
* Alejandro Navarro: la candidatura de la ignominia
* El PRI sin remedio: corrupción ensucia integración de planillas
* Verde: inmoral lucrar con la muerte de trabajadores de Sapal
1.- Candidato impresentable se impone a un PAN desdibujado
La capital del estado está descompuesta. La política ha caído en sus niveles más bajos, ninguno de los partidos presentes en el cabildo maneja agendas que representen intereses ciudadanos, los y las ediles negocian en base a sus objetivos personales y el alcalde Alejandro Navarro confunde la tarea de administrar con un concurso de popularidad.
El municipio carece de gobierno, lo cual se nota en aspectos como el incremento de la violencia, que este mismo viernes en el cual el alcalde pidió licencia para buscar su reelección, cobró la vida de seis personas, entre ellos tres agentes de la Fiscalía General de la República.
No es lo único, hay un desorden inducido en la planeación urbana, en los permisos para desarrollos inmobiliarios que evidencian prácticas de corrupción. No sería extraño para un funcionario como Juan Carlos Delgado Zárate, el panista que hundió al Instituto de la Vivienda del estado en el sexenio de Juan Manuel Oliva, a grado tal que Miguel Márquez debió desaparecerlo y absorber sus pasivos.
El alcalde evidencia su nueva riqueza en el crecimiento de su negocio familiar, un hotel en el rumbo Valenciana. Se ha tratado de echar tierra al camino abierto para favorecer un predio de su suegro, el panista Guillermo Smith.
Por si algo faltara, Navarro ratificó al frente del sistema de agua a un funcionario sin perfil y de declarada incompetencia, Juan Sebastián Ávila, colocado ahí bajo un pacto con el cacique priista Francisco Arroyo Vieyra, hoy magnate hotelero gracias a los rendimientos del tráfico de influencias que practicó en un cuarto de siglo como legislador.
El PAN se debatió por semanas en la duda de apoyar la reelección de Navarro o buscar un sustituto. La carencia de habilidades políticas y el nulo liderazgo de Román Cifuentes y Eduardo López Mares le permitieron a Navarro imponerse a las necesidades políticas de su partido.
Un último intento por recuperar la cordura en la administración municipal ocurrió este viernes, cuando desde Palacio de Gobierno y desde el PAN estatal se quiso empujar a Jesús Pérez Cázares, expriista y hoy funcionario de la fiscalía estatal, como interino de Navarro, lo que no prosperó al limitarse la licencia del alcalde y precandidato a solo dos meses. Finalmente el edil logró sacar adelante al regidor Armando López para suplirlo.
Queda clara la incapacidad política que campea hoy en Guanajuato en el partido gobernante. Acción Nacional no quería a Navarro como candidato pero no pudo hacer nada para impedirlo. Hoy el PAN, poder omnímodo en el pasado reciente en Guanajuato, ya no hace lo que quiere, apenas lo que puede.
Le pasaba igual al PRI en los años 80 del siglo pasado y nadie en ese partido advertía que se trataba de una crisis terminal. Nadie aprende en cabeza ajena.
2.- PRI: Alejandro Arias regresa a las andadas
Los priistas son inenarrables. Con el agua al cuello, sin poder, con la posibilidad inminente de acercarse al umbral de la pérdida del registro ante el saqueo de cuadros a que lo someten tanto Morena como el PAN , a sus actuales directivos no se les ocurre otra cosa que subastar las primeras regidurías de las planillas en una auténtica tómbola de corrupción.
Incluso el estratega político de Diego Sinhue Rodríguez y verdadero hombre fuerte del PAN, Juan Carlos Alcántara, vio como su plan de fortalecer algunas candidaturas priistas para “rasurar” a Morena, corría serios riesgos si los recursos que están pasando bajo cuerda al tricolor se pierden en el maremágnum de corrupción que ha sido y es ese partido.
La presidenta Ruth Tiscareño Agoitia, potosina de origen y quien debió ver como se alargaba su interinato por la temporada electoral, asiste pocos días al comité estatal lo que no le ayuda para acabar de conocer el entramado del estado.
