinculado a la industria de la construcción, en lo primero que piense sea en edificar y que pretenda que sean los guanajuatenses actuales y futuros los que sufraguen la obra.
Matar a la ciudad. Foto: Presidencia Municipal de Guanajuato.
En las pasadas campañas electorales los cinco candidatos a la gubernatura firmaron once compromisos propuestos por los sindicatos patronales del estado de Guanajuato, dirigidos todos a mejorar las prácticas gubernamentales que han propiciado la corrupción.
Este 25 de octubre, a un mes de que hubiera tomado posesión Diego Sinhue Rodriguez Vallejo, la Coparmex León le recordó, comedidamente, la necesidad de instrumentar dichos compromisos, que de otra manera quedarían como la típica demagogia de las campañas.