
- Futbol y política: malabares con el dinero público
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1.- Dos gobernadores de Guanajuato al servicio del Grupo Pachuca
Un escueto comunicado divulgado en redes sociales por parte del Club León, en ausencia del Gobierno del Estado, dio a conocer la cancelación del proyecto para construir un nuevo estadio y la devolución del terreno de 12 hectáreas en plena zona urbana de León que les fue vendido en cómodos abonos por el gobierno de Miguel Márquez.
De la misma manera se había anunciado, hace dos años, la compra del viejo estadio León a los empresarios que se lo adjudicaron en un juicio producto de errores jurídicos del municipio de León, en la administración encabezada por Vicente Guerrero Reynoso, de la que el propio gobernador Diego Sinhue Rodríguez formó parte como regidor, acción que automáticamente cancelaba la edificación de un nuevo inmueble.
Muy lejos quedó el anuncio triunfal de Miguel Márquez Márquez dos semanas antes de las elecciones del 2018, en las que era candidato Sinhue, de que León contaría con un coso deportivo a cargo “del mismo despacho que construyó el estadio ATT de los vaqueros de Dallas”.
Pero lo más interesante del asunto es que el predio de 12 hectáreas comprado a la familia Fuentes Anguiano, en lo que era un rancho agrícola rodeado por la mancha urbana al oriente de León, y trasladado a Grupo Pachuca en el mismo costo de adquisición de 280 millones de pesos, incluía un sobreprecio de 90 millones de pesos, según denunció un intermediario que había sido desplazado de la operación, Luis Felipe Valdovino Fuentes, quien hizo público su reclamo de una comisión que le fue birlada.
No era la única sospecha: las 12 hectáreas constituían la “pechuga” de un predio de 40 hectáreas que vio impactada su plusvalía de forma notable con el proyecto. La gran duda que subsiste es si hubo otros compradores del resto de la propiedad y si estos utilizaron la información privilegiada del proyecto del estadio.
Años después, en los preparativos de la elección del 2021, Miguel Márquez plantearía públicamente al gobernador Sinhue una presión para que no apoyara la compra del estadio Nou Camp a Roberto Zermeño y Héctor González, en lo que calificó de chantaje, sino que mantuviera la idea del nuevo desarrollo en el predio conocido como Ángeles y Medina.
El exgobernador no fue lejos por la respuesta. Sinhue le contestó que “ya había gobernado seis años” y adelantó que habría apoyo del estado al municipio en caso de plantearse adquirir el viejo estadio.
A lo que parecíamos asistir era a un pleito de intereses inmobiliarios. Márquez pugnando por el desarrollo del predio comprado en su gestión y vendido en condiciones preferenciales al Grupo Pachuca. Sinhue, por su parte, impulsando el relanzamiento del polígono del Polifórum, como Distrito León MX, como un espacio de recreación, cultura y convenciones, donde el estadio ocupa una parte central y en el que ya había realizado una cuantiosa inversión con recurso estatal.

Lo que ninguno de ellos parecía contemplar y mucho menos explicar, es que los fastuosos proyectos se realizaron en cada caso utilizando presupuesto público para beneficiar intereses privados, en lo que ya parece la marca de los gobiernos panistas.
Como saldo de ese choque, ganado por el gobernador en funciones mediante el apoyo de otro préstamo discrecional en condiciones inmejorables al Grupo Pachuca para comprar el viejo estadio, 230 millones de pesos pagaderos a 9 años con un interés anual del 6 por ciento, al estado le quedará un nuevo baldío de 12 hectáreas, rodeado de propiedades particulares ávidas de que se concrete algún desarrollo en la zona que no los vaya a perjudicar.
En contra de esa posibilidad está el hecho de la deficiente administración de la riqueza inmobiliaria del estado, sobre todo cuando se trata de herencias entre sexenios. Ahí están para muestra los casos lamentables de la Expo Bicentenario, la fallida refinería en Villagrán, el centro paralímpico de Irapuato, todos elefantes blancos que exigen recursos para su mantenimiento pero no generan rentabilidad de ningún tipo e incluso amenazan con convertirse en zona de desastre.
¿Qué pasará con el baldío de 1.2 hectáreas que Diego Sinhue heredará al próximo gobierno? Difícil saberlo, pero queda claro que los negocios realizados al calor de las ansias electorales y de los beneficios colaterales, utilizando al futbol como pretexto, no son las mejores páginas para presumir de la anterior y la actual administración del PAN.
Y mientras Grupo Pachuca tiene a León abajo de la media tabla en el actual torneo y a la afición con una enorme frustración a cuestas, parece que sus negocios inmobiliarios son los únicos que van viento en popa, en buena medida, gracias al favoritismo sin condiciones con que lo han distinguido los gobiernos panistas de Guanajuato, como en su momento lo hicieron los priistas de Hidalgo.
Parece que el PRIAN tiene más cosas en común que su guerra con la 4T.