Esa situación venía permitiendo al secretario general, Alejandro Arias Ávila, despacharse con la cuchara grande y jugar al factótum, olvidado ya de los tiempos aquellos en que debió litigar una acusación por un tema parecido: solicitar cuotas indebidas a los candidatos a alcaldes y síndicos en la elección del 2006.
Pero la historia se repite, ahora como farsa. Una denuncia periodística en un medio nacional cimbró a los nuevos mandamases del PRI de Guanajuato al ser señalado de nueva cuenta Arias como factor de una nueva campaña de venta de candidaturas, pero esta vez solo de regidurías, que es para lo único que le alcanza al PRI.
La columna de portada del diario El Universal seguramente encendió luces de alarma en la oficina de Alejandro Moreno, quien ha mandado línea de que no se tomen decisiones en los estados sin consultarlas con los mandos nacionales.
Que un operador local salte a la fama inopinadamente por estar colando regidores viables y, además, cobrar por ello, debió generar una fuerte llamada de atención para la presidenta Tiscareño, quien de aquí en delante deberá dejar atrás sus asuntos en San Luis Potosí y asumir de tiempo completo la responsabilidad que tiene en Guanajuato y evitar los goles del escurridizo secretario general, pues serÍa suicida agregar a las dificultades políticas sospechas de saqueo y rapiña de lo poco que queda en el PRI.
3.- PVEM: se agota la creatividad y también la vergüenza
El dirigente estatal del Partido Verde, Sergio Contreras Guerrero, se acordó de pronto que es oposición, justo cuando están por empezar las campañas políticas donde participará como candidato a alcalde y a regidor, si, haciendo la finta de una campaña y usando al partido en su conjunto para colarse al Cabildo, donde el Verde casi nunca es oposición y mucho menos verde.
Contreras publicó un video en redes sociales donde simula indignación y aborda el tema de los cinco trabajadores muertos en la planta de tratamiento de aguas residuales de León, administrada por el SAPAL.
Plantea ahí su lema de campaña: “que las cosas sucedan”, y groseramente utiliza una tragedia para tratar de ganar bonos políticos. Es penoso, peor aun, es inmoral.
El partido de Contreras, donde nada “sucede” si él no lo aprueba, ni siquiera se ha posicionado en el Cabildo sobre esa tema, no ha cuestionado al presidente de Sapal ni a su director, mucho menos al contralor de León que con un talante similar ha reducido la muerte de los desprotegidos trabajadores a un asunto de pesos y centavos.
No es el único caso de ausencia del Verde en temas ambientales en León. Su regidora respaldó cínicamente el asalto al humedal de Los Cárcamos por el proyecto del City Center, respaldado por el alcalde Héctor López Santillana.
También vió como se jugaba con la ciclovía de López Mateos, cediendo ante la presión de los automovilistas.
La táctica Verde de radicalizarse levemente en la temporada electoral y convertirse en comparsa el resto del tiempo, ya está muy identificada y se ha acentuado desde que Sergio Contreras es el dirigente estatal.
Hoy en su video donde pide que “las cosas sucedan”, protesta incluso en contra de la fiscalía estatal por la lenidad en determinar la causa de muerte de los trabajadores de Sapal, pero en el congreso su diputada ha solapado las comparecencias de Carlos Zamarripa y ha evitado cuestionar las deficiencias del fiscal por el cual votaron, igual que lo hicieron por el ombudsperson carnal Vicente Esqueda.
El colmo es su candidato a alcalde de Guanajuato, Israel Cabrera, el mismo que abrió la puerta al depredador fraccionamiento La Cucursola en Santa Rosa, cuando fue delegado de Semarnat.
Si algo debiera “suceder” en el Partido Verde es que rindieran cuentas de los cuantiosos recursos públicos que han dilapidado en lo que no deja de ser un negocio familiar que juega a la oposición para acrecentar su rentabilidad. Veremos como les va en esta ocasión.