El aparato puede garantizar la continuidad panista, pero sin propuestas imaginativas y novedosas a este partido lo amenaza un agotamiento crónico.
El PAN ha resuelto su acertijo con paciencia pero sin complicaciones. O mejor dicho, Miguel Márquez ha resuelto la sucesión del PAN empleando el aparato de gobierno y una tozudez superior a la de cualquiera de sus antecesores.
Hoy, sin complicaciones significativas al frente, salvo la demanda en tribunales de Morena, el joven Diego Sinhue Rodríguez Vallejo tiene el PAN de Guanajuato bajo su control y el respaldo de la dirigencia nacional, así como la anuencia de los partidos de izquierda dentro del Frente, que semejan solo satélites en la entidad.
¿Eso quiere decir que ya se resolvió la sucesión en Guanajuato, como piensan la mayoría de los panistas y buena parte de sus aliados desde los sectores empresariales, sociales y en los propios medios de comunicación? Probablemente no.
Y no nos referimos a la oposición, tan precaria en Guanajuato, donde la segunda fuerza política que es el PRI se complace en un auto sabotaje permanente y está a punto de entrar en una dinámica de confrontación interna entre su mejor aspirante y el dueño del aparato partidista local con todas sus precariedades.
Sin embargo, lejos de lo que propone en sus primeros mensaje, Sinhue no tiene por delante un camino despejado donde su única complicación es el paso del tiempo entre su nominación y su elección.
México se ha vuelto complejo y también Guanajuato, cada uno con sus vicisitudes que, además, interactúan entre sí. Es cierto lo que dice Rodríguez Vallejo en sus primeras apreciaciones sobre la seguridad: el país ha empeorado en el último año.
Sin embargo, los electores no quieren explicaciones simplistas, quieren soluciones y compromisos de quienes se atreven a pedirles que sigan confiando en ellos.
Pensar que la debacle del PRI lo aleja de rivales viables, puede ser un grave error. Felipe Camarena, el candidato del Verde que es un ex funcionario de gobiernos panistas, tiene la suficiente experiencia y la inteligencia para plantear tesis que deberán ser respondidas. La representante de Morena, Antares Vázquez, es articulada y conoce los temas sociales.
Incluso, pese a posibles contradicciones internas, si el candidato priista es José Luis Romero Hicks, otro ex funcionario de administraciones panistas, Sinhue se enfrentará a discursos coherentes y a críticas fundadas.
La historia panista, los méritos de un Medina Plascencia o los aciertos de Fox o la continuidad de el otro Romero Hicks, del vilipendiado Oliva y del propio Márquez, cuya mayor crítica está por venir, no serán suficientes para justificar la continuidad por lo menos en el plano discursivo.
Diego Sinhue Rodríguez debe empezar a generar ideas, más allá de la acostumbrada soberbia de la hegemonía panista, si quiere convencer de fondo. Es un panista de nueva generación y en su pasado reciente incluso mostraba un talante autocrítico, ámbitos en los que podrá encontrar recursos para un discurso que hable más de cambio que de continuidad.
La realidad de Guanajuato muestra un agotamiento de las fórmulas panistas tradicionales. La inseguridad ha estallado y la burbuja de la creación de empleos resulta insuficiente ante los malos salarios de las automotrices trasnacionales. La justicia hace crisis por las complicidades del Poder Judicial y el Ejecutivo. El Congreso no podrá seguir siendo manejado como un apéndice del gobernador.
Hoy, el problema del delfín panista no es el de ganar la elección, sino el de renovar las expectativas en un modelo que sufre de agotamiento crítico.
¿Será capaz? Pronto lo veremos, una vez que empiece a correr en campo abierto.