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No hay liderazgo político sin resultados

In Análisis Político, Liderazgo, POPLab on diciembre 2, 2019 at 4:00 am

Por muchas razones, pero sobre todo por causas históricas y por una secular ideología de centro derecha, el estado de Guanajuato y su actual gobierno parecían tener la oportunidad de convertirse en cabeza de una resistencia importante contra el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Si en lugar de Vicente Fox o Elías Villegas, políticos cuyos mejores días ya pasaron y que se ha visto involucrados en el tráfico de intereses cuando han tenido oportunidad de influir en posiciones de poder, estuviera al frente del movimiento anti amlo un cuadro joven, con perspectiva, podría esperarse un resultado diferente.

Elías Villegas marchando en León este 1o. de diciembre. Foto: Especial.

Guanajuato es resistente al obradorismo por naturaleza: por su pasado cristero, por su presente panista, por su actitud anticentralista, por haber iniciado la revolución contra el PRI en los años 90 y por sus distancias con ideologías de izquierda o populistas.

A ese caldo de cultivo natural, que ya provocó que Guanajuato resistiera la ola roja priista en el 2012 y la ola guinda de Morena en 2018, le hace falta liderazgo en el momento actual.

No son pocos los que le ven posibilidades a Miguel Márquez de convertirse en un símbolo de la resistencia, pero el exgobernador no parece querer queso sino salir de la ratonera, En efecto, su protagonismo local le basta para satisfacer ansias de trascendencia, pero el escenario nacional podría ser peligroso para él, sobre todo si despierta la curiosidad de Santiago Nieto y su Unidad de Inteligencia Financiera.

Queda Diego Sinhue, a quien, por razones formales y reales, le sería de enorme conveniencia hacer surgir un liderazgo de alguna parte.

El gobierno en su primer año no se ha consolidado, ni mucho menos, En realidad son más las dudas que las certezas. El gabinete no es gris, sino lo que le sigue. La mayor parte de los secretarios están desaparecidos y el gobernador porta sobre sus hombros una carga que lo rebasa considerablemente.

Le compiten por una parte el ex gobernador Márquez no solo por sus constantes apariciones públicas, que constituyen un símbolo de conservación del poder, sino por su relación directa con actores clave que permanecen con cargos y responsabilidades en el nuevo gobierno estatal, en el Congreso y en los municipios.

También le restan protagonismo los encargados de la seguridad, Carlos Zamarripa y Alvar Cabeza de Vaca, que por una parte muestran una alta ineficacia que ha agotado la paciencia de los ciudadanos; pero, por la otra, exhiben un autonomía fáctica que rebasa lo previsto en ley y que contribuye a debilitar a los tres poderes constitucionales.

Con un gobierno medianamente eficiente, con una concentración extrema en las políticas para combatir la inseguridad que empezara la lenta tarea de reconfigurar las policías municipales, no solo se daría respuesta a las inquietudes de los sectores sociales y productivos de Guanajuato, sino que también se construiría una plataforma para consolidar al mandatario guanajuatense como un repuesto de los desgastados liderazgos opositores a nivel nacional.

Sin embargo, es el fracaso de las políticas locales, el abandono del territorio al libre juego de las fuerzas criminales, la virtual desaparición del gobierno local y muchos municipales, lo que hace imposible que la inconformidad local hacia el lopezobradorismo encuentre figuras de representación en Guanajuato.

Por más que Vicente Fox radicalice su discurso o acuda a las marchas, es un político gastado que difícilmente reconstruirá un liderazgo, lo perjudican las expectativas democratizadoras frustradas en su mandato y su pragmatismo político que lo hizo incurrir en constantes devaneos.

Sin embargo, si lograra levantar nuevos entusiasmos, eso iría directamente en contra del tambaleante posicionamiento del gobernador panista.

En todo caso la lección que se desprende de todo esto es que no se puede prosperar como político si cuando tienes la oportunidad de gobernar, no lo haces con mínimos resultados. O, dicho de otra manera: primero haz la tarea y luego piensa en los diplomas.

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