arnoldocuellar

DÍAS DE GUARDAR Domingo 13 de junio de 2021

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on junio 13, 2021 at 1:08 pm

* Envalentonado, el fiscal pasa a la ofensiva

* Trejo Pureco le salva la cara al PRI en Guanajuato

* Otro socavón de Bety Manrique: el PVEM en Guanajuato

Ilustraciones: @PincheEinnar
I

Ilustraciones: @PincheEinnar

1.- Juicio Zamarripa – Sheffield, una caja de Pandora

Nadie en su sano juicio puede negar que Guanajuato está hundido en una vorágine de violencia, inseguridad e impunidad. Muy pocos de los 4 mil asesinatos que se han registrado en cada uno de los dos últimos años están esclarecidos y la mayoría ni siquiera se encuentran en proceso de hacerlo.

La violencia política creció exponencialmente en los pasados comicios con el asesinato de dos aspirantes a alcaldías con amplias posibilidades de ganarlas, Juan Antonio Acosta del PAN y Alma Barragán de Movimiento Ciudadano, además de otros cuatro actores políticos, lo que convirtió al estado en el segundo más violento de la elección solo después de Veracruz.

De los dos candidatos asesinados se detuvieron con relativa presteza a los presuntos autores materiales, pero nada sabemos de los móviles, de quiénes se beneficiaron con su muerte y de si hay políticos de otros partidos involucrados.

El silencio de la fiscalía es monumental y se guarda cosas para sí, como por ejemplo el vínculo del presunto asesino de Acosta con el funcionario municipal de Juventino Rosas detenido en el mismo operativo, al cual consignó al fuero federal.

Con esos antecedentes, a unos días de las elecciones, el fiscal Carlos Zamarripa Aguirre decidió abrir las puertas de su búnker para dar información utilizando los servicios de un personaje que trae muchas resonancias: Enrique Avilés Pérez, comunicador de Miguel Márquez en la segunda parte de su gobierno e investigado por la contratación de empresas fantasma.

Lo notable es que las charlas de Zamarripa con periodistas no parecen haber abordado los graves temas que afectan la vida de Guanajuato y que se recrudecieron en las elecciones, sino que se centraron en un asunto nuevo: la demanda del fiscal a título personal en contra de Ricardo Sheffield Padilla, por una presunción de daño moral derivada de los señalamientos del ex candidato de Morena a la Alcaldía de León sobre la vinculación entre Zamarripa y la delincuencia organizada en la entidad.

El asunto resulta por demás interesante. Un juicio por daño moral deberá ser desahogado ante el Poder Judicial de Guanajuato y las audiencias para mostrar si Zamarripa tiene alguna responsabilidad o no en el crecimiento de la delincuencia en la entidad, a lo largo de los 12 años en que ha sido procurador y fiscal, deberían convertirse en un tema de resonancias nacionales.

Por más que hubiera prisa por resolverlo, una denuncia de ese tipo se llevaría alrededor de un año de litigios tan solo en la primera instancia. Sería del máximo interés observar si a las audiencias acude el propio fiscal o las deriva en abogados subordinados.

Por otra parte, una demanda de esta naturaleza debería ser cubierta con medios propios por ambos contrincantes, sin recurrir al uso de recursos públicos en dinero o en especie.

En realidad, lo que estaría a debate ante un juez no serían los exabruptos de campaña de Ricardo Sheffield, sino los desastrosos resultados de la política de persecución al delito en Guanajuato y sus consecuencias sobre la sociedad. Podría ser un proceso mucho más interesante que las aburridas campañas que acaban de concluir.

Sólo hay que imaginar un juicio civil en el que uno de los testigos pudiese ser José Antonio Yépez, el Marro, vía zoom, donde pudiera ampliar aquella afirmación que realizó en un video a principios de 2020: “y usted mi Zamarripa, nomás espéreme poquito (…), vamos a jalar hombre, vamos a jalar como lo hemos hecho, vamos a acomodarnos bien, nomás espérame poquito… dos, tres meses”.

Sentar a Sheffield en el banquillo de una demanda por daño moral, también sería sentar a Zamarripa para que esclarezca las fallas de su política de persecución al delito y de combate a la impunidad.

No es la única demanda que se ventila en estos días donde es protagonista el fiscal de Guanajuato. Bárbara Botello acaba de ganar un recurso de impugnación ante un juez federal para obligar al reticente encargado del despacho de la Fiscalía General de la República en Guanajuato, David Carmona, a investigar a Carlos Zamarripa por la violación de un amparo federal, cuando detuvo a la ex alcaldesa con lujo de violencia y prepotencia, algo que incluso fue observado tibiamente por la PDHEG.

Lo relevante de todos estos casos, es que una fiscalía inoperante, que ha contribuido poderosamente a la conversión de Guanajuato en uno de los estados más inseguros del país, por fin sea sometida a un escrutinio público, lo que nunca hicieron los congresos dominados por el PAN, los partidos rémora de oposición, ni mucho menos la prensa cortesana de Guanajuato.

