La decisión ya está tomada en el despacho del gobernador Miguel Marquez Marquez: la nueva consejera del Instituto de Acceso a la Información Pública de Guanajuato será María de los Ángeles Ducoing Valdepeña, actual encargada de la Consejería Legal de la Secretaría de Educación de Guanajuato, sitio en el que también fue colocada a petición del mismo mandatario.
El operador de la decisión es Plinio Manuel Martínez Tafolla, Coordinador General Jurídico del área de Consejería y Enlace del gobernador, un hombre de todas las confianzas de Marquez.
Ducoing Valdepeña ha sido señalada, junto con los otros dos integrantes de la terna, por su pertenencia al Poder Ejecutivo del estado, lo que vulnera la idea de consejeros con un perfil ciudadano en un órgano fundamental para el derecho a la información.
Pero, adicionalmente, la encargada de despacho del Jurídico de la SEG tiene otro handicap: el hecho de ser esposa del presidente consejero del instituto Electoral del Estado de Guanajuato, una entidad que está obligada por la ley a las políticas de transparencia y apertura a la información.
Sin embargo, en un alarde de maquiavelismo político de baja estofa, en las oficinas de Paseo de la Presa no están viendo esa situación como un impedimento, sino muy en contrario, como una de las ventajas de la candidata in pectore del gobernador Márquez.
De acuerda a diversas versiones, de las que me reservo las fuentes, pero que han coincidido en hechos, frases y tiempos, he podido reconstruir una preocupante definición de
la estrategia a seguir para lograr los votos necesarios para el nombramiento de Ángeles Ducoing Valdepeña, usando precisamente el argumento de su matrimonio con el presidente consejero del IEEG.
De acuerdo a ello, Plinio Martínez le habría dicho a un grupo de diputados panistas que el argumento a utilizar ante los legisladores de los grupos opositores sería el de que un posible desaire a Ducoing Valdepeña sería una afrenta al presidente del órgano electoral, algo que ningún partido debería estar dispuesto a afrontar.
El argumento resulta peligroso, al vincular entre sí dos temas que nada tienen que ver, precisamente cuando la abogada Ducoing ha acudido ya a comparecer ante algunos diputados, algo que no han hecho ninguno de sus compañeros de terna, para tratar de mostrarles que tiene la capacidad y el perfil para el cargo.
Además, pone al presidente del IEEG en un papel de complicidad con el Poder Ejecutivo, de origen panista, algo que precisamente se ha señalado como uno de los mayores riesgos de la designación de la cónyuge de Mauricio Guzmán Yáñez.
Con qué cara se va a defender el hecho de que no tiene relevancia que la muy firme candidata a ocupar la consejería del IACIP sea esposa del presidente de otro organismo autónomo y precisamente del encargado de organizar y sancionar la próximas elecciones, si precisamente ese es el argumento que se utiliza para “convencer” a los partidos que den su brazo a torcer.
Porque, además, se requieren seis votos de la oposición para lograr las dos terceras partes que marca la ley para designar a los integrantes de este Consejo, de acuerdo a la última reforma, enviada precisamente por Miguel Márquez.
No es complicado que algunos de los cada vez más dóciles diputados de las oposiciones priista, verde y perredista, aporten los votos que se requieren para que salga adelante lo que por ahora parece solo un capricho personal del gobernador Márquez, independientemente de que después pueda tener algún rendimiento en cuestiones electorales.
No parece estarse pensando que con esta decisión, que parece estarse tomando solo “porque se puede”, se estén vulnerando dos instituciones fundamentales para la vida pública de Guanajuato, la electoral y la que garantiza el derecho a la información.
Parece una irresponsabilidad mayor, máxime para un gobernante emanado de las filas del PAN, el partido que salió a la palestra enarbolando el crecimiento ciudadano y el acotamiento de los excesos de poder de los priistas.
Se viven momentos en México y también en Guanajuato, donde una sociedad civil que hasta hace poco dejó pasar toda clase de abusos y burlas a las normas vigentes, se empodera y reclama su derecho a participar.
Es una sociedad forzada a tomar en sus manos el debate sobre el destino de las instituciones nacionales, precisamente a causa del hundimiento propiciado en ellas por malas decisiones de los políticos, por una incontrolable corrupción y por una ceguera donde solo los que gobiernan quieren tener razón.
Sin embargo, en Guanajuato el gobernador panista, los diputados de su partido y también los de la oposición anuente que padecemos, siguen creyendo que no pasa nada y que el poder, más que una responsabilidad, es una especie de patente de corso.
Y luego se desgarran las vestiduras cuando desde la calle les gritan “que se vayan todos”.
Veremos hasta donde son capaces de despreciar la realidad.
La verdad de las cosas, los ignorantes que nos “desgobiernan” también desconocen el término NEPOTISMO, como igual ignoran que en política la forma es fondo.
Así las cosas, ni a quien irle, solo falta recuperar la fe y la dignidad de los Guanajuatenses.