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El caso Guanajuato en la refundación panista

In Botepronto on julio 29, 2012 at 5:48 pm

Dos posiciones se perfilan claramente en la agenda derivada de la catastrófica derrota del PAN en la pasada elección presidencial y en ambas Guanajuato tendría mucho qué decir, sobre todo por tratarse de una de las poquísimas entidades donde Josefina Vázquez Mota logró rescatar un triunfo y la única, de las que disputaban elecciones estatales, que se conservó para ese partido.

Una de esas posiciones, la del conformismo y la administración del resultado, la lidera el actual presidente del comité nacional panista, Gustavo Madero, quien no sólo está definiendo una respuesta táctica sino, principalmente, defendiendo su continuidad como factor de decisión, no obstante ser uno de los grandes responsables del fracaso panista. Madero quiere una maquillada estatutaria y seguir como si nada hubiera pasado.

La otra, más radical, pero también más preocupada por el futuro del PAN como partido y no sólo por la coyuntura presente, la ha venido encabezando el propio Felipe Calderón, quien ha mostrado un activismo explícito, como prácticamente no se le había visto en todo el sexenio, para propiciar la reflexión entre los consejeros nacionales del PAN sobre lo que conviene hacer. El todavía mandatario se inclina por una “refundación” del partido.

Con Madero se alinea, con toda claridad, el gobernador guanajuatense con licencia, Juan Manuel Oliva, a quien incluso se le han inrementado sus responsabilidades y protagonismo al interior del CEN. No es difñicil que Oliva esté planteando que junto con él se formarán en esta vertiente las fuerzas vivas del panismo guanajuatense, incluyendo el próximo gobernador, Miguel Márquez; el dirigente local, Gerardo Trujillo; y los consejeros nacionales por la entidad.

Esta situación deja a Márquez con una asignatura pendiente y difícil de procesar. Por temperamento, y por circunstancia, no es difícil imaginar que el gobernador electo de Guanajuato sea proclive a alinearse en la propuesta de Madero. Aquí se ganó, no hay necesidad, de acuerdo a ello, de modificaciones profundas; además, la refundación puede agitar profundamente las aguas del partido y desestabilizar el arranque de su administración.

El problema será como deslindarse de Oliva para evitar la impresión de que está siendo llevado a remolque y de que el ex gobernador continúa influyendo en la nueva administración.

Quizá vaya a ser necesario que Miguel Márquez propicie algunas reuniones con el presidente Calderón y, tan sólo por efectos tácticos, deje en claro que su respaldo y el de los panistas de Guanajuato que se alinean con él, todavía está en veremos. Sólo para no mandar señales equivocadas.

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