1.- Miguel
Márquez: la corrupción no quita popularidad
Hay por lo menos seis casos emblemáticos de la opacidad y la cancha abierta a la corrupción con la que se manejó el gobierno de Miguel Márquez Márquez, el gobernador que engañó a la mayor parte de los guanajuatenses y se retiró del gobierno con la mayor popularidad de un mandatario en tiempos recientes ya habiendo dejado a un delfín que le sigue rindiendo pleitesía.
Hace diez años ya conocíamos las incursiones del crimen organizado en Guanajuato. Sin embargo, eran solo eso: avances, tanteos. Nadie se imaginaba la existencia de cárteles locales, ni siquiera el asentamiento de los provenientes de otros estados.
La mitología urbana de la época hablaba de Guanajuato como un estado tranquilo porque “aquí vivían las familias” de connotados capos de otras latitudes.
Hace siete años, Miguel Márquez nos vendió a los guanajuatenses la idea de un sofisticado sistema de video vigilancia cuyo costo, exorbitante, parecía justificarse por el servicio que brindaría: establecer un blindaje para preservar la paz y la tranquilidad de un estado que veía como aumentaba su PIB año con año por la llegada de las inversiones extranjeras y el turismo.
Todavía no termina de salir a la luz pública todo lo que se encuentra detrás de los manejos fraudulentos de la Caja Libertad de Querétaro, mucho menos las múltiples operaciones que involucraron a distinguidos guanajuatenses, más allá de los que han sido señalados en los medios de comunicación hasta ahora.
Los manejos realizados por el profesionista salmantino José Antonio Rico Rico, tienen consternada a la clase política y empresarial del vecino estado de Querétaro, por la cantidad de nombres y empresas que se asocian con el financiero que se presume como prófugo a estas alturas.
José Antonio Rico en los tiempos de esplendor. Foto: plazadearmas.com.mx
Sin embargo, en Guanajuato solo ha saltado el nombre del ex gobernador Juan Manuel Oliva, quien otorgó obra pública a un asociado de Rico, el arquitecto José de Jesús Martínez Tejada, durante un tiempo dueño del club Irapuato y de una constructora.
El gobernador de Guanajuato, en conjunto con sus similares de Querétaro y Jalisco, con quienes conforma una alianza de entidades del centro del país que buscan equilibrar al gobierno federal morenista, ha decidido reciclar uno de los proyectos más viejos del panismo gobernante: el tren ligero de Guanajuato.
Esa obra, que había
pasado a la historia como el “tren llamado deseo”, según la afortunada frase de
un diputado priista opositor al gobierno foxista, el penjamense Rubén García
Farías, ha sufrido varias resurrecciones todas a costa del dinero de los
guanajuatenses y todas fallidas.
Largo abandono. Foto: A. M.
El primer fracaso
para esta idea de movilidad que parecía revolucionaria en los años 90, se lo
propinó una enredada historia donde se involucraban financieros chinos y jeques
árabes, importados a Guanajuato por Carlos Abugaber amigo cercano del
gobernador Carlos Medina Plascencia, que acudirían a soportar económicamente el
proyecto, en una aventura que solo fue un espejismo que le hizo perder a
Guanajuato cuatro años de planeación y gestiones.
Bárbara Botello Santibáñez fue alcaldesa de León gracias sobre todo a dos historias de corrupción. Después vendría la suya propia.
La primera, la
mayor, fue la de Juan Manuel Oliva, alimentada con toneladas de tinta por el
diario A. M. de León, tras las investigaciones sobre la compra de los terrenos
de la refinería de Salamanca a sobreprecio; así como el despilfarro que
significó la construcción del parque bicentenario de Silao.
Cómo regresamos a la actividad pública después de una Semana Mayor que no fue precisamente de descanso: Celaya, el gran foco rojo de Guanajuato; el gobernador Diego Sinhue pensando en revivir el clásico León vs. Irapuato; AMLO que empieza a enfrentar crisis recurrentes y se enzarza en disputas estériles; el imperio de los medicamentos sigue en Gto, como si Miguel Márquez Márquez no se hubiera ido.
La necesidad de salvar financieramente a un equipo de futbol de la Liga Mx, cuya situación es desesperada por la falta de público, puso en evidencia la visión superficial con la que se está observando el ejercicio de gobierno en Guanajuato.
Una afición apasionada. Foto: Trinca Fresera Irapuato
Lobos BUAP,
equipo vinculado a la Universidad Autónoma de Puebla, no ha logrado arraigar en
la Angelópolis sobre todo porque ya hay un equipo de gran tradición en esa
ciudad; el Puebla, el tradicional equipo de la franja.
La ocupación de Santa Rosa de Lima, posible por el apoyo de fuerzas federales de élite, dio cuerpo y sustancia al primer informe de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, a grado tal que ocupó en ello más de la tercera parte de las dos horas que duró en el escenario.
Sin la operación antimarro, denominada oportunistamente “golpe de timón”, el informe de Sinhue se hubiera limitado a la conclusión de obras emprendidas por su antecesor y al anuncio de que la mayor parte de los programas de la anterior administración, proseguirán.
Primer informe a cinco meses: a dios rogando y con el mazo dando. Foto: Especial.
El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, ha centrado su atención en la imagen pública, más que en la solución de problemas de fondo. Ello explica el que los operativos de esta semana en contra del cartel huachicolero comandado por un presunto delincuente del que hasta hace poco nada se sabía públicamente, se hayan prestado para darle cuerpo a su consigna de un “golpe de timón” en materia de seguridad.
Resulta por lo menos paradójico, que el mejor anuncio que el mandatario tendrá para hacer este jueves en su primer informe de gobierno, provenga de la estrategia de Andrés Manuel López Obrador en contra de robo de combustible y se haya concretado con la indispensable colaboración de fuerzas federales de élite.
Así que, el golpe de timón del panista Diego Sinhue no hubiera tenido sustancia sin los efectos de la Cuarta Transformación.
Huachimansión en Santa Rosa de Lima. Foto: México.com