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La guerra sorda de Diego y AMLO

In Análisis Político, La Noticia al Punto, POPLab on agosto 26, 2019 at 4:00 am
De dientes para afuera. Foto: Juan Carlos Reyes

La guerra entre el gobierno federal y el del estado se ha vuelto encarnizada, ya no disimulan. El comedimiento entre AMLO y Diego Sinhue solo es diplomático y superficial. Debajo de ellos, sus subordinados se tiran a matar.

Mauricio Hernández no aparece mucho en la palestra pública, pero su tarea es formar un ejército que tiene todos los visos de ser más electoral que de atención a los rezagos en la entidad.

El Secretario de Desarrollo Social del estado, Gerardo Morales, tampoco sale a medios, pero anuncia en redes con bombo y platillo su afiliación al PAN y comienza una nada disfrazada precampaña en Dolores Hidalgo, emblemático municipio de Guanajuato que el PRI recuperó en 2018 de manos del PAN.

El tema del agua también polariza. La alianza de Diego Sinhue con Enrique Alfaro, que por las declaraciones de ambos se parece mucho al pacto Stalin – Hitler, lo coloca directo en la mira del lopezobradorismo que no pare comulgar con el surgimiento de poderes regionales.

En ese sentido, la reactivación de la interlocución con los pueblos de los altos y los activistas ambientales que se oponen a la presa del Zapotillo, se ha construido un equilibrio que deja la resolución en manos del presidente.

En materia de seguridad las cosas no parecen fluir. Las fuerzas federales en la entidad no actúan coordinadas con las milicias de Cabeza de Vaca y Zamarripa. Las operaciones son aisladas, las respuestas tardan, hay desconfianzas mutuas y el resultado es el agravamiento de la violencia y la nula capacidad de prevención.

Por si algo faltara, la captura del objetivo prioritario que era el líder del Cártel de Santa Rosa, José Antonio Yépez, el Marro, se alarga sin solución. Ya hay acusaciones mutuas de venta de protección, aunque, los de la ventaja son los locales, dueños del territorio desde hace mucho tiempo, como lo dijo en su momento el general Arturo Velázquez Bravo, ex comandante de la Zona Militar en Guanajuato y hoy encargado de seguridad física de Pemex.

¿Cuánto más podrá durar este pulso? ¿Va Guanajuato a encabezar la conspiración antiamlo que ya se ve en posturas como las que lidera el líder de Coparmex, Gustavo de Hoyos? ¿A dónde nos lleva una decisión así de parte del gobernador de Guanajuato?

Mientras tanto, los grandes temas, como la seguridad, la pobreza, el abasto de agua y la continuidad en la política de atracción de inversiones, se ven amenazados por la nueva circunstancia global y la recesión a la que parece encaminarse el país. No habrá reservas de recursos ni federales ni locales, la opción del endeudamiento puede funcionar una vez, pero no más.

¿Resulta sano que se piense la política en términos de confrontación? Y, más allá de eso, ¿hay con qué ganar una batalla de ese calado en Guanajuato?

Nadie duda que buena parte del electorado que sale a votar en la entidad lo hace por el PAN, pero movilizarlo cuesta y se hace a menudo con recursos que exceden los gastos de campaña y que implican incurrir en delitos electorales.

Las relaciones entre el PAN de Guanajuato y el presidente de la República habían sido tersas durante los pasados 18 años. Incluso en los peores momentos de tensión entre la ultraderecha local y Vicente Fox o de esta con Felipe Calderón, las cosas nunca pasaron a mayores y la opción local, Juan Manuel Oliva en un caso, Miguel Márquez en otro, salieron adelante con facilidad sobre las propuestas de Los Pinos: Javier Usabiaga y Ángel Córdova.

Peña Nieto no fue problema. Tras ganarle la elección a Josefina Vázquez Mota en la entidad y darle un significativo empujón a Juan Ignacio Torres Landa, que le pegó a Márquez el susto de su vida, permitiendo a Bárbara Botello triunfar sobre Miguel Salim, después se replegó y dejó que el PAN volviera por sus fueros, ayudado por el canibalismo de los propios priistas.

La gran pregunta es si esta especie de ínsula política panista seguirá así con el nuevo gobierno morenista. Y, sobre todo, si esa situación puede seguir en caso de que desde Guanajuato se pretenda erigir la cabeza de playa del antilopezobradorismo. Hay que agregar que esta apuesta ocurriría cuando el PAN está encabezado por sus liderazgos más débiles en décadas.

La batalla política, de darse, consumirá recursos y distraerá esfuerzos. Mientras tanto, la realidad nos alcanza en todos los frentes: la pobreza no disminuye ni con la cuantiosa inversión extranjera; la inseguridad exhibe el déficit de policías locales, su bajo equipamiento y su moral disminuida; los cárteles que siempre se presumieron de paso, hoy tienen dominio de territorio; el medio ambiente nos cobra los pasivos acumulados en décadas de desatención y los mantos freáticos sobreexplotados obligarán a medidas drásticas de gestión del agua.

¿No valdrá más la pena hacer alianzas para enfrentar ese ominoso panorama? En todo caso, que nos pregunten a los ciudadanos y no decidan todo en las cúpulas.

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