La demanda por daño moral de Zamarripa contra Sheffield , de llegar a sus últimas consecuencias, podría convertirse en una auténtica caja de Pandora que revele por fin la podredumbre acumulada al interior de la oficina de Zamarripa en 12 años de utilización del poder para uso personal y político, no para el servicio de la sociedad.

2.- El derrumbe de Villarreal rescata al PRI

Muy poco era lo que podría estar presumiendo el PRI de Guanajuato con los resultados electorales de no ser por el sorpresivo triunfo de Mauricio Trejo Pureco en contra de Luis Alberto Villarreal en la contienda por la alcaldía de San Miguel Allende.

Con un 12 por ciento de los votos, el PRI se mantuvo en el mismo nivel donde lo hundió Gerardo Sánchez en 2018, evidenciando que buena parte de su voto tradicional ya pasó a Morena y descendiendo a una modesta tercera fuerza política con 3 diputados, quizá 4 en el Congreso.

Pero los casi 20 mil votos de Trejo en San Miguel superaron los que ese partido obtuvo en ciudades de mayor peso poblacional como Irapuato, Salamanca y Celaya, además del peso simbólico de ganar el municipio de mayor proyección internacional, derrotando a un cuadro veterano como Villarreal, quien ya se preparaba para pelear la candidatura del PAN a gobernador.

Con esas credenciales, Trejo tiene todo para convertirse en el priista de mayor margen de maniobra política en la entidad, en el interlocutor privilegiado del gobierno estatal y en el líder moral de ese partido, sobre todo gracias al desprestigio en el que incurrió la dirigencia provisional de Ruth Tiscareño y Alejandro Arias, al agandallarse las plurinominales seguras, con maniobras legaloides.

Si el priismo tiene alguna posibilidad de reivindicar un posible proyecto restaurativo, tiene que ser en base a caras nuevas. Yulma Rocha también perdió esa oportunidad por partida doble, pese a que fue traicionada por el tándem Arias – Tiscareño, pues ella es la responsable de haberlos encumbrado y luego de ni siquiera poder mantenerlos bajo su control.

Trejo Pureco tiene que formular un proyecto de política estatal que lo beneficie en su gestión en San Miguel de Allende, pero que también lo proyecte como el principal activo de un partido que aún puede tener un papel en las alianzas para el 2024.

No puede cometer los errores de su anterior alcaldía, cuando sus alianzas con Francisco Arroyo y con el Partido Verde lo hundieron en intrigas al por mayor, incluso al grado de ser grabado por los servicios de espionaje que manejaba en aquella época el gobernador de Pueblo, Rafael Moreno Valle, aliado de los hermanos Villarreal.

Esa es una posibilidad, la otra es que renuncie a cualquier posibilidad de crecimiento y se concentre en tratar de hacer una alcaldía que reconcilie a los sanmiguelenses tras el régimen atrabiliario de Luis Alberto, lo que tampoco será fácil si Mauricio se maneja con el verticalismo autoritario que marcó su anterior gestión.

En una forma u otra, el próximo alcalde de San Miguel tiene frente a si un reto mayúsculo, a la vez que un escaparate inmejorable. Veremos si aprendió de los errores del pasado.

3.- Beatriz Manrique tiene enfrente dos socavones

Ha crecido la militante leonesa del Partido Verde en su incursión en la función pública ejecutiva, como secretaria de medio ambiente y ordenamiento territorial del gobierno de Puebla, bajo el gobierno del morenista Miguel Barbosa.

Esta semana, la funcionaria ha estado bajo los reflectores a causa del socavón en Santa María Zacatepec, acompañando en giras al mandatario y coordinando trabajos para analizar lo que ocurre en la zona.

Sin embargo, con menos reflectores pero no menos preocupaciones, Beatriz Manrique Guevara debe estar observando el enorme agujero que le ha provocado Sergio Contreras en la votación y la presencia del partido Verde en Guanajuato.

Lejos de los casi 200 mil votos obtenidos en las dos pasadas elecciones, la dirigencia de Contreras y sus candidatos, dejaron a los del tucán por debajo de los 100 mil votos, lo que repercutirá en su presencia en el Congreso y en Ayuntamientos.

No solo fue la falta de coordinación estratégica a nivel estatal, al haberse concentrado Contreras en una candidatura personal en León, donde anduvo por debajo del 3 por ciento de los votos, sino que también ese capricho se llevó buena parte del presupuesto del partido, al haber contratado a Xavi Domínguez, el asesor español que había participado con Bárbara Botello en su triunfo del 2012 y que se llevó una millonada, ahora si que literalmente para nada.

Así que cuando termine de atender el enorme agujero de Puebla, ya con más de 120 metros de diámetro y casi 60 de profundidad, a Beatriz Manrique le tocará venir a rellenar otro enorme agujero en la que ha sido la labor de su vida pública en Guanajuato.

%d