* La fiesta COVID de los gobernadores ensombrece mensaje federalista
* Un veterinario a cargo de la política epidemiológica de Guanajuato
* En Irapuato, el PAN acelera la sucesión con mano negra



1.- Diego Sinhue o como echar a perder una buena grilla con una pachanga inoportuna
Las ansias de novillero del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y la inexperiencia de su círculo cero, provocaron un desaguisado este viernes, cuando el éxito de una reunión con una docena de gobernadores destinada a apuntalar el reclamo de un nuevo pacto de distribución fiscal, fue opacado por la celebración de un banquete con algunos de los mandatarios que despertó la indignación de los guanajuatenses sometidos a los rigores de la pandemia de COVID-19.
Se trató de una terrible descolocación, de una insensibilidad solo comparable a la tan criticada resistencia de Andrés Manuel López Obrador a usar cubreboca, por ejemplo.
La reunión en los jardines de la hacienda museo San Gabriel de Barrera, famosa por ser el escenario de bacanales de los gobernadores priistas del siglo pasado, manejada por el DIF estatal, fue objeto de preparativos desde el jueves pasado para montar una carpa con cupo para 500 personas y colocar pasto sintético sobre el piso del Jardín de las Rosas, parecía el lugar perfecto para agasajar a los gobernadores y funcionarios de 11 entidades que están impulsado una alianza para reformar el pacto fiscal federal… si se hubiera tratado de otros tiempos.
La reunión, cuyo primer enfoque es atender la emergencia por la pandemia de COVID-19 y sus impactos económicos y sociales, ameritaba un marco coherente como la Alhóndiga de Granaditas donde todo fue sobriedad y precauciones sanitarias. La pachanga de las 5 de la tarde en San Gabriel, parecía fuera de contexto.
Y así lo resintieron, con indignación, ciudadanos, prestadores de servicio y opinadores públicos, en cuanto el portal POPLab liberó la información con fotografías tomadas por esos mismos ciudadanos convertidos en reporteros espontáneos que planteaban: “no es justo, no es posible que hagan esto”.
Como contexto habría que señalar que la ciudad de Guanajuato, con su economía basada en el turismo y la vida estudiantil, se ha visto fuertemente impactada por la parálisis producida por la pandemia de SARS-CoV-2, que ha disminuido casi a cero la afluencia turística y retirado a los estudiantes de las aulas, además de diluir la asistencia de empleados a las oficinas de los Poderes estatales, otra fuente de la economía capitalina.
Hay otro agravio previo. Diego Sinhue Rodríguez no vive en la capital del estado y tampoco despacha en Palacio de Gobierno y ni siquiera en el Centro de Convenciones de Marfil, como lo hacía Miguel Márquez. Pueden pasar semanas sin que el gobernador y el secretario de Gobierno Luis Ernesto Ayala, pisen la capital del estado, donde permanece cerrada la residencia oficial y semivacíos el tercer y cuarto piso del palacio en Paseo de la Presa.
Ambos funcionarios y también el jefe de gabinete Juan Carlos Alcántara, suelen despachar en un edificio privado del Puerto Interior, en Silao, el G100, propiedad del empresario Gabriel Padilla Cordero, sin que se hayan dignado aclarar a título de qué, si de renta, compra o préstamo, pese a preguntas planteadas por vía de acceso a la información. Ese desdén ha generado un fuerte distanciamiento de los habitantes de la cortesana ciudad sede de los poderes con el actual mandatario.
El festejo de San Gabriel de Barrera, además de lanzar pésimas señales en momentos en que la pandemia arrecia (más de 3 mil casos nuevos esta semana, con un promedio diario superior a 430, y 192 muertes), cuando además se han endurecido las políticas de los alcaldes para cerrar actividades superfluas, clausurar festejos y mantener a raya a los lugares de reunión, no fue la mejor idea para acabar de redondear la muy productiva sesión de trabajo de los gobernadores.
Y es que aunque a nivel nacional el planteamiento de la alianza federalista aún no genera el contrapeso suficiente para obligar al gobierno de la 4T a la negociación, además de que estos precisos momentos el tema se ha opacado con la polémica derivada de las implicaciones del caso Lozoya, en Guanajuato la reunión estaba pensada para mostrar una cierta fortaleza del gobernador mediante su capacidad de convocatoria.
