- Agripino I, el rey ha muerto
- Sucesión panista de Guanajuato a cuchillo limpio
- Fidesseg: filantropía privada con dinero público







* Sosa y el robo del kínder: la resistencia al silencio
* Complicidades agudizan crisis turística de Guanajuato
* Justicia injusta: abuso laboral en el Tribunal Electoral
Lee el resto de esta entrada »* Diego Sinhue lanzó semáforo propio, pero culpa a Gatell de movilidad
* Las 20 mil pruebas rápidas, ¿para qué?
* Contagios en dependencias gubernamentales en la opacidad



Inopinadamente, el Fiscal General del Estado, Carlos Zamarripa Aguirre, se presentó en un noticiero radiofónico de León el viernes pasado. Hay que decir que entrevistar a dicho funcionario es un verdadero trabajo de Hércules para los periodistas de Guanajuato. Habla solo cuando quiere, donde quiere y de lo que quiere.
Un día antes había ocurrido la feroz emboscada contra un grupo de guardias penitenciarios de la Secretaría de Seguridad, donde murieron cinco elementos desarmados; horas después ocurriría el ataque a las oficinas de la propia Fiscalía en Celaya con el saldo de un policía muerto y varios heridos; días antes un atentado segó la vida de un funcionario de inteligencia federal y dejó herido al responsable de esa tarea en la entidad.
Increíblemente, la entrevista del titular del espacio, Antonio Rocha, y su colaborador de temas políticos, Miguel Zacarías, no abordó de inicio la complicada situación que vive el estado y el hecho de hay una ofensiva directa contra las autoridades por parte de grupos del crimen organizado, que se vive una guerra sin declaratoria de por medio y por motivos ignorados, por lo menos para la sociedad.
