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DÍAS DE GUARDAR Domingo 17 de abril de 2022

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on abril 17, 2022 at 1:07 pm

* ¿Podrán Diego y Charly controlar la carrera por la gubernatura?

Arte: @PincheEinnar

1.- Enfrentar la sucesión jugando a las comiditas

El Partido Acción Nacional se enfrenta a un reto mayúsculo en Guanajuato frente al relevo de 2024.

El gobernador Diego Sinhue Rodríguez ha tratado de conciliar a las corrientes ubicando a casi todos en la nómina. Sin embargo, no parece haber acuerdos de fodo, solo oportunismo y conveniencias de circunstancia que no parecen suficientes para frenar las ambiciones.

Su operador político y de gobierno, fortalecido por una amplia gama de intervenciones en el proceso decisorio, está cometiendo un error fundamental: Juan Carlos Alcántara da muestras de querer jugar la sucesión con su propio alfil, el anecdótico diputado local Aldo Iván Márquez Becerra.

Mientras tanto, por fuera de los carriles institucionales, con espacios propios de lucimiento, aunque también de riesgo de fracaso, corren las dos alcaldesas de los mayores municipios, Alejandra Gutiérrez y Lorena Alfaro. Más acotada, pero también enfrentada a responsabilidades que son menos dramáticas que las de gobernar ciudades complejas, Libia Denisse García hace lo que mejor le sale: brillar en los medios y las redes sociales.

Los hombres del gabinete se rezagan, en primer lugar por su propia grisura, por ser políticos a la sombra del gobernador, que a su vez sigue también a la sombra: Daniel Díaz Martínez, Jesús Oviedo Herrera, secretarios de Salud y de Desarrollo Social no parecen emocionar ni a los integrantes de su proppio staff.

De Luis Ernesto Ayala Torres un día habría que escribir una historia cuyo título ideal sería El ya merito. El único que parece verlo como candidato firme es su coordinador de asesores el priista Luis Mario Aguilar y Maya, más por razones pecuniarias que por algún sagaz razonamiento político.

En tanto el penjamense Erandi Bermúdez, alentado por un maldoso Miguel Márquez, recorre las veredas de Guanajuato con resultados bastante magros que al menos le permiten seguir apareciendo en las listas.

Frente a ese batiburrillo político, no parece haber muchas ideas para construir un cauce institucional que inyecte una nueva energía al PAN y lo saque del marasmo en el que lo han colocado 30 años de dominio total de la política estatal.

El comité estatal se encuentra desgastado, sin liderazgos reales y apenas con una burocracia medianamente eficiente a su cargo. La secretaria general Rosario Corona conoce el partido hasta sus últimos recovecos e hilvana con habilidad, pero lo que teje de noche lo descompone Eduardo López Mares a las primeras horas del día.

Sometido a las instrucciones de Juan Carlos Alcántara, el irapuatense solo parece aplicarse en la grilla de su municipio, donde ni siquiera ha podido parar la guerra civil de Lorena Alfaro contra Ricardo Ortiz, pero avanza para aprovecharla en su beneficio, mientras en el estado se acumulan problemas y pendientes.

En medio de ese panorama y sobre él hay una sombra que planea aun silenciosa pero con ribetes de amenaza: el papel que tendrá el dirigente nacional Marko Cortés en la decisión final sobre la elección de género para la próxima candidatura, lo que de un plumazo dejará fuera a la mitad de quienes aspiran.

Mientras eso pasa, todos los días se sobrecarga la agenda y la mínima oportunidad de lucimiento es aprovechada por los protagonistas para anunciar sus aspiraciones, como ya ocurrió en estos días de relativo asueto con Alejandra Gutiérrez y Libia García, que con el pretexto de “coordinar estrategias” aprovecharon para la selfie de rigor que alimenta las fantasías futuristas.

Muy cargada la agenda de los próximos meses y muy precarios los controles políticos. Entre comidas de cumpleaños y autopromoción, frente a los escasos recursos políticos que hoy exhibe la cúpula gubernamental y la partidista, una crisis de antología se empieza a larvar en el panismo de Guanajuato.

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