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Humberto Andrade o el pecado de la provisionalidad

In Botepronto on septiembre 24, 2012 at 3:36 am

Nunca ha sido fácil gobernar Guanajuato. Así lo reconocían los gobernadores de la vieja época priista y lo han sabido los del régimen panista, ya no tan nuevo.

Si bien es un estado donde las formas denotan civilidad, el fondo de la acción política, por acción u omisión, alcanza niveles de barroquismo que nada le pedirían a la Florencia de Maquiavelo.

Cuando un político encumbrado cree que sólo basta con plantearse “hacer las cosas bien” para obtener resultados, a menudo aprende por experiencia propia lo que debería haber sabido con un poco de bagaje histórico: la política tiene sus formas específicas que, cuando se ignoran, incluso buscando hacerlo bien, se termina por hundirse en un pantano.

El próximo e inminente gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, es a no dudar un hombre con las mejores intenciones. Sin embargo, estas no bastan cuando se trata de manejar la tecnología del poder, es decir: conocimiento del terreno, capacidad de análisis, velocidad de reacción y, por encima de todo, una alta dosis de previsión.

O como decía la clásica Ley de Murphy: “si algo puede fallar, fallará”. Razón por la cual, el hombre público, el hombre de estado, siempre debe tener en su arsenal una o varias alternativas de solución para cada problema.

Esa es la premisa que se encuentra en el razonamiento de los políticos del PRI cuando preveían un “sustituto” a su candidato presidencial, que regularmente era el presidente del partido o el coordinador de la campaña, el cual no se encontraba impedido constitucionalmente como sí podía estarlo algún otro miembro del gabinete o un gobernador en funciones.

Esa previsión nunca se puso en práctica, hasta que demostró su utilidad,  precisamente en 1994, cuando ocurrió el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el cual fue sustituido por Ernesto Zedillo, su coordinador de campaña.

En otra escala, el principio operó también en Guanajuato, cuando se registró la renuncia de Wintilo Vega a la candidatura del PRI a la gubernatura, donde su reemplazante fue precisamente Miguel Ángel Chico, dirigente del partido.

La cultura de la previsión, en cambio, no parece muy arraigada en el panismo, que ya se vio sorprendido en 2009 cuando no pudo llegar a la diputación el entonces dirigente estatal Fernando Torres Graciano, lo que obligó a la improvisación, con buenos resultados por cierto, del diputado capitalino Gerardo Trujillo como coordinador parlamentario.

Tres años después, el PAN vuelve a tentar a la suerte y se obliga a vivir una situación similar, pero con un mayor dramatismo, ya que ahora la baja de su diputado plurinominal no implica solamente la de por sí preocupante pérdida del coordinador, sino adicionalmente les quita la mayoría simple para dejarlos con una fracción de 18 diputados que representa el 50 por ciento del Congreso.

El tema, sin embargo, es que esta situación hace crisis ante un discurso público de parte de Miguel Márquez de alejamiento de los resortes políticos en los que su partido engarza con su próximo gobierno. Ya se había visto que en la designación de Andrade como cabeza de la lista plurinominal había empujado más Fernando Torres que el propio Márquez.

Hoy se ve que las candidaturas con las que el PAN compitió en los 22 distritos incluían perfiles muy poco aptos para las responsabilidades legislativas de alto nivel. Uno de los pocos que tenía el entrenamiento, Jorge Espadas, perdió su elección en un distrito de León.

Contraviniendo aquel otro viejo principio de la política al viejo estilo, la Cámara de Diputados con la que arranca Márquez su gobierno no fue diseñada, sino dejada al activismo y la disputa de los distintos grupos políticos estatales y regionales.

La improvisación que se deja sentir en la construcción del Poder Legislativo por parte del partido mayoritario gobernante en Guanajuato desde hace dos décadas, se trasladó también al gabinete que conocimos en la semana que pasó.

La sensación que se respira es que el alejamiento de Miguel Márquez de los grupos en los que se originó su candidatura no acaba de ser sustituida por la creación de un nuevo y confiable entramado de alianzas políticas, sino que está dejando paso a una preocupante provisionalidad presente tanto en los nuevos nombramientos como en las ratificaciones.

Ayer mismo se filtró la posibilidad de que la coordinación del PAN en el Congreso local, complicada por un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal ante el que solo queda ya un recurso de revisión, recaiga en el ex alcalde de Purísima del Rincón, Juventino López Ayala, cuñado de Miguel Márquez Márquez.

Hay que recordar que también el secretario de Gobierno, Antonio Salvador García López, es un exalcalde de San Francisco del Rincón.

Sería realmente un escenario histórico, tener un eje San Francisco – Purísima en la secretaría de Gobierno y la coordinación del PAN  en el Congreso. Además, con un gobernador originario de allí mismo y también ex alcalde.

La geopolítica del estado daría un cambio drástico. Primero al ignorar a León, que ahora está en manos del PRI; pero también por concentrar en naturales de una región excesivamente localizada el eje vertebral político del gobierno. Agréguese a ello la escasa trayectoria estatal con la que llegan al cargo.

Sea esta u otra la solución y más allá del discurso de respeto a las autonomías del partido y de los diputados, en la solución a esta crisis se verán las verdaderas capacidades de Márquez de cara a su asunción como gobernador y una radiografía de cuerpo entero de su ánimo para enfrentar lo que se antoja como una complicada gubernatura.

arnoldocuellar@zonafranca.mx

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Twitter: Arnoldo60

 

  1. Juventino no es cuado de Miguel Mrquez, es su primo politico. La esposa de Juventino es prima hermana de Miguel.

    COQUIS Date: Mon, 24 Sep 2012 08:37:38 +0000 To: coquis_ga@hotmail.com

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