La reacción adversa de sus conciudadanos ante la fiesta COVID de los gobernadores, deja ver que los estrategas de Sinhue no acaban de entender el momento ni a Guanajuato. Bajar la nota de los medios convencionales, algo cada vez menos difícil por la dependencia de estos de la publicidad oficial, no parece suficiente para el control de daños.
Lo mejor hubiera sido no perder el foco y dedicarse más a la política y menos a la banalidad. Algo que parece costarle mucho trabajo al actual equipo gobernante.
2.- Daniel Díaz designa a un veterinario como responsable de Epidemiología
La titular de la dirección estatal de epidemiología, la doctora Fátima Melchor Márquez, llegada al puesto no por méritos, experiencia o currículum sino por ser la sobrina del entonces gobernador Miguel Márquez Márquez, y del poderoso subsecretario de administración de Salud, Fernando Reynoso Márquez, acaba de solicitar su licencia por maternidad, después de haber estado trabajando casi toda la pandemia desde su casa.
Pese a las quejas de muchos doctores en línea de batalla por no tener a un epidemiólogo de tiempo completo en medio de la pandemia, además por el propio hecho de que la titular estuviera en una situación de vulnerabilidad que le impedía salir a campo y participar en reuniones presenciales, Daniel Díaz Martínez la sostuvo los 4 largos primeros meses de la emergencia.
Como aquí hemos dicho, el círculo de hierro marquista compuesto por Reynoso y Melchor más la directora del laboratorio estatal Rosario Sánchez Navarro, es un poder en el área de Salud contra el que poco puede el propio Daniel Díaz y Moisés Andrade Quezada quien ahora solo parece limitarse a firmar oficios donde no quiere aparecer el secretario.
La forzosa licencia de Fátima Melchor obligó a Daniel a definir un responsable interino de epidemiología, para lo cual eligió al director de Zoonosis y responsable de las campañas antirrábicas, el médico veterinario zootecnista Miguel Ángel Chavira Guerrero.
Así, en la peor contingencia de la historia reciente de la humanidad, Guanajuato enfrentará las circunstancias primero con una joven recomendada y después con un médico de especialidad distinta a la pertinente.
Todo indica que en la Secretaría de Salud de Guanajuato no está operando una fría racionalidad técnica, sino criterios políticos, equipos cerrados y pantallas de propaganda. Que nadie se extrañe si las cosas siguen empeorando.
3.- López Mares, el factor disruptivo de la sucesión panista en Irapuato
Quién lo fuera a pensar, la utilización que Juan Carlos Alcántara ha venido haciendo del secretario general panista Eduardo López Mares, debido a la desconfianza que le tiene a Román Cifuentes, tanto por su cercanía con Miguel Márquez como por sus propias limitaciones personales, está a punto de generar un problema mayúsculo para el PAN en Irapuato.
La bien enfilada precandidatura de Alfonso Ruiz Chico, respaldado por Ricardo Ortiz, Luis Ernesto Ayala y el propio Alcántara, está empezando a ser saboteada por quien debería ser neutral en el proceso, en su carácter de alto cargo directivo del partido.
La oportunidad para el desboque de López Mares lo está siendo la realización de una encuesta ordenada por Cifuentes entre la militancia de cada municipio para sondear la popularidad de los prospectos que se perfilan.
Aprovechando la información con que cuenta y la parsimonia del jefe panista, López Mares ha empezado a mover a sus allegados en Irapuato para que lo incluyan en las menciones de precandidatos. Algunos de los chats donde queda expuesta la instrucción del secretario general panista ya están en el escritorio de Charly Alcántara, quien cosecha lo que sembró al empoderar indebidamente al grillo irapuatense en detrimento de la de por sí débil posición de Roman Cifuentes.
Quien no pierde la oportunidad de usar esta grilla en su beneficio es el empresario Sergio Ascencio Barba, quien utiliza los buenos oficios del exgobernador Miguel Márquez, el compadre de su tío el Gallo Barba para acrecentar sus posibilidades.
Así que el escenario de tranquilidad que podía esperar el PAN en Irapuato, ante la debilidad opositora, podría desvanecerse producto de la falta de control político y la disociación esquizofrénica que vive la dirigencia estatal entre las indebidas influencias de Márquez y de Alcántara, dedicados a retorcer a su partido, en lugar de disfrutar uno de las mieles del retiro y el otro dedicarse a sacar del atolladero al gobierno de Diego Sinhue.