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El reto de Márquez: ¿cero Yunque y menos PAN?

In Botepronto on julio 27, 2012 at 4:08 am

Lo que sonaba bien como una promesa de precampaña e, incluso, de campaña, parece más bien pobre ahora que se trata de esbozar programas de gobierno y políticas públicas.

Miguel Márquez Márquez, el gobernador electo de extracción panista tiene que empezar a pensar en algo más contundente que la, en su momento, afortunada frase de “más PAN y menos Yunque”, si quiere empezar con una expectativa saludable su mandato.

Como están las cosas, la simple disminución de funcionarios abiertamente identificados con el Yunque, de tres a dos o a uno, le bastaría para cumplir la promesa y de paso dejar en claro que su gobierno vendría a ser más de lo mismo y que la imaginación en el nuevo equipo gobernante, simplemente, brilla por su ausencia.

Tal y como pinta el panorama, desplazar a Alberto Diosdado para colocar a Ricardo Torres Origel seria, simplemente, insensato. Márquez no requiere de volver a barajar las gastadas cartas del panismo y del yunquismo guanajuatenses, sino idear un juego completamente nuevo.

Incluso, a estas alturas y ante la certidumbre de que el de Márquez será un gobierno sitiado por el priismo nacional e infiltrado por las alcaldías en manos de ese partido, lo que se requiere no es menos Yunque, sino incluso menos PAN.

Si algo resulta evidente de los números arrojados por las recientes elecciones en Guanajuato, es que el panismo perdió votos de ciudadanos sin partido que hasta ahora habían confiando en ese instituto político. La tarea del nuevo gobierno no parece ser la de atrincherarse en una capsula de panismo, sino la de abrirse a los amplios cauces de la sociedad civil.

Incluso el propio gobernador electo ha dado visos de que entiende perfectamente la coyuntura y lo ha comentado en conversaciones privadas, hablando sobre todo de privilegiar un realineamiento entre el PAN y la sociedad.

Falta, ahora, que esa convicción personal se traduzca en acciones políticas y, sobre todo, que se lidie con las consecuencias que esto podría traer al interior del anquilosado aparato panista incrustado en la burocracia estatal.

Allí se encuentra, a todas luces, el mayor reto de Miguel Márquez: enfrentar los intereses creados en el seno de la estructura gubernamental y oxigenar esos espacios con profesionistas calificados y con perfiles validados por su propio desempeño y no por las vinculaciones políticas y el amiguismo.

Desde luego, dentro del panismo y de la burocracia dorada prohijada desde ese partido, casi nadie está pensando en que Márquez y el propio PAN tienen enfrente un reto que puede implicar la futura pérdida incluso de lo que permanece como uno de sus últimos santuarios.

Ya se escucha a numerosos militantes del PAN pensando en quién de sus conocidos quedará bien colocado para que lo rescate; el Yunque se mueve a toda velocidad para defender el coto sagrado en el que han convertido la amplísima parcela del sector educativo estatal; los derrotados en las alcaldías quieren endosarle a Márquez la responsabilidad de rescatarlos.

En fin, para la hipertrofiada maquinaria política blanquiazul, que todavía logró ganar por una nariz esta elección a nivel gubernatura, no ha pasado nada ni hay necesidad de reflexionar en nada, lo único que parece importar es que todavía hay posibilidades de vivir colgados del presupuesto, por lo menos los próximos seis años, aunque después venga el diluvio.

Ese tipo de pensamiento es, precisamente, el que no le ayudará a Miguel Márquez a renovar las prácticas de gobierno que vivió el PAN en los últimos tiempos.

Allí, se encuentra, sin duda, el gran tema de las próximas semanas, donde el candidato electo a la gubernatura podrá incrementar el disminuido capital político y las exiguas expectativas de renovación con las que logró salvar el escollo de la elección o, por el contrario, evitar hacerse cargo del compromiso que enfrenta e iniciar un gobierno que puede llegar a convertirse en un viacrucis descendente.

El Yunque, después de los excesos en los que incurrieron sus personeros para hacerse presentes en la campaña mediante la utilización de los recursos gubernamentales, ya ni siquiera debería de ser tema. Ahora el tema es el PAN.

Quizá llegó la hora de cambiar el eslogan: “Más sociedad y menos partido”.

arnoldocuellar@zonafranca.mx

www.zonafranca.mx

Twitter: Arnoldo60

 

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