El pasado proceso electoral en Guanajuato dejó varias denuncias en los tribunales y ante instancias como la Secretaría de la Gestión Pública en Guanajuato. Sin embargo, lejos del ideal de justicia imparcial y expedita, se viene observando como algunas denuncias caminan muy rápido y otras ni siquiera se mueven.
Es el caso de dos asuntos que se ventilan en la mencionada SGP, a cargo de Gilberto Enríquez. Mientras en el tema relacionado con unas imprudentes declaraciones del delegado de la Secretaría de Educación en León, Francisco Javier Zavala, llegaron ya al grado de dictar una sanción, el caso relacionado con los foros organizados por el subsecretario Agustín Casillas, permanece en el limbo.
El pecado de Zavala fue declarar en un desayuno sabatino, a todas luces fuera de su horario de trabajo, que se comprometía a conseguir que los 15 mil maestros del sistema básico en León se convirtieran en promotores del candidato panista Miguel Salim, con la finalidad de conseguir 10 votos por cada uno de ellos.
Está por demás claro que se trató de un exceso retórico. Zavala no tiene ese poder, tampoco pudo poner en práctica sus ofrecimientos pues la publicación en medios escritos del desaguisado vulneró cualquier posibilidad de intentarlo siquiera.
Fue, en el peor escenario, una imprudencia. Sin embargo, para el contador Enríquez de la Gestión Pública no fue así y decidió otorgar una suspensión de 15 días al funcionario educativo, que por cierto no se ha instrumentado a la fecha.
En cambio, el pecado de Agustín Casillas fue mucho más grave. El subsecretario de Educación Superior de la SEG y brazo derecho del titular Alberto Diosdado se dio a la tarea de organizar un complejo proceso de foros educativos para el candidato panista a la gubernatura, Miguel Márquez Márquez, los cuales se realizaron en Irapuato, Guanajuato y San Francisco del Rincón, en plena campaña electoral.
Para llevar a cabo esos eventos, con una asistencia promedio de quinientas personas en cada uno de ellos, Casillas operó con la estructura de escuelas medias superiores y superiores afiliadas a la SEG, imponiendo cuotas de docentes, alumnos y padres de familia, como lo documentó en su momento Zona Franca. (http://www.zonafranca.mx/construye-yunque-estructura-electoral-en-la-seg/)
Aunque se cuidaron de usar correos electrónicos privados, como para justificar una militancia independiente de la función pública, lo cierto es que Casillas uso y abusó hasta límites inadmisibles de su posición jerárquica como subsecretario.
Es imposible pensar que un funcionario subordinado hubiese podido rechazar las instrucciones, insinuaciones o invitaciones de su jefe directo, de quien además se sabe su cercanía y confianza con el secretario.
Sin embargo, todo ese entramado, que se concretó en tres actos de proselitismo disfrazados de foros académicos, recibidos con complacencia por el propio Márquez, no ha merecido que el secretario de la Gestión Pública avance en sus indagaciones y anuncie sus conclusiones.
La diferencia de tratamiento en ambos casos parece tener un trasfondo. Francisco Zavala es un funcionario cercano a Juan Manuel Oliva y Martha Martínez de Oliva, por lo que no es remoto pensar que se encuentre en desgracia frente a Diosdado quien en su carrera por continuar en la función pública ya ha dado muestras de que no tiene ningún escrúpulo para abandonar a su suerte a su viejo camarada de armas, el gobernador con licencia.
Con la sanción al delegado leonés, el titular de la SEG estaría tratando de sacar las castañas del fuego con la mano del gato, un juego grato a la cofradía Yunque; así, esperaría que la sanción a Zavala hiciera olvidar o cubriera los pecados de casillas y de media SEG.
A este juego parece estarse prestando el probo contador leonés Gilberto Enríquez, quien probablemente esté recibiendo presiones de un grupo de poder que no se anda con medias tintas.
Así que, en definitiva y hoy por hoy, sigue habiendo mucho más Yunque que PAN, pésele a quien le pese.
Twitter: Arnoldo60