* Hechos bolas: el delfín es ¿Oviedo o Aldo?
* La ofensiva propagandística del fiscal Zamarripa
* Impuntualidad de Diego, responsabilidad de secretaria particular

1.- Un plan para dominar el mundo

Leo algunas interpretaciones delirantes sobre los últimos acontecimientos políticos de Guanajuato, donde se describen maquinaciones profundamente planeadas para engañar a todos con la verdad y convertir a un político bisoño, superficial y carente de resultados en el inimaginado próximo candidato a gobernador del PAN.
Todo se vale en el fértil terreno de la especualción política, máxime cuando hemos regresado a las épocas oscuras del antidemocrático tapadismo, en un retroceso de décadas que convierte al PAN en un epígono del peor PRI, al igual que lo está haciendo Morena a nivel nacional.
Sin embargo, tengo para mí que lo que propicia las interpretaciones cortesanas, que ven la política como un juego de salón en las cúpulas y no como ejercicio de ciudadanos, no es el desarrollo de una brillante estrategia, sino la acumulación de una serie desafortunada de eventos que más bien revelan la ausencia absoluta de plan.
Este fin de semana, una parte de la clase política, la panista y sus satélites en otros partidos, se hace cruces entre la idea de que la designación de Aldo Márquez Becerra como subsecretario de operación de Sedeshu no es sino una pantalla para convertirlo en candidato a mediano plazo.
Mientras otra parte del oficialismo trata, afanosamente, de explicar que no es así y que el joven sobrino de Miguel Márquez (de quien está convenientemente distanciado), en realidad va a convertirse en el pivote sobre el cual Jesús Oviedo Herrera construirá, ahora sí, su perfil de delfín imbatible y seguro candidato panista a la gubernatura.
Parece una comedia de enredos.
Luego de un destape fulgurante realizado por Diego Sinhue Rodríguez a todo tren en el mes de mayo, junto con el anuncio de una cartera de 2 mil 700 millones de pesos para repartir obra pública, becas, vales de efectivo, calentadores solares, el político de Cortazar que tuvo un paso gris por el Congreso del Estado como pastor panista, no hizo más que ir “cuesta abajo en su rodada”.
No solo fue víctima de un asalto en el triángulo del huachicol donde le robaron la camioneta oficial en el mes de julio, sino que su presencia política y pública se mantuvo en los mismos niveles que como diputado, casi en ceros, mientras las precandidatas Libia García y Alejandra Gutiérrez, destellaban como castañuelas en las redes sociales y en los medios de comunicación.
A las pocas semanas, fines de agosto, ante la parálisis manifiesta y la preocupación de Sinhue y su estado mayor, se le practicó una primera intervención: la remoción del subsecretario de inclusión e inversión, Ricardo Narváez, responsabilizándolo de la lentitud del arranque de Oviedo, para ascender a Montserrat Ramírez, una funcionaria operativa del equipo original de Aldo Márquez.
Un mes después, terminando septiembre, se filtra la información dede el Congreso y concretamente desde la secretaría general en manos del marquista Christian Cruz, de que el diputado Aldo Márquez solicitará licencia para incorporarse a un cargo de gobierno.
Descubierto con una semana de anticipación al hecho, el movimiento se prestó a toda clase de especulaciones aunque finalmente se supo que iría a Sedeshu en un enroque bastante elemental, pues su suplente, Javier Torres Mereles formaba parte del equipo de Oviedo como subsecretario de operación.
Y en efecto, este jueves, Diego Sinhue debió suplir la ya inexistente sorpresa del nombramiento con una fiesta de despedida a Aldo Márquez en el Congreso que terminó de revolver las aguas y confundir más.
La celebración estuvo en grande, un exceso para el anuncio del nombramiento de un subsecretario, en ausencia del titular del área. Innecesario que el gobernador mencionará que los alcaldes deberá acordar con el subsecretario sus inversiones, relegando de nuevo al secretario.
Y ya en el colmo de una cargada más bien ridícula, el siempre ocurrente alcalde capitalno, Alejandro Navarro, ofreciéndole a Aldo el apoyo de “todos los alcaldes”, asumió una representación de la que carece y se subió a una cargada que no tendría razón de ser.
Por si faltara, siguieron las columnas de comentócratas cercanos a palacio de gobierno que no solo ensalzaron la “brillante” trayectoria del diputado y nuevo funcionario, sino que lo convirtieron, ipso facto, en el nuevo delfín.
Hay quien teoriza sobre una operación para blindar a Márquez Becerra tras la figura de Oviedo, a fin de que no reciba ataques mientras realiza la operación de convertirse en candidato a gobernador.
Demasiados brincos para estar el suelo tan parejo. A menos que no lo esté.
Independientemente de las verdaderas intenciones de Sinhue y sus acólitos, las percepciones y la confusión no harán más que aumentar en los próximos meses, máxime si Aldo tiene éxito en su encomienda, lo que convertirá la estadía de Jesús Oviedo al frente de Sedeshu en un verdadero purgatorio.
Si la idea era “reforzarlo”, el efecto es exactamente el contrario. Si la idea es suplantarlo, se trata de una decisión demasiado cruel y poca respetuosa para quien sirvió a Diego casi hasta la ignominia como coordinador legislativo en la primera parte del sexenio.
Corrijo: no parece sino que es una auténtica comedia de enredos, que merecería un mejor elenco y un director un poco más avispado.
2.- Zamarripa sale a medios y cuenta cuentos

