* Los gobiernos “de revista” están de moda
* Agaveros migrantes engañados por Juan Hernández
* El juguete de Salgado Banda pasa de solución a problema

1.- Ling Altamirano alcanza la categoría de pensador clásico
Cuando el gobierno de Miguel Márquez Márquez tomó la decisión de reciclar a Alfredo Ling Altamirano, hoy todavía vigente en la asesoría del secretario de educación Jorge Enrique Hernández, como líder panista de León para confrontar al gobierno de Bárbara Botello, nunca imaginó el éxito que alcanzaría.
Sin mayores recursos, sin redes sociales ni aparato de comunicación, el veterano cuadro del panismo radical se convirtió en la piedra en el zapato de la estrella emergente en la que se había convertido la primer mujer alcaldesa de León y punta de lanza de un posible proyecto de recuperación de Guanajuato por ese partido, que acababa de regresar a la presidencia de la República con Enrique Peña Nieto.
Ling fue un auténtico cazagoles que aprovechó cada error y desliz de Botello para crucificarla en los medios y perseguirla a sol y sombra. Para la historia quedará su definición de gobierno de revista de esa administración.
El concepto no le hacía justicia a la gestión de Bárbara Botello, que obtuvo logros importantes para León no alcanzados antes, como el primer parque industrial de la ciudad, la remodelación del centro histórico, la construcción del distribuidor vial norte y el eje vial de Timoteo Lozano en el sur.
Sin embargo, los escándalos mediáticos, sospechas de corrupción, cierta frivolidad y una gran soberbia para despreciar la crítica y corregir rumbos, marcarían al gobierno priista que había logrado la hazaña de recuperar León tras un cuarto de siglo de dominio panista.
La frase de Ling quedó grabada en piedra.
Tanto que hoy puede ser usada como una categoría para definir a gobiernos actuales, paradójicamente, panistas.
Con su afición por las redes sociales como instrumento de gobierno, las agotadoras selfies como simulación de “trabajo arduo”, la imposición boletinera de ocho columnas a los medios estatales, la imitación esnob de políticas importadas desde las más inverosímiles geografías y la inconsistencia real de los programas de casi todas las secretarías, el de Diego Sinhue Rodríguez ya alcanzó el dudoso honor de ser el primer gobierno de revista a nivel estatal.
Se quiere dirigir a la sociedad con eslóganes, se fuerzan políticas con el apoyo de decenas de millones de pesos para tratar de darle cuerpo a ocurrencias como la “mentefactura”, palabra que cada quien interpreta a su aire pero a la que todos los funcionarios quieren subirse para quedar bien con el gobernador.
La única política consistente es la del reparto de prebendas, beneficios y despensas a través de una tarjeta corporativa con la que el gobierno pretende administrar a amplios sectores de votantes y garantizar el control electoral.
Mientras tanto, hacen agua la educación, la política industrial, la atención al medio ambiente, el clima laboral, el mantenimiento de la infraestructura, el turismo, el apoyo al campo. Ya no se diga la seguridad, quizá el mayor factor de deterioro de la cotidianidad, de la economía y de la esperanza de una vida mejor.
Pero eso no le preocupa al gobernador del estado, quien ya sueña un Guanajuato lleno de viñedos y fincas campestres, como un valle californiano transplantado por arte de magia a los alrededores de San Miguel Allende y Dolores Hidalgo, donde ya se cuecen inversiones de un círculo de empresarios cercanos a Sinhue.
Desigualdad, crisis económica, desempleo, escasez de agua, territorios dominados por los cárteles, inseguridad en los caminos, altos niveles de adicciones, deserción escolar, todo eso no parece quitarle el sueño al gobierno de revista del señor Sinhue quien ya ha dicho en todas partes que no tiene otros planes políticos más que el retiro: es decir “después de mí, el diluvio”.
Guanajuato se deteriora consistentemente ante una actitud que combina el descuido, la falta de oficio y la rapiña institucional.
Frente a ese panorama, ¿podrá el gobernador dar el anhelado dedazo y ungir un sucesor, llámese Jesús Oviedo, plan A, o Libia Denisse García, plan B?
¿O simplemente abrirá la puerta a una rebatinga donde el que tenga más saliva pueda tragar más pinole, llámense Miguel Márquez o Marko Cortés?
El primer gobierno de revista de nuestra historia política reciente, el de Botello, no logró controlar su sucesión y terminó entregando el poder.
Esta historia continuará.
2.- Johnny Hernández y Marisa Ortiz: la revista aquí es de caricaturas
Hace dos años, el secretario del migrante y enlace internacional Juan Hernández, logró convencer a un grupo de diez empresarios guanajuatenses migrantes en EU para que invirtieran recursos en siembras de agave en los municipios de Huanímaro y Pénjamo, asegurándoles que tendría todo el apoyo del gobierno del estado y que se trataba de una idea del gobernador Diego Sinhue Rodríguez.
