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ISSEG, una caja chica sin fiscalización

In Análisis Político on septiembre 23, 2011 at 4:12 am

A menos de mes y medio de que se inaugurara con todo fasto, el Centro de Distribución del ISSEG, falló. El robot que ejecuta los pedidos de las farmacias y organiza la distribución de medicamentos, colapsó sin que nadie supiera explicar porqué, lo que motivó que se regresara al esquema manual anterior.

El Cedis, centro de distribución de última generación capaz de surtir a 400 farmacias al mismo tiempo (el ISSEG sólo tiene 200), mostró muy rápido que sus críticos tenían razón: la tecnología más avanzada sólo puede ser adoptada cuando la paga el dinero público, pues su uso encarece servicios que no se adoptarían en la empresa privada, siempre cuidadosa de los costos de operación.

En el instituto de pensiones del estado, en cambio, nadie cuida el uso de los dineros. El ISSEG se ha convertido en una poderosa caja chica que lo mismo paga prebendas a los integrantes de su comité de vigilancia y a los integrantes de su consejo directivo, que dilapida en excentricidades.

El consejo directivo, que preside el secretario de finanzas, Gustavo Adolfo González Estrada, autorizó al actual director, Miguel Ángel Salim Alle, a  extraer el presupuesto del ISSEG del presupuesto anual que aprueba la Cámara de Diputados, manejándolo como un organismo que se financia con ingresos propios, lo que ocurrió con plena complacencia de los legisladores de todos los partidos.

De esa manera, el director ya no tiene que someterse a los dictados de rendición de cuentas ante el órgano superior de fiscalización, lo que le deja manga ancha para manejar con discrecionalidad los vastos recursos, alrededor de 6 mil doscientos millones de pesos, de los cuales 5 mil seiscientos millones se destinan a gasto y sólo un remanente de 600 millones queda disponible para fortalecer los fines de garantizar las pensiones de los trabajadores del gobierno y los municipios.

Se trata de un mundo de dinero del que no se tiene que rendir cuentas en el corto plazo, pues los vencimientos de las pensiones se irán produciendo paulatinamente a lo largo de los años. Las broncas del actual dispendio le tocarán a otras generaciones.

Con una liquidez impresionante a su disposición, no se extraña que Miguel Salim o cualquier otro director del ISSEG en el pasado reciente o futuro, decida invertir en sofisticaciones como la compra de un robot automatizado que deja de funcionar al mes y medio de su inauguración, allí lo que sobra es el dinero.

Por ello, también, el problema no le quita el sueño a nadie. Tan es así que mientras los trabajadores del área de distribución del ISSEG sudaban la gota gorda para cargar a mano las camionetas distribuidoras en su moderno Centro de más de 200 millones de pesos, el titular de la dependencia se daba el lujo de iniciar las jornadas de “acercamiento a la militancia” en el comité panista de León, lo que en rigor es una abierta precampaña por la candidatura a la alcaldía.

En medio de este panorama, lo que llama la atención es el mutismo y la pasividad del Secretario de la Gestión Pública, Luis Ernesto Ayala Torres, quien tiene sobre su escritorio un expediente abierto por la asignación de la obra del Cedis, que no fue licitada no obstante alcanzar los 200 millones de pesos, y se asignó directamente a la constructora Eco, propiedad de José Luis Infante, quien también construyó el nuevo edificio del comité municipal del PAN en León.

Para el valiente funcionario que castiga con 15 días de suspensión a un secretario de estado, esa es pecata minuta.

Luis Ernesto parece estar sumamente molesto por el freno que le ha impuesto Juan Manuel Oliva para sancionar con todo el rigor de la ley las irregularidades que ha detectado en el DIF estatal y en la Secretaría de Obra Pública. Sin embargo, su gran debilidad es la tolerancia que ha tenido para con la discrecionalidad con la que su amigo Miguel Salim maneja las finanzas de la fabulosa caja chica en la que se ha convertido el ISSEG.

Rodeado de este desaseo, Miguel Salim se dispone a asumir la búsqueda de la candidatura del PAN a la presidencia municipal de León, emergiendo como punta de lanza del grupo que comanda su protector Luis Ernesto Ayala, aunque también es visto con una profunda desconfianza por parte de Miguel Márquez Márquez, quien ha externado ya la idea de buscar un plan B para ese municipio.

Frente a este complicado panorama el que parece más inerme es Juan Manuel Oliva, quien no obstante sus eventuales corajes con personajes como Salim o el propio Luis Ernesto, se ha mostrado incapaz de gobernar a sus colaboradores y manejar con orden el gobierno.

Todos esos problemas empiezan su cuenta regresiva y se reflejarán en un mayor desdoro de la administración estatal en los próximos meses, pues no se aprecia ningún plan de control de daños y sí, en cambio, el incremento de las fuerzas centrífugas que terminarán por desdibujar a este gobierno. Carácter,  ya se sabe, es destino.

Botepronto

El dirigente nacional de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón, acudirá a Guanajuato este fin de semana a una gira que amenaza con resultar un verdadero desastre. El problema es que se ha apoderado de la agenda un guanajuatense “postizo”: el diputado federal Guillermo Ruiz de Teresa, quien adquirió ese rango por la suplencia de Yulma Rocha, en el triste episodio de las juanitas, al arranque de la actual legislatura.

El defeño que se pasa los fines de semana en San Miguel de Allende ha querido hacer profesión de fe provinciana mediante el raquítico expediente de lanzar tweets a diestra y siniestra en un tono más falso que el de su semi paisano Luis Alberto Villarreal.

Pero Ruiz de Teresa no sólo quiere pasar por guanajuatense, sino que ahora también le ha dado por imaginar que puede lograr la candidatura del PRI al Senado de la República en la primera posición, confiado de que Gerardo Sánchez irá en las listas del CEN.

Eso es lo único que le falta a los priistas guanajuatenses, que además de su escasez de propuestas políticas se vean colonizados por oportunistas chilangos que hacen campañas de fin de semana.

Así que la gira de don Emilio, que por cierto será un día antes de la de Marcelo Ebrard, corre el riesgo de ser un mero decorado escenográfico ante la evidente torpeza de quien se quiere asumir como su representante en Guanajuato con una operación que no llega ni siquiera a ser epidérmica.

arnoldocuellar@zonafranca.mx

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