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Romero Hicks, el otro

In Botepronto on enero 11, 2012 at 7:59 am

Tras el paso por la política guanajuatense de los hermanos Juan Carlos y Eduardo Romero Hicks, ambos triunfadores en elecciones por el PAN, uno como gobernador y el otro como alcalde de Guanajuato capital, se incorpora al escenario local otro integrante de esta familia, José Luis, pero ahora por el PRI.

José Luis Romero Hicks siempre ha militado en el partido tricolor, lo hizo de la mano del que quizá fue uno de los políticos más finos en el PRI del siglo pasado: Luis Dantón Rodríguez Jaime, un veterano parlamentario federal que nunca pudo emular a su padre, Luis I. Rodríguez, quien fuera gobernador del estado en la década de los treinta en el siglo XX.

José Luis ha sido funcionario público en Guanajuato en dos ocasiones: en el último régimen priista de la entidad, el de Rafael Corrales Ayala, fue director de Ingresos de la Secretaría de Finanzas, en 1985. Una década después, ocupó la titularidad de esa misma dependencia, pero bajo el mandato del primer gobernador panista llegado por elección, Vicente Fox Quesada.

Esa confluencia refleja en buena medida las consideraciones que se vienen haciendo en alguos círculos del entorno peñanietista sobre las posibilidades, no tanto de recuperar Guanajuato o por lo menos no en primera instancia, pero sí de incrementar de manera significativa la votación de este partido en la entidad.

Un candidato que no le resulte refractario a un electorado que ha mostrado una notable fidelidad hacia el PAN y que, incluso por mera confusión onomástica, pueda potenciar la opción priista, podría ser una buena travesura allí donde han fracasado hasta las mejores cartas del priismo, como en su momento lo fue Juan Ignacio Torres Landa.

Sin embargo, la opción que ha incorporado a Romero Hicks en la terna final junto al propio Torres Landa y Francisco Arroyo Vieyra, dejando fuera a Miguel Ángel Chico quien probablemente alcanzará una postulacion a diputado federal,  también tiene sus complicaciones, una de las cuales sería el acoplamiento entre un aspirante que prácticamente no ha hecho vida partidista en Guanajuato en más de una década y la menguada estructura priista que sobrevive en la entidad, mayoritariamente copada por Arroyo.

Mucho tendrán que negociar los priistas en estos días, sobre todo en los recintos de Insurgentes Norte, donde la decisión excluye en buena medida la participación y las opiniones de dirigentes locales y precandidatos. Sin embargo, de lo que no cabe duda es de que el viejo PRI no se ha quedado sin cartas.

Por cierto, el crecimiento de las opciones de Romero Hicks, el priista, a quien pone contra la pared es a su hermano Juan Carlos, el panista, en su carrera por la candidatura al Senado, donde podría ver reacciones negativas de la militancia blanquiazul ante la postulación de su consanguíneo.

No seria la primera vez que pasa. Ya en 1999, la participación de Juan Carlos en la contienda interna por la candidatura a gobernador del PAN impidió la llegada de José Luis como gobernador interino, luego de la licencia de Vicente Fox. Ahora las tornas se han volteado, como para reparar lo que ocurrió en aquella ocasión.

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