Rompiendo su habitual voto de silencio a raíz del nuevo embate presidencial, Carlos Zamarripa le concedió una exclusiva al diario capitalino La Jornada para explicar sus teorías sobre la paz perdida en Guanajuato, fenómeno que ocurrió justo cuando se encumbraba como el procurador/fiscal más poderoso y longevo de la historia de Guanajuato.
Quizá como pretendía hablar para la escena nacional, el fiscal autónomo fue deliberadamente inexacto: habló de que el foco de la violencia en Guanajuato es la zona Laja-Bajío por una feroz pugna de grupos criminales originada en el mercado del huachicol “que generaba ganancias de hasta 50 millones de pesos al día”.
El fiscal deja de lado el mercado de la droga en Guanajuato, problema más actual y urgente que el del robo de combustible y que, de acuerdo con su compañero de andanzas Alvar Cabeza de Vaca, secretario de seguridad, genera un mercado de 60 millones al día.
Cerrándose a la realidad, Zamarripa no habla de cómo ha crecido la violencia en León, donde los asesinatos se han duplicado en el último año.
Evadiendo su responsabilidad en la tarea de disminuir la impunidad, perseguir el delito y coadyuvar con las políticas de prevención en una estrategia integral de combate al delito, el fiscal se refugia en su repetido discurso de que “no trabaja en temas de prevención”.
No solo eso, asegura que 91 por ciento de los asesinatos ocurridos en suelo guanajuatense “están relacionados con el crimen organizado, cuyo combate corresponde a las autoridades federales”, olvidando que un homicidio es un delito del fuero común más allá de su motivación.
Ya en el colmo de la evasión carga contra los policías municipales, critica el mando único de facto impulsado por su amigo Cabeza de Vaca y por su protector Miguel Márquez a quien califica de “paternalista” sin mencionarlo.
Y remata asegurando que la policía de Villagran “trabaja completamente para un grupo delictivo”, sin explicar porque no ha presentado denuncias de un delito que conoce y a lo que está obligado como autoridad, así como tampoco queda claro porqué tanta tolerancia con esa situación, a diferencia de otros municipios donde se ha realizado el “operativo Trueno” para intervenir las corporaciones. La explicación del fiscal desdice las presunciones del gobernador Dieog Sinhue sobre la recuperación del estado de derecho en Villagrán.
Las declaraciones de Carlos Zamarripa terminan por ser delirantes al tratar de excluirse de cualquier responsabilidad: “para que llegaran a mí tendrían que juzgar a 29 mil personas dedicadas a la seguridad pública en el estado”, afirma con una soberbia olímpica, mediante la cual asume de hecho que él se encuentra en la cima de esa pirámide que ha fallado por todos lados pero donde todos pueden ser culpados, menos él.
Y la pregunta es: ¿usted le cree?
3.- ¿Quién es responsable de la impuntualidad del gobernador?

Ya había señalamientos de un líder empresarial, además de numerosas quejas en radio pasillo, por la frecuente impuntualidad del gobernador del estado para llegar a los actos públicos a la hora programada.
No obstante nadie hizo caso del tema a lo largo de los últimos meses.
Hasta que estalló el problema con una consistente serie de rechiflas de los ciudadanos que esperaban el paso del desfile conmemorativo de la toma de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato este miércoles 28 de septiembre, al paso del gobernador Diego Sinhue Rodríguez.
¿Quién es responsable de la agenda del gobernador, de sus ritmos y tiempos donde todo debe estar contemplado, incluso los problemas de logística del propio mandatario?
A la secretaria particular Juana de la Cruz Martínez Andrade le corresponde esa tarea y nadie puede atribuirle inexperiencia ni falta de carácter.
Martínez Andrade está en las nóminas del gobierno del estado desde 2006, cuando fue designada por Juan Manuel Oliva coordinadora de comunicación social. Ya había ocupado su cargo actual con el gobernador interino Héctor López Santillana, después asumió una coordinación de estrategia del gobernador Miguel Márquez en una función parecida a la que hoy ejerce Juan Carlos Alcántara como jefe de gabinete.
¿Qué pasa entonces en esa área como para haber convertido en un problema político y de imagen un tema tan menor como el cumplimiento de una agenda?
Una explicación es que Juana de la Cruz Martínez no esté siendo tomada en cuenta por Diego Sinhue para ordenar sus tiempos. Hay que recordar que la funcionaria está ahí por petición expresa de Miguel Márquez más que por una muestra de confianza y cercanía del actual gobernador.
El otro tema es que en realidad esta secretaría particular sea un simple adorno, mientras la agenda de verdad la lleva la jefatura de gabinete y los choques entre ambas áreas generen la crisis evidenciada en las calles de Guanajuato la semana que pasó.
Cualquiera que sea la explicación, lo cierto es que resulta una ironía mayúscula que el gobernador que quiere venderle a Guanajuato el concepto nunca bien explicado ni aplicado de la “mentefactura”, sea incapaz de respetar ni siquiera una agenda mínima y con ello, el tiempo de los invitados a sus eventos.
Mucho se gasta en la imagen del mandatario como para echar todo por la borda en la falta de atención a los pequeños detalles.
Ojala la experiencia sirva, aún estamos a tiempo.