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Osorio y Márquez: ¿seguridad, en serio?

In Botepronto on agosto 5, 2016 at 3:48 am

El auge delictivo de los últimos meses en Guanajuato propició un pactado round de sombra entre el gobernador del estado y el titular de Segob, cuyos resultados aún están por verse.

Como los viejos boxeadores sin hambre de gloria, el gobernador de Guanajuato y el secretario de Gobernación protagonizaron un tongo que intentaba llevarse tajadas de popularidad con un tema que arde en Guanajuato: la inseguridad.

Incluso, los dos políticos, un panista y un priista con ambiciones de trascendencia electoral en 2018 a distintas escalas, se fintaron algunos jabs que trataban de engatusar a la audiencia. En el fondo, había un acuerdo de no hacerse daño.

Que los políticos jueguen roles teatrales forma parte de su circunstancia y, además, en este país cada vez divierten a menos, ya no hablemos de convencer a nadie. Sin embargo, que escojan temas tan delicados como lo es el del combate a una inseguridad rampante que afecta vidas y posesiones de todos los estratos sociales, no parece tener ninguna gracia.

Miguel Márquez Márquez y Miguel Ángel Osorio Chong, tocayos con nombre de arcángel, mandaron mensajes en sus discursos y también por debajo de ellos.

En el primer ámbito se dijeron preocupados por coordinarse para atacar una inseguridad creciente, aunque difirieron en algunos conceptos, como el de la criminalización o no de las víctimas de delitos.

Sin embargo, en el subtexto coincidieron: no tienen empacho alguno, ninguno de ellos, en utilizar un tema sensible y delicado para construir una imagen que los venda como figuras públicas. ¿Les importa la seguridad? Parece que les importa más simular una preocupación al respecto y barnizar algunas soluciones de fachada.

Por ejemplo, la presencia de mayores cantidades de policías federales en la entidad, una demanda cosmética de Márquez para evadir la responsabilidad de su gobierno en el auge criminal que vivimos, respondida puntual y escénicamente por Osorio con la asignación de 300 elementos, se encuentra en esa tesitura.

Hace no mucho contingentes de la gendarmería federal se pasearon por el estado, se hospedaron en hoteles del corredor industrial y se fueron sin pagar la cuenta, por que no había presupuesto para ese gasto.

¿Vienen en las mismas condiciones ahora? Porque de ser así no servirán de mucho.

Mientras eso ocurría, en el estado continuaban las ejecuciones al mismo ritmo de las últimas semanas y los robos de todo tipo parecen multiplicarse.

En la misma jornada de simulaciones, el gobernador y el secretario inauguraron una vistosa infraestructura destinada a labores de prevención del delito a través del deporte y la integración comunitaria, en una colonia periférica de León.

Las pulcras instalaciones, como ocurre en la parafernalia política mexicana estaban relucientes, recién pintadas y listas para el corte de listón.

Justo como hace algunos años ocurrió con el Centro Paralímpico de Irapuato, hoy vacío y destruido por el vandalismo propiciado por la incuria de los tres niveles de gobierno.

O como hace menos ocurrió con el parque lineal de La Sardaneta, al norte de León, igualmente deteriorado a los pocos meses de su inauguración, por la ausencia de un trabajo social que completara la infraestructura física.

¿Regresarán algún día Osorio y Márquez a San Pedro de los Hernández a verificar que el Centro de Prevención Social funcione como quisieron en sus discursos de este miércoles?

Difícilmente, a menos que les sonría la fortuna de ser candidatos y alguien en su cuarto de guerra les recuerde: “allí estuvimos alguna vez”.

Y ojalá, pensando en eso, no se les olvide durante los meses por venir que además de cortar listones y simular cascaritas para la foto amable, también hay que disponer de recursos permanentes para que las cosas funcionen.

Estaremos atentos.

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