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DÍAS DE GUARDAR Domingo 7 de mayo de 2023.

In Análisis Político, Días de Guardar, POPLab on mayo 7, 2023 at 11:40 am
Arte: @PincheEinnar
  • El fraude de la política ambiental en Guanajuato
  • Diego y Miguel: guerra política e inmobiliaria 
  • Libia sufre una cargada de impresentables

1.- Rellenos sanitarios del estado, una crisis anunciada 

La situación de los sitios de disposición final de basura municipal, hoy generadora de una grave crisis atmosférica por el incendio del tiradero de Guanajuato capital, se ha convertido en una evidencia palpable de la absoluta carencia de gobernanza que vive la entidad en el actual sexenio.

Mientras el gobierno de Diego Sinhue Rodríguez juega con la importación de proyectos primermundistas como mera propaganda (Singapur, Alemania, Islandia), en una situación de verdadera urgencia como el manejo de la basura estamos en las antípodas, en un absoluto descuido, alejados de los estándares mínimos legales para nuestro propio marco legal, ya no se diga de exigencias del mundo desarrollado al que pretende parecerse.

La muy disminuida Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial clasifica desde hace tiempo al relleno sanitario de Guanajuato como “sitio no controlado, mal operado, sin programa municipal de gestión de residuos”; el diagnóstico incluye la advertencia de “riesgos por incendios y afectación por lixiviados.”

De ello no derivó ninguna acción. En una situación similar se encuentran otros 14 municipios y tampoco parece avanzar la regulación. La SMAOT, a cargo de una funcionaria poblana refugiada en Guanajuato por razones políticas, Marisa Ortiz Mantilla, ha carecido de peso específico y capacidad de gestión, ha tenido una alta rotación de operadores especializados y ha sido incapaz de hacer pesar la decisión de elevar la política ambiental a nivel secretarial.

La contratación como subsecretaria de una técnica especializada de excelente currícula como la maestra Sandra Herrera permitió albergar esperanzas de una profesionalización de la SMAOT, pero pronto el gozo se fue al pozo cuando las opiniones técnicas de la ex funcionaria federal y experta en cambio climático chocaron con los compromisos políticos del gobernador, sobre todo en el tema de ladrilleras. Herrera fue calificada de “demasiado ambientalista” para los usos y costumbres del panismo guanajuatense y debió dejar el cargo.

SMAOT no es la única responsable de la tragedia que vive Guanajuato desde hace una semana. 

Desde la jefatura de gabinete del gobierno estatal, Juan Carlos Alcántara ha sido por demás sensible a la cortesanía del pueril alcalde Alejandro Navarro, ha tolerado sus devaneos, sus caprichos presupuestales, incluso su corrupción. Resulta inadmisible que bajo esa protección se haya autorizado un préstamo para un innecesario e inadecuado museo de momias, finalmente frenado por el activismo ciudadano, pero no para atender una carencia claramente detectada y diagnosticada como el manejo de la basura en la principal ciudad turística del estado y capital del mismo, además de ¿sede de los poderes?

Y qué decir del gobernador, quien juega a promover la “mentefactura” como una estrategia publicitaria que pretende vender su imagen como un innovador, pero que realmente es una política pública vacía como se ve en el hecho de que las principales universidades, politécnicos y tecnológicos estatales están en manos de dinosáuricos políticos panistas que de no estar en esos puestos batallarían para mantenerse por su notoria incapacidad profesional.

Resulta un contrasentido pretender que el sector privado, que solo atiende a temas de costos, beneficios y oportunidades, evolucione por consigna política, pero mantener a la administración y sus políticas en el más absoluto atraso y la más alta ineficacia.

El mejor ejemplo de innovación, palabra menos ampulosa que “mentefactura”, debería ocurrir en el propio gobierno, donde el dinero sobra, visto como se gasta en temas como el favorecer al club León, construir un distrito turístico en la feria de León o subsidiar al mediocre equipo de béisbol Bravos de León.

