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DÍAS DE GUARDAR Domingo 25 de septiembre de 2022

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on septiembre 25, 2022 at 12:20 pm
Arte: @PincheEinnar

* Rescatando al soldado Oviedo

* Alejandra Gutiérrez, la vida en rosa

* Violencia criminal, sello del Guanajuato dieguista

1.- Salvavidas arrojados al delfín se convierten en lastre

Por segunda ocasión en pocas semanas, desde la oficina de Juan Carlos Alcántara se deciden cambios en el equipo operativo de primera línea del delfín Jesús Oviedo Herrera, al realizar un enroque entre el diputado Aldo Márquez y su suplente, el subsecretario de operación de Sedeshu, Javier Torres Mereles.

El remedio parece más dañino que la enfermedad: tener que cambiar las dos llantas delanteras al coche de un competidor en el arrranque, definitivamente da mala espina.

Pero además, el sacrificio del diputado Aldo Márquez, de quien se llegó a pensar que podría ocupar la dirigencia estatal del PAN o construirse como posibilidad para buscar la alcaldía de León, hace pensar que hay verdadera preocupación por lo empantanado que se encuentra el delfinato de Oviedo.

Poner toda la carne en el asador y mandar la señal de que el secretario de Desarrollo Social es el prospecto, sí o sí, pese a su falta de carisma, su escasa capacidad organizativa y su sometimiento al grupo cero dieguista, tampoco constituye una lectura positiva.

Solo hay que recordar como se consolidaron candidaturas como la de Juan Manuel Oliva, rompiendo con Juan Carlos Romero Hicks; la de Miguel Márquez, doblegando a Juan Manuel Oliva para que despidiera al poderoso secretario de gobierno Gerardo Mosqueda; incluso la de Diego Sinhue Rodríguez que no obstante el control que tenía Márquez sobre su sucesión, logró convencerlo de desplazar a Jorge Espadas para colocar a Rolando Alcántar en la subsecretaría de gobierno, además de que retrasó de manera significativa la instrucción de despedir a Juan Carlos Alcántara de su secretaría particular.

Las cosas han venido a menos y hoy se vive el peor de los escenarios: un precandidato favorecido por un dedazo incierto y prematuro, que evidencia a cada paso falta de voluntad de poder y un síndrome del impostor que se ve a leguas.

Y las constantes acciones para subsanar las carencias de Oviedo, quien parece sentirse más cómodo en un campo de golf que al frente de la secretaría campeona del populismo, en lugar de ayudarlo terminan por exhibirlo.

Por estos factores, por el protagonismo que exhibe la candidata del plan B, Libia Denisse García, y por el derroche presupuestal que parece dispuesta a ejercer la alcaldesa de León Alejandra Gutiérrez, la sucesión de Diego Sinhue parece dirigirse a caminos intrincados.

Dos factores más complican sobre manera la agenda de los próximos meses: la injerencia que sin duda tendrá el dirigente panista Marko Cortés que ve a Guanajuato como uno de sus últimos bastiones y donde quisiera estar presente a la hora de las decisiones; y la incierta evolución del fenómeno delictivo que pese a los esfuerzos por redirigirlo a la responsabilidad federal, inevitablemente genera desgaste a los políticos locales.

En esas condiciones, nadie en sus cabales puede animarse a adelantar un pronóstico.

Más vale esperar.

2.- Informes de lucimiento desplazan la rendición de cuentas

Cuál más cuál menos, los informes de gobierno parecen rebasados como espacio de rendición de cuentas a la ciudadanía, para convertirse en foros de lucimiento que buscan afianzar las gestiones municipales para darles oxígeno político.

Por su magnitud y por la decisión de inyectarle recursos desmedidos, destaca entre todos el informe de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez en León, que no se midió a la hora de romper la alcancía para contratar toda clase de servicios propagandísticos al servicio de la imagen, no de una funcionaria que acude a informar a sus conciudadanos, sino de una precandidata abierta que gasta dinero público para intentar posicionarse en una carrera desatada de ambiciones políticas.

Foro nacional de alcaldes panistas, presencia del dirigente nacional, cena política por todo lo alto. Clasismo desatado al plantear un área VIP, otra de líderes sociales y la del acarreo ofensivo como escenografía en las afueras del teatro Bicentenario, con comida chatarra y bebidas azucaradas.

