La necesidad de crecer en competitividad y dotar de sentido al carácter ciudadano del Frente por México, tensa la hasta ahora fluida relación Márquez – Anaya, al modificar los parámetros para elegir candidatos locales.
Las mecánicas que se empiezan a generar por la confluencia de tres fuerzas partidistas que intentan innovar la política en México, con tropiezos e inconsistencias pero con ganas de mantener una presencia competitiva en las próximas elecciones que rompa la polarización entre Morena y el PRI, ya tienen consecuencias en Guanajuato.
Ayer jueves, el gobernador Miguel Márquez llamó a una reunión de emergencia en un hotel de Silao, con buena parte de los alcaldes panistas de Guanajuato, dirigentes panistas allí donde son oposición y a representantes del cuarto de guerra de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
El mensaje central, palabras más palabras menos, fue el de que “tenemos que defendernos de las imposiciones de México”. A diferencia de lo que Márquez aseguraba hace unas semanas, en el sentido de que contaba con acuerdos plenos y todo el respaldo de Ricardo Anaya, hoy las exigencias de la construcción del Frente amenazan el plan de Márquez de construir un sucesor a modo.
La necesidad de acreditar al Frente Ciudadano por México como una opción verdaderamente creíble en su intención de renovar la política y medianamente competitivo en la esfera electoral, está planteando que se elijan candidatos competitivos en todos los frentes y, de ser posible, con una fuerte identidad ciudadana.
Márquez dejó sentir ante los preocupados panistas que lo escuchaban, que necesitan redoblar el paso, pues de lo contrario tanto la candidatura de Diego Rodríguez, como las posibilidades de reelección de muchos de los allí presentes, no podrían ser sostenidas.
El replanteamiento de un gobernador que se mostró caviloso y tenso, fue que era necesario modificar los pasos del método de designación ya definido por el Consejo Político Estatal del PAN para buscar una herramienta que permitiera validar la aspiración del ex secretario de Desarrollo Social.
Márquez se inclina por una “votación indicativa” entre una muestra de los liderazgos panistas en el estado, lo cual fue el punto central de la reunión. El tema no estuvo exento de debate pues el líder municipal del PAN y viejo lobo de mar, Ricardo Alfredo Ling Altamirano, le observó al gobernador que un esquema así no se encuentra en los estatutos.
La mirada de Márquez a Ling se antojaba como un deseo de evaporar al histórico operador del plácido hotel silaoense donde se efectuó la reunión.
Por lo pronto, este viernes se reúne la Comisión Permanente del PAN estatal y ese puede ser el escenario para que se intente modificar la ruta de la designación aprobada ya por el Consejo, induciendo el esquema de una “votación indicativa”.
Será la señal de que Miguel Márquez inicia una ruta de despegue no solo de Ricardo Anaya, sino de la aventura del Frente Ciudadano por México, corroborando lo que hace unos días le salió del alma: que aquí no necesitan partidos aliados, eso dicho mientras los perredistas se desgarraban para ir a ungir a Sinhue con las banderas del sol azteca.
Lo que habrá que ver en estos días.