Pero no pasa así: la política educativa, la medioambiental, el combate a las adicciones, paliar la aguda desigualdad, prever las inminentes crisis de abasto de agua, frenar la incidencia criminal atacando sus causas, son, entre otras más, asignaturas pendientes donde el gobierno no cambia los modelos del pasado cuya insuficiencia es palmaria.

Incluso la política-política, la construcción del consenso y la solución a la sucesión gubernamental, padecen de retrocesos que dejaron en el olvido la vena democrática del panismo clásico para concentrarse en un ejercicio de poder despótico digno del PRI autoritario.

¿Mentefactura? 

El tiradero de basura de la ciudad capital, entre cerros y montañas, evidencia el verdadero estado de la cuestión.

No puede hablar de innovación quien va caminando en reversa.

2.- La pachuquización del gobierno panista de Guanajuato

Jesús Martínez Patiño, el dueño del Grupo Pachuca y detentador de las franquicias futbolísticas de los Tuzos, el León y el Everton chileno, se convirtió en un experto de la obtención de recursos de gobiernos estatales para su negocio futbolístico.

Las buenas relaciones y mejores donaciones de políticos como Jesús Murillo Karam, Manuel Ángel Núñez Soto y Miguel Ángel Osorio Chong, permitieron a esa organización futbolística crecer con proyectos como el salón de la fama y la universidad del fútbol, que han diversificado su modelo de negocio. 

Al llegar a Guanajuato al rescate del equipo local, dueño de una gran tradición y una afición entusiasta, Martínez Patiño se enfocó en lograr alianzas como las que le produjeron excelentes dividendos en su natal Hidalgo. 

Y lo logró a la vuelta de los años, primero de la mano del ex gobernador Miguel Márquez Márquez quien le financió la adquisición de un terreno de 12 hectáreas insertas en una superficie de alrededor de 40 hectáreas, ubicadas en plena mancha urbana de León, en una decisión que no fue ajena a comportamientos especulativos, pues el predio destinado a la construcción de un nuevo y moderno estadio, tendría que ser acondicionado con vialidades y puentes que elevarían considerablemente el valor de los terrenos aledaños.

El ex mandatario pagó 280 millones de pesos por el predio, con un sobreprecio que ha sido estimado entre 60 y 90 millones. Acto seguido el terreno se asignó a la empresa Fuerza Deportiva del Club León, propiedad de Martínez Patiño, en un favorecedor acuerdo que le otorgaba 6 años para pagar en anualidades, las cuales por cierto ya fueron extendidas hasta 2030.

Dueño de una cachaza monumental, Márquez presumió el acuerdo, lo defendió en foros públicos y se retrató junto con los directivos del club en el lanzamiento del proyecto de un nuevo estadio, justo como acostumbraban a hacer los priistas hidalguenses. 

Con el gobierno de Diego Sinhue Rodríguez cambió el estilo pero no el fondo. Ante la imposibilidad de construir un nuevo estadio justo en la pandemia y la inminencia de verse expulsados del viejo estadio León por la pérdida del inmueble en un juicio pésimamente gestionado por el estado y el municipio de León a lo largo de varias administraciones, los chantajes del ex directivo Roberto Zermeño y del propio Jesús Martínez para dejar a León sin fútbol profesional, surtieron efecto.

Diego Sinhué dispuso de otros 230 millones de pesos del erario público para prestarle a una nueva sociedad, Fieracapital inmobiliaria, propiedad del mismo Martínez Patiño, para adquirir el estadio de manos de Zermeño y socios. Sin embargo, más inseguro que su antecesor, el actual gobernador decidió esconder la operación, la cual apenas recientemente fue expuesta a la opinión pública por una investigación periodística del diario AM. 

En un intento de minimizar la revelación periodística, los estrategas del oficialismo se apoyaron en Martínez Patiño para que soltara la bomba informativa en el programa Fútbol Picante, de José Ramón Fernández, el martes pasado, reconociendo que el estadio se adquirió con un préstamo del gobierno estatal, algo que sistemáticamente se ocultó en julio de 2021 cuando se realizó la operación ante la fe del notario Luis Mariano Hernández Aguado, amigo y mentor del gobernador Sinhue. 

