Ni el municipio ni la SCT se hacen responsables de un problema que pudo evitarse: las inundaciones sucesivas de centenares de casas en colonias de la zona sur de León, originadas por obras que involucran a poderosas empresas.
Alrededor de 500 familias de por lo menos cuatro colonias al sur de la ciudad de León sufrieron inundaciones con aguas negras, algunas de esas casas en varias ocasiones, durante esta temporada de lluvias, a causa de deficiencias en los sistemas de desalojo pluvial de Sapal.
En unos casos, como en el fraccionamiento Torremolinos, el problema derivó de la falta de mantenimiento a un cárcamo de rebombeo de aguas residuales.
En otros desarrollos como en Parques La Noria, Esperanza de Jerez, Villas de León, Valle de San José y parte de la Diez de Mayo, los vecinos vivieron “días de pesadilla”, al subir en las casas hasta 60 centímetros una inundación de aguas negras, debido a la obstrucción de un dren realizado por los trabajos de la constructora Vise, encargada de edificar el distribuidor vial de Timoteo Lozano y la carretera León – Salamanca.
Por cierto, esas mismas casas ya se habían inundado el 27 de junio, la misma fecha que se inundó Torremolinos. Pero les volvió a ocurrir a fines de septiembre. Primero pensaron que se trataba de una tormenta torrencial, pero cuando ocurrió por segunda y tercera ocasión, se dieron a la tarea de investigar y encontraron que la colocación de zapatas de concreto y las excavaciones de Vise eran las causantes de la inundación, pues incluso se tapó un ducto con una compuerta para evitar que el agua afectara la obra.
Buena parte de esas 500 casa se han inundado hasta siete veces, sin que el problema se haya atendido. El alcalde Héctor López Santillana se hizo presente para anunciar que regalaría enseres domésticos que repusieran las pérdidas, pero no para hacerse cargo del problema y de sus orígenes.
Ya los ciudadanos han decidido tomar medidas extremas, bloqueando calles para exigir atención a su problema, lo que ha originado que tanto Sapal como el municipio asuman la responsabilidad subsidiando la que correspondería a la empresa.
La obra es parte de una carretera federal concesionada a la poderosa empresa Grupo México, quizá por eso el delegado de la SCT, Roberto Vallejo, un abogado y político priista que poco sabe de infraestructura, ha minimizado la desesperación de los vecinos, calificándolo como simples “quejas ciudadanas”, para no agarrar broncas con un emporio nacional.
Desde luego, tampoco ha de querer confrontarse con el también poderoso empresario de Grupo Vise, Santiago Villanueva, quien es también propietario de un medio de comunicación. Expresamente, el vocero de la delegación SCT reclamó a Zona Franca la edición de la nota donde el delegado Vallejo se escuda en la inexistencia de un “dictamen técnico” para excusar a la constructora, aduciendo que pretendíamos “enfrentar al delegado con Vise”.
Lo cierto es que de esas inundaciones que han dañado patrimonios y alterado la vida de centenares de familias leonesas, nadie quiere hacerse cargo, ni el alcalde que se quiere reelegir, ni el delegado que busca como proseguir su carrera política, ambos preocupados por no malquistarse con los poderes fácticos que representan las grandes empresas, aunque sacrifiquen los intereses de los ciudadanos.
Ese es el estado actual de la política en el país y Guanajuato no es la excepción.