Por dónde se le vea, resulta inexplicable la designación que hizo el gobernador Miguel Márquez Márquez del ex alcalde leonés y ex funcionario olivista Luis Quiroz Echegaray, como subsecretario de desarrollo humano, en la Secretaría de Desarrollo Social.
Se trata de un funcionario que navegó con la bandera arriada a media asta durante el sexenio pasado. La planeación nunca caracterizó al gobierno de Juan Manuel Oliva, quien se movió entre la coyuntura y la ocurrencia.
Y, en ese esquema, Quiroz se adaptó y dejó de hacer el trabajo que le marcaba la normatividad de la dependencia que dirigió: la Coordinación de Programación de Inversión del Estado.
El resultado no se dejó esperar: la inutilidad de la dependencia “coordinada” por Quiroz motivó que prácticamente no le hicieran ningún caso el mismo Oliva y Héctor López Santillana, lo que orilló a Márquez a decretar su desaparición para convertirla en una dirección en la Secretaría de Finanzas.
Quiroz presumió a sus cércanos que se encontraba elaborando el presupuesto estatal 2013, desde las oficinas de Finanzas, sin embargo, todas las negociaciones y decisiones fueron tomadas por el titular de la dependencia, Juan Ignacio Martín Solís, mientras que era el propio gobernador quien construía los consensos con los partidos en el Congreso.
Por su eficiencia como funcionario y sus resultados, por ningún lado se podrá encontrar el argumento que justifique la continuidad de Quiroz en la nómina gubernamental.
Por el aspecto de su vinculación en el PAN, tampoco parece haber mucho para donde hacerse. Luis Quiroz trató de acomodarse, quizá previendo su salida de Finanzas, como presidente del comité municipal del PAN en León.
Sin embargo, la presencia de su esposa, Martha Hernández, como regidora en el ayuntamiento, a dónde llegó como parte de la planilla de Miguel Salim, inhibió las posibilidades del ex alcalde al no ser apoyado por la corriente contraria al ex candidato perdedor.
No parece probable que el dirigente panista Gerardo Trujillo, el gran favorecedor de la presencia de cuadros panistas en el gobierno de Márquez, haya tenido mucho que decir a favor de Quiroz.
Queda sólo una opción: que el pragmático ex alcalde haya convencido al secretario de Desarrollo Social, Éctor Jaime Ramírez Barba, de que le es útil para algún proyecto de futuro.
De una u otra forma, nos encontramos ante una decisión que levantará polémica, pues la política social de una entidad que padece altos rezagos en esa materia, no debería ser objeto de cálculos políticos, sino que debería estar a cargo de funcionarios altamente comprometidos y con perfiles bien definidos y mejor calificados.
Por donde se le vea, no es el caso de Luis Quiroz y ya su nuevo jefe, dedicado a tomar impulso para no se sabe qué saltos en el futuro, tendrá oportunidad de comprobarlo.
@arnoldocuellaro