Apenas ayer decíamos que el PAN de Guanajuato no estaba alineado con Miguel Márquez en su cruzada anticorrupción, cuando hoy desde la misma presidencia del comité estatal de ese partido se descalifican las declaraciones del flamante titular de Obra Pública, Arturo Durán Miranda, sobre la existencia de irregularidades en la dependencia que aún no acaba de recibir.
El primer día de su llegada, Arturo Durán salió a los medios a señalar lo que no parecen ser más que triquiñuelas de funcionarios menores: la doble chamba de trabajar en la SOP y también en despachos privados de donde salen proyectos contratados por la dependencia.
Se trata de una situación que puede ser delicada pero que no tiene que ver con las graves acusaciones de las obras multimillonarias asignadas por dedazo; o del inefable diezmo, el pago de comisiones y sobornos de los constructores a los altos cargos de la secretaría.
Durán, sin embargo, logró subirse a las ocho columnas de varios diarios con su señalamiento epidérmico. Parecía que por fin se abría la cloaca de la corrupción olivista.
No fue así. Ayer mismo, sentado en la misma mesa junto a Juan Manuel Oliva, el lider estatal del PAN, Gerardo Trujillo, descalificó a Durán y sus declaraciones, llamándolas “novatadas.”
El propio Oliva se sumó a la contestación, al señalar que los señalamientos contra su gobienro son “una cruzada” en su contra. ya no se atrevió a decir si de esa cruzada forma parte su propio delfín que ahora trata de desplegar sus alas.
Así que, por si no estaba claro, allí están los retos de Márquez. Primero, sustentar las premisas de su línea de acción y no dejarlas en manos de improvisados, como Durán; lo segundo, definir aliados y adversarios; lo tercero y más importante, trazar una ruta crítica y ser consecuente con ella.
De no lograrlo, sus propias afirmaciones se volverán en su contra.