Contratación de medios, redes sociales, pantallas ambulantes, espectaculares y el teatro más imponente del estado; todo se contempló menos una sola cosa que quizá era la más importante: un discurso claro, estructurado y con ideas.

Como tenía poco que informar, al no cumplir aún su primer año en funciones, sin obra pública y con la violencia azotando la ciudad, la alcaldesa recurrió a la cursilería política que es la debilidad de sus asesores comunicacionales, hasta rematar con un “himno de la ciudad”, que en realidad es el himno de Alejandra y que tendrá una vida tan corta como la carrera política de su patrocinadora.

La intervención de la alcaldesa no solo fue pobre en calidad literaria y en conceptos políticos, también fue larga y terminó por aburrir a los asistentes, incluyendo al gobernador Diego Sinhue Rodríguez pese a ser afecto a esa misma parafernalia comunicativa.

El colmo fueron las pantallas instaladas en vías rápidas de la ciudad sobre vehículos de firmas publicitarias, que se antojan no solo un dispendio sino un absoluto despropósito, nadie se detuvo a informarse en ellas.

Si la intención era gastar a manos llenas, favorecer a proveedores y abrir posibilidades de negocio para funcionarios públicos, seguramente se logró con creces, no así participar a la ciudadanía de León los retos y las oportunidades que se tienen como comunidad y lo que han hecho sus gobernantes para afrontar unos y aprovechar otras.

Tal dispendio de recursos, en una ciudad que concentra uno de los mayores índices de desigualdad del país, no tiene justificación, pero además vulnera los argumentos que se han ofrecido para endeudar al municipio.

Quien gasta sin recato y con escasa claridad el dinero ajeno confiado a sus manos, no merece la confianza para empeñar el futuro con un empréstito que podría sufrir un destino similar o peor.

Con la decisión de privilegiar el espectáculo sin sustancia y renunciar a la comunicación política transparente, el círculo cero de consejeros de la alcaldesa panista, entre ellos su cónyuge Eduardo Ramírez, su operador electoral Daniel Campos Lango y su operadora política la regidora Jared González Márquez, muestran que la carrera por la gubernatura, pese a lo flaca que está la caballada, les quedará grande y no pasarán de la anécdota.

Eso sí, en el camino echarán la casa por la ventana.

3.- Zamarripa, el pasivo impagable del gobernador

Hasta el último día de su mandato y más allá, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo enfrentará la crítica por las altas cotas de inseguridad y por su respaldo acrítico al fiscal Carlos Zamarripa Aguirre.

Este será el sexenio en el que Guanajuato se estabilizó como el estado con el mayor número de asesinatos en el país; será el gobierno que hizo caso omiso de reclamos ciudadanos, de críticas de especialistas y de adversarios políticos, para mantener a un fiscal cuya ineficacia, probable corrupción y omisión en el combate al delito no justificaban ni su ratificación, ni su elevación a titular de una dependencia autónoma, mucho menos un mandato de 9 años más.

No se ve como pueda disminuir el alto nivel de violencia en Guanajuato en los próximos dos años, cuando no se está intentando nada nuevo, sino sola las mismas recetas ya fracasadas: una fiscalía que se apropió de la secretaría de seguridad y de buena parte de las corporaciones municipales, que se convirtió en un imperio autónomo por encima de los tres poderes del estado y que sometió a sus muy particulares necesidades al partido gobernante y a los opositores.

Pero con todo ello, no logró armar un esquema eficiente de combate a las huestes del delito organizado y se convirtió en un espectador pasivo de una guerra por el mercado criminal en la entidad.

Cualquiera que voltee a Guanajuato desde la esfera nacional o que se plante en el estado con visión crítica, encontrara ese panorama del que son responsables los gobiernos panistas actual y anteriores.

En el futuro estos años serán los años negros de Zamarripa y no los años del gobierno de Sinhue o de Miguel Márquez.

Si el PAN, nacional y local, sus jerarcas y sus beneficiarios no alcanzan a ver que ese es su mayor problema y su flanco más débil, tarde o temprano se convertirá en una crisis insoluble para su continuidad.

No habrá forma de escapar y no habrá otros responsables más que ellos mismos.

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