2.- Xóchitl hace base en Guanajuato
Ante el vacío del gobierno federal, esta vez ni siquiera hubo representante de segundo nivel, Xóchitl Gálvez, la inminente candidata de las fuerzas opositoras al régimen lopezobradorista, acudió a Guanajuato y concretamente a la ciudad de Dolores Hidalgo para celebrar el Grito de Independencia en la ceremonia encabezada por el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Se trata de toda una declaración política y de una circunstancia que gravitará sobre nosotros los meses que vienen. Guanajuato, el territorio más opositor a la 4T y de mayor raigambre panista, será sin duda uno de los espacios en los que se respalde la campaña de los partidos coaligados en torno a la senadora hidalguense.
Pero una cosa será que desde Guanajuato se le aporte apoyo logístico, refugio, eventos en los que opere la aceitada maquinaria del gobierno local para generar escenarios triunfales, y otra muy distinta darle a la campaña de la aspirante opositora lo que de verdad requiere: un aporte de votos fundamental para amenazar la delantera que hoy parece llevar su contrincante Claudia Sheinbaum.
Guanajuato fue un granero de votos panistas hasta hace no mucho, la segunda fuerza política hasta 2015 era el PRI, que ahora ya se disputa los cuartos y quintos lugares con la chiquillada. En teoría no debe haber problema para que Gálvez obtuviera en Guanajuato hasta dos millones de votos, tomando en cuenta el clima de polarización que vive el país y donde Guanajuato no es una excepción.
Sin embargo, el acusado desgaste de las más de tres décadas de gobiernos panistas, su incapacidad para afrontar las crisis que vive la entidad en terrenos como el de la seguridad, el medio ambiente, los bajos salarios, la libertad sindical, los derechos humanos, el abasto de agua, pueden dar lugar a un aumento del voto de castigo.
Adicionalmente, la atmósfera de antidemocracia con la que el Partido Acción Nacional busca resolver el conflicto entre los liderazgos que se disputan la candidatura al gobierno del estado, resultará anticlimática en el marco de la construcción de expectativas que logró el proceso del Frente Amplio por México, con todo y su inconcluso término.
Hasta ahora, el aparato político estatal muestra poca imaginación discursiva y se limita a la operación desaseada de acarreos de las clientelas beneficiarias de programas oficiales, las mismas que se disputan con los programas federales.
En la batalla de ideas y de mentalidades que se avecina, hará falta más que eso para dar el extra necesario que tanto necesitará la aspirante del FAM.
Desde luego, falta conocer el aporte que hará la candidata panista por Guanajuato. En caso de que Libia Denisse García Muñoz Ledo libre los obstáculos colocados por el reclamo de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez para que se de un proceso de consulta equitativo, estará obligada a sacudirse el corsé propagandístico y de imagen que le ha sido impuesto por los estrategas dieguistas.
El tema no es solo que gane, sino que contribuya a un triunfo opositor o al menos a un crecimiento que pueda traducirse en una derrota digna y una presencia importante de las fuerzas aliadas en el Poder Legislativo.
La apuesta es alta: convertirse en el hangar de lujo de la aspirante Xóchitl Gálvez, en caso de que esta sea derrotada con holgura, pondría a Guanajuato en el escenario de enfrentar otros seis años de hielo presidencial, lo que podría ser demasiado complicado para quien gobierne la entidad a partir de septiembre de 2024.
3.- Cuando eres taurino con subsidio del estado

La corrida de la insurgencia, un festival taurino con marca registrada por el político panista Luis Alberto Villarreal García, ya no pudo realizarse en la ciudad de San Miguel de Allende, donde este personaje ha sido alcalde dos veces y su hermano otro periodo, luego de que ambos llevaran a su partido a perder el poder en 2021.
Sin embargo, el obstáculo no duró mucho tiempo: ya como cónyuge de la gobernadora panista de Aguascalientes Teresa Jiménez, Villarreal exhumó su festival taurino y lo llevó al estado vecino, donde se realizó este sábado con un gran apoyo del aparato institucional del estado.
El pretexto es que la corrida será “a beneficio del DIF”; sin embargo, el organizador no ha reparado en violentar sensibilidades como las de los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, obligados a tocar en un evento no obstante que muchos de ellos son defensores de los derechos de los animales.
El director de la OSA, el músico y escritor Román Revueltas Retes, les advirtió a los músicos que serán eventos anuales y que no tendrá de otra que acudir a tocar. La orquesta ha sido amenazada con su desaparición por cuestiones presupuestales y sus integrantes se encuentran sometidos a un maltrato sicológico.
Ningún promotor privado podría forzar las cosas de tal manera, por lo que puede hablarse de un ejercicio de poder que constituye un claro conflicto de interés.
Este parece ser el primero de los caprichos del esposo de la gobernadora, que expone su control sobre las estructuras de gobierno. Vendrán más.
Habrá que ver, además, si el gusto personal y negocio particular de Luis Alberto Villarreal, de verdad le deja alguna utilidad a los programas del DIF aguascalentense.
Pero también será interesante observar si las aficiones del político guanajuatense no terminan por convertirse en un lastre político para Teresa Jiménez como el que ya hundió al PAN en San Miguel de Allende.