No fue suficiente, sin embargo. Ya la polémica ha subido de tono, como se vio en la sesión del Congreso del jueves, además de la reacción de los propietarios de palcos y plateas que lograron que un juez federal inmovilizara los folios reales de las compraventas del terreno del Munpic y del estadio, adquiridos de Zermeño por el comité de la Feria y por Fieracapital Inmobiliaria.

En el fondo de  todo este jaloneo se aprecia una pugna política profunda en el panismo: Miguel Márquez Márquez como defensor del nuevo estadio, que cada vez se ve más lejano; mientras Diego Sinhue se atrinchera en promover el relanzamiento del polígono ferial, donde financió el distrito León MX, apoyó la compra del Munpic y la del estadio tradicional.

Así que la suerte del panismo en los próximos meses se verá atravesada por una guerra de dos protagonistas, pero con varios frentes: la batalla por la sucesión, una pugna de intereses inmobiliarios y, nada menor, una lucha de egos. 

En medio de ello, el astuto empresario futbolero Jesús Martínez Patiño ha logrado enhebrar los intereses contrapuestos de los taimados panistas de Guanajuato como lo pudo hacer con los retorcidos priistas hidalguenses, para no quedar atrapado en un fuego cruzado.

Hasta ahora se ha dado maña para sacar la mejor parte. Ya se hizo de un terreno inmejorable y de un estadio avejentado pero funcional en una gran ubicación. Tiene dos deudas fuertes, pero muchas consideraciones para cubrirlas.

Todo parece indicar que  Martínez Patiño no sólo engulló al León, sino también a los políticos de por acá.

3.- Libia empieza a cargar el costo del oficialismo

A lo largo de estas dos semanas, la secretaria de Desarrollo Social ha tenido que multiplicarse: por las mañanas reparte bonos y calentadores solares, además de que corta listones y se da baños de pueblo al tiempo que se retrata junto a los presidentes municipales del PAN; por las tardes visita los comités municipales en abierta precampaña y se deja acercar a las bases panistas que le movilizan desde alcaldías y oficinas del gobierno del estado. 

No es lo único, también se da tiempo para cubrir los vacíos de Jesús Oviedo como Secretario de Gobierno y habla de los incidentes que impactan en la vida del estado, como el asesinato de una madre buscadora, quizá recordando con nostalgia su anterior función donde se manejó con solvencia y comodidad.

Sin embargo, la capacidad para asumir un rol multitareas no es el único reto. Con cada alcalde que aparece sumándose a su causa, la precandidata oficial también va agregando negativos: los de esos mismos funcionarios que le han fallado a sus comunidades y que solo disponen de una última esperanza para reelegirse: quedar bien con la abanderada del panismo en la próxima campaña.

La agenda se va sobrecargando con negligencias e incumplimientos, que empañan la idea de una renovación encabezada por quien puede ser la primera mujer candidata del PAN a la gubernatura de Guanajuato.

¿En qué le puede ayudar a Libia Denisse García recibir el apoyo complaciente de Alejandro Navarro, quien ha convertido la capital del estado en una auténtica cámara de gases?

¿Cuánto abona el ex independiente Javier Mendoza Márquez que se ofreció como alternativa a la decadencia del panismo celayense y terminó entregado a sus grupos más desprestigiados, atrincherado en su oficina, manejado por su secretario de seguridad  y confrontado con quienes antes lo apoyaron?

¿De qué puede servir la temprana declinación de la alcaldesa Lorena Alfaro, abrumada por la inseguridad y sin aliento para asumir la precandidatura que le asignó Marko Cortez, cuando podría haber seguido jugando el rol de aspirante y producir una suma en el momento más estratégico?

La cargada también es un arte. Lo que estamos viendo en este momento en Guanajuato es una pobre imitación, un tropel desesperado y agónico que deja muy devaluada la suma que pretende simular. 

De seguir así el tono y la partitura de esta opereta escrita en alguna oficina periférica de palacio de gobierno, Libia sí que necesitará, en serio, de un golpe de timón.

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