¿Romero Hicks ungido candidato por dedazo y Gerardo Sánchez sometido? Probablemente no, pero otras razones pueden escribir esta historia como un paralelismo de lo que ocurrió en el PRI nacional.
Pareciera un razonamiento muy simple pensar que el Meade de los priistas de Guanajuato es José Luis Romero Hicks; mientras que el Osorio Chong es Gerardo Sánchez. Lee el resto de esta entrada »
To be, or not to be: el gobernador de Guanajuato entra en la etapa decisiva donde su actuación marcará el destino de su gobierno y su propia carrera política.
Con una estrategia de comunicación ranchera, por decir lo menos, en la que se niega en público lo que se impulsa en privado, el gobernador Miguel Márquez continúa manejando la posibilidad de participar en la contienda presidencial de su partido, así sea solo como comparsa. Lee el resto de esta entrada »
Hablando de complicaciones panistas, el candidato ganador de la contienda interna por la alcaldía de la capital del Estado, Alejandro Navarro Saldaña, ya salió literalmente a suplicar a Margarita Arenas que no continúe con el proceso legal de inconformidad por haber sido descalificada en esa misma campaña. Lee el resto de esta entrada »
La emoción en los medios, en las redes sociales y en los mentideros políticos se incrementa notablemente cuando aparecen noticias que parecen afectar al PRI desde el exterior: si se da la posibilidad de que el PVEM abandere a Bárbara Botello; si José Ángel Córdova negocia ser el candidato estatal.
Justo en los momentos en los que el puntero de todas las mediciones de opinión hacia el 2012, el priista Enrique Peña Nieto, se debatía en la peor de sus crisis de imagen desde que se le ha mencionado como precandidato presidencial, apareció el panista Ernesto Cordero para contribuir a paliar su desgracia.
Con un gran oportunismo, el ex secretario de hacienda trato de hacerse presente en el tema del bagaje literario de los políticos, el mismo que hizo naufragar la imagen de inalcanzable del ex gobernador en la Feria de Libro de Guadalajara, sólo para cometer una pifia que resulta imperdonable, puesto que ya no existía el elemento sorpresa, ni la presión de lo imprevisto. Lee el resto de esta entrada »