No es oficial y ninguna de las partes reconoce que las cosas hayan llegado a mayores, pero actores políticos dignos de todo crédito se han hecho eco de la creciente inconformidad con su asignación del representante del gobierno estatal en la ciudad de México, el político leonés Ricardo Torres Origel, quien fuera contrincante del gobernador Miguel Márquez Márquez, en la contienda interna por la candidatura panista a ese cargo.
De acuerdo a versiones provenientes de por lo menos tres fuentes distintas, Torres Origel habría planteado a Márquez la necesidad de reforzar a la representación de Guanajuato para poder llevar a cabo la tarea encomendada de gestión de los intereses de la entidad ante el gobierno federal, ante los órganos legislativos e incluso ante otras entidades del país.
Hasta ahora, el trabajo del representante, como ocurrió en las administraciones de Juan Manuel Oliva y de Jun Carlos Romero, parecía limitarse a ser una especie de edecán de lujo de los funcionarios estatales que acuden ante las oficinas federales, en tareas tan irrelevantes como la reservación de hoteles o la logística de traslados.
Torres Origel, cuya última encomienda pública fue la de Senador de la República, planteó a Márquez una elevación del perfil para convertir la representación en una verdadera oficina de gestión, de relaciones públicas y de seguimiento de acuerdos. El plan comenzaba con la compra de una propiedad para reemplazar la avejentada oficina qu el gobierno mantiene en un edificio de Polanco desde hace casi 40 años.
Sin embargo, las posibilidades de una mejoría sustancial en la oficina que representa al estado de Guanajuato en la capital del país se vino abajo por la falta de recursos, según lo comunicó el secretario de Finanzas del Estado, Juan Ignacio Martín Solís.
Sin apoyo para hacer una labor de impacto real, Ricardo Torres estaría pensado separarse del cargo en buenos términos y así se lo habría hecho saber al gobernador Márquez, pues para las tareas que lleva a cabo, no hace falta un puesto del nivel que ostenta.
Interrogado por este medio, quien fuera el más combativo precandidato en la pasada contienda interna del PAN en la entidad, dejó en claro que no ha presentado ninguna renuncia “hasta el día de hoy”; sin embargo, no constituiría ninguna sorpresa que lo hiciera en los próximos días de no recibir el respaldo suficiente para llevar a cabo con dignidad la tarea que le encomendó Márquez.
Hasta ahora, y esto es una consideración de este analista, sin un marco adecuado para impulsar la agenda guanajuatense en la ciudad de México, el nombramiento de Torres Origel se asemeja más a un exilio que a una responsabilidad prioritaria para el nuevo gobierno.
Pronto sabremos el desenlace de este drama que aún se desarrolla entre telones.
Saludos desde Salvatierra, Gto., a partir de hoy Pueblo Mágico.