Eran tiempos de pandemia e incertidumbre, pero para el mes de octubre de 2020, Johnny Hernández pudo hacer una gira por los terrenos donde se sembró la cactácea y hasta se dio el lujo de hacer un video en el que aseguró que era el propio gobernador quien animó a los inversionistas de varios estados de la Unión Americana, a invertir en la siembra del principal insumo del tequila, aprovechando la extensión de la denominación de origen a municipios guanajuatenses como los señalados.
Esta semana, en una reunión para presentar el mapa de compatibilidad del cultivo de agave en Guanajuato, fue el propio Diego Sinhue, con el que los migrantes agaveros convencidos por Hernández nunca tuvieron oportunidad de reunirse, quien señaló que hay un exceso en la siembra de la planta que constituye un riesgo para quienes han incursionado en esa actividad, pues “no habrá quien se los compre”.
En la reunión se advirtió también que muchos agricultores agaveros han estado sembrando en zonas fuera de la denominación de origen y en áreas naturales protegidas, sobre todo en la sierra de Pénjamo, lo que ya motivó una denuncia ante Profepa de la muy poco activa secretaria del Medio Ambiente de Guanajuato, Marisa Ortiz Mantilla.
Al respecto, los migrantes se sienten engañados por Johnny Hernández y no es para menos.
Vaya situación, se trata de las dos dependencias creadas por Diego Sinhue, precisamente para atender migrantes y medio ambiente y no son capaces de ponerse de acuerdo entre ellos, lo que constituye un ejemplo por demás paradigmático, de lo disfuncional que resulta este gobierno.
Pero a lo mejor la culpa no es de Hernández ni de Ortiz, ambos carentes de experiencia sobre sus responsabilidades y sobre el contexto guanajuatense. Es más probable que la responsabilidad sea entera de quien los improvisó en esos cargos y los mantiene allí pese a su notoria incompetencia.
3.- Gto Leasing: la opacidad como recurso frente al fracaso
Parecía una idea genial: el gobierno del estado gran consumidor de flotas vehiculares para sus numerosas dependencias, comprándoselas a una entidad financiera conformada con recursos del fondo de pensiones de los trabajadores, a fin de generar utilidades por encima de los rendimientos bancarios.
Así lo pensó el economista Héctor Salgado Banda, quien a su experiencia en el propio ISSEG el sexenio pasado no aúna más que un paso de analista por el Banco de México.
Además con toda la confianza del gobernador Diego Sinhue Rodríguez en su perfil, Salgado pudo dejar a su sucesor en el ISSEG, Ricardo Sergio de la Peña Rodríguez, otro personaje ajeno a Guanajuato, experto en temas de exportaciones en Proméxico y cuyo último cargo fue la coordinación de asesores en la secretaría de Energía del gobierno priista de Enrique Peña Nieto.
La arrendadora *Gto Leasing* se constituyó como una sociedad anónima promotora de inversión y una sociedad financiera de objeto múltiple, con la finalidad de incorporar capital privado y mantener con carácter minoritario al propio ISSEG.
La estrategia falló desde el principio al no lograr captar la cantidad de inversión necesaria sobre todo por rechazo del sector empresarial de Guanajuato donde ya existen numerosas arrendadoras, pues se previó que la empresa del estado constituiría una competencia desleal.
De allí para acá todo han sido dolores de cabeza y lo más grave es que se haya decidido ocultar toda la información relacionada con el funcionamiento y la operación de *Gto Leasing*, para lo cual se contó desde un principio con la omisión o la complicidad del Instituto de Acceso a la Información Pública de Guanajuato (IACIP), a cargo en ese momento de María de los Ángeles Ducoing Valdepeña.
A lo largo de los casi tres años pasados desde su creación, el IACIP ha evitado observar la necesidad de que esta entidad pública, que lo es por definición al intervenir en su constitución otra de esa naturaleza como lo es el ISSEG, se convierta en sujeto obligado por las leyes de transparencia y acceso a la información pública federal y del estado.
Apenas hace unas semanas, al aparecer las primeras investigaciones periodísticas y realizarse consultas vía transparencia que fueron rechazadas por el ISSEG, el IACIP ya bajo la presidencia de la nueva comisionada Mariela Huerta Guerrero, se comenzó el análisis para “saber” si GTO Leasing es o no sujeto obligado, por increíble que parezca.
El estudio de ese tema, tan arduo como la investigación escolástica sobre cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler, seguramente se tomará varios meses, los mismos en los que el secretario de finanzas y presidente del consejo del ISSEG tratará de ordenar la información para ocultar el fracaso de su brillante emprendimiento, si es que se determina que se trata de un sujeto obligado, pues ya se avizoran algunos enrevesados razonamientos para tratar de escamotearle ese carácter al juguete de Salgado Banda.
Así van: mientras el gobernador se entretiene tomando selfies en cuanta reunión sostiene durante la semana y jugando al influencer con cierto aire chavoruco, sus secretarios “trabajan” arduamente para complicarle más los escenarios con problemas que no son los de la realidad, sino los que ellos inventan.
Como si los tiempos estuvieran para un